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El automóvil, el auténtico sector estratégico de la economía catalana

10 de Septiembre de 2015
Xavier Ferràs
Hace unos días hemos sabido que SEAT invertirá 3.300 millones de euros en Cataluña hasta el 2019. Es una gran noticia. Cataluña es uno de los grandes centros europeos de la automoción, con dos grandes plantas de producción de vehículos OEM (Original Equipment Manufacturing), de NISSAN y de SEAT. Esta última, además, está equipada con su Centro Técnico, conformando el único complejo integral de fabricación de vehículos del Estado. Una auténtica joya de la corona. Y más si tenemos en cuenta que SEAT es una filial del grupo Volkswagen, la empresa más intensiva en tecnología del mundo, según Fortune.

Efectivamente, en Cataluña tenemos la gran suerte de disponer de un centro avanzado de R D de la empresa con mayor presupuesto de investigación e innovación del planeta. Volkswagen invirtió el 2014 la astronómica cantidad de 12.000 millones de euros en R D (una cantidad equivalente, de forma aproximada, a toda la inversión pública y privada en R D del Estado Español, 4 veces la inversión total –pública y privada- de Cataluña). Gran parte de esta investigación está orientada a desarrollar vehículos sostenibles, híbridos, y eléctricos, además de intensificar el grado de informatización del automóvil. No en balde, la automoción está aconteciendo cada vez más un sector de base electrónica. Por detrás de Volkswagen, encontramos Samsung, Intel o Microsoft como campeones empresariales globales en R D.

La automoción en Cataluña sale de la crisis reforzada. Sin embargo, el automóvil afronta importantes retos estratégicos. Según el profesor Enrique Dans, del Instituto de empresa, la disrupción en el sector vendrá por la expansión del vehículo eléctrico, la conexión masiva a Internet, la conducción autónoma, y el uso compartido (ridesharing).

El vehículo eléctrico está penetrando en el imaginario colectivo a través de una sorpresiva start-up, Tesla, que ha demostrado en el mundo que es posible diseñar alternativas de lujo (todavía al alcance de pocos bolsillos), tecnológicamente solventes, de automóviles eléctricos que configuran una nueva experiencia de usuario, netament superior a la tradicional. Los líderes están reaccionando: Mercedes acaba de anunciar el lanzamiento de una gama de vehículos eléctricos de lujo, para competir directamente con Tesla.

El automóvil conectado converge con el extraordinario desarrollo de la Internet de las cosas. Nueces entrantes como Google están mostrándonos como crear vehículos autoconduïts que anticipen patrones de conducta humana, y los nuevos modelos de negocio de ridesharing están transformando el producto físico (que está ocioso en un 95% del tiempo) en un servicio de uso compartido.

La informatización del automóvil lo convierte en un sector atractivo por la entrada de empresas líderes en hardware y software. Apple está contratando agresivamente expertos del sector, anticipando su entrada en el mismo. Profundas transformaciones están llegando, que cambiarán la estructura de la industria en pocos años.

El automóvil es hoy en día el sector más competitivo y el más tecnificado del mundo. Un automóvil está conformado por más de 30.000 piezas de 300 tecnologías diferentes, desde aceros de alta resistencia a plásticos, desde servosistemas electrónicos a neumático avance, dispositivos ópticos o inteligencia artificial. Este grado de complejidad y de exigencia industrial ha configurado una extraordinaria escuela de management: en el automóvil se ha formado sucesivas generaciones de directivos y tecnólogos que han exportado buenas prácticas al resto de sectores, impregnando la industria catalana de conocimiento avanzado en gestión y tecnología.

La automoción catalana es el 30% de la española, y genera alrededor de 100.000 puestos de trabajo, contando toda la cadena de valor. Si SEAT ha decidido invertir en Cataluña, es porque ha encontrado un ecosistema idóneo: tradición industrial, sensibilidad por el automóvil, buenos ingenieros, excelentes universidades y costes competitivos. Antes de la crisis, además, el marco fiscal era uno de los mejores del mundo por inversiones en R D. Hay que mantener este ecosistema y este entorno favorable a las inversiones productivas y en R D mediante políticas activas.

Detroit, hace 100 años, era lo Silicon Valley del automóvil, y hoy en día es una ciudad fantasma, deserta de industria. No podemos permitir que el ecosistema de automoción catalán se debilite ante los cambios que vendrán. Tenemos que 'mimar' el sector, auténtico sector estratégico de la economía catalana. En esta línea, desde la Universidad de Vic- Central de Cataluña, hemos iniciado el desarrollo de un nuevo Grado en Ingeniería del Automóvil conjuntamente con el Clúster de la Industria de Automoción de Cataluña (CIAC). De él tienen que salir los profesionales que lideren la automoción del siglo XXI, con visión integral de desarrollo de vehículos en el competitivo mundo que vendrá.