Ahora Madrid.
Uber, la compañía
que pone en contacto a pasajeros con conductores particulares a través de una
aplicación que propicia una alternativa al taxi, acaba de iniciar su actividad en Madrid. En
Barcelona ya traen unos meses y con las
consecuencias que todos conocemos.
La controversia entre taxistas y la compañía
es total. Los taxistas denuncian, entre otras cuestiones, que Uber o los conductores que prestan el servicio a través de la
aplicación lo hacen sin licencia oportuna. Y Uber asegura que prohibir la
aplicación supondría restringir la posibilidad de elección de los ciudadanos. Así mismo afirman que
Uberpop, el servicio que presta en
Barcelona, es muy similar a Blablacar
, esto es, que el conductor comparte
gastos con el pasajero a un
precio muy reducido.
Cómo ya sabéis, primero el Tribunal Regional de Frankfurt, el día 25 de agosto, dictó un acto en el cual adoptó la medida
cautelar de prohibición a Uber de seguir operante en toda Alemania para ser contrarias a ley alemana sobre
competencia desleal y a la ley alemana sobre transporte (terrestre) de viajeros.
Posteriormente, la Audiencia Provincial de Frankfurt ha anulado la resolución de medidas cautelares dictada de manera urgente el agosto pasado y Uber sigue operando en Alemania sin prohibición alguna.
Las razones de esta decisión, que insisto, será recorrida por Uber, son las que
Pablo García Mexía explica de manera brillante en su blog.
Las razones? Primera, que las dos partes compiten entre sí por un mismo
mercado, el del transporte de viajeros por carretera, y lo hacen además por medianos muy similares, pues también Taxi Deutschland dispone de su propia plataforma de
Internet en el desarrollo de su actividad. Aunque no lo explicita en absoluto, la resolución da a entender que Uber incurre en deslealtad al prestar sus
servicios de manera enteramente libre, lo cual le permite ofrecer
precios mejores, a diferencia de Taxi Deutschland, que está sujeta a la reglamentación contenida en la Ley sobre transporte (terrestre) de viajeros.
Y segunda, que Uber ofrece transporte y vehículo sin la autorización que para esto se exige en la citada legislación sobre transporte (terrestre) de viajeros, sin que a tal fin importe que esta
empresa no ofrezca este servicio por sí misma, al limitarse a intervenir porque el transporte acabe siendo ofrecido por terceros, como quiera que también Uber obtiene un
beneficio, el porcentaje que se establece en las condiciones de uso y que acaba abonando el usuario.
Cuestión de precioEn mi opinión, el
sector del taxi y otras muchas
actividades empresariales y profesionales, son percibidas por el usuario o consumidor
como un coste demasiado elevado. Y aquí el taxista se ve atrapado, porque no puede competir, puesto que sufre una regulación demasiado estricta y de obligado cumplimiento.
La solución, como en otros sectores, es llevar a cabo una transición de liberalización
de estos
servicios, como está pasando en otras
profesiones. No es sólo el impacto de la
tecnología, es también una cuestión de precio
. Si no es Uber, saldrán otros parecidos y finalmente este servicio en pocos años se prestará de otro modo. Es inevitable. Cuando la Administración dé un paso atrás,habrá más
competencia y bajará el
precio, pero el taxista pagará menos tasas e
impuestos, teniendo un impacto positivo en el bolsillo del
consumidor.Uber recorrerá, y si se confirman estas medidas cautelares, tendrá que asumir el fallo. Pero esta prohibición no arreglará el problema de este colectivo. Menos
ventas, menos
usuarios de taxi y menos
ingresos. Esto seguirá igual y empeorará. Y no será por Uber.