Estos últimos dos días he podido disfrutar del BizBarcelona participando como ponente. Este es un acontecimiento para todas aquellas personas que son emprendedoras, las que lo quieren ser o para las que quieren desarrollar una carrera profesional de éxito.
Las estadísticas nos dicen que ocho de cada 10 empresas cierran a los cinco años de su nacimiento. Esto nos indica que son una minoría los que enganchan la oleada del éxito. Así pues, no puede ser que sólo se hable de esta mínima parte de las startups y del resto no. ¿Por qué? Pues porque de los errores seaprende, como decía Thomas Edison, "no fueron mil intentos fallidos, sino que fue un invento de mil pasas".
Analizar los errores ayudará, en primer lugar, a los que ya han emprendido sin éxito a hacerlo mejor en su siguiente intento, y, en segundo lugar, a los recién llegados a no cometer las mismas equivocaciones que otros emprendedores.
Por este motivo he participado a las jornadas Failcon que se han llevado a cabo dentro del BizBarcelona. Estas tienen como objetivo, desde hace un par de años, poder hablar abiertamente de dónde es el fracaso a las organizaciones y a los profesionales.
En mi opinión, todos cometemos errores: grandes o pequeños. Si apostamos para aprender de los desaciertos que hemos cometido nosotros antes, podremos reconocer rápidamente cuando los estamos repitiendo y enderezarlos rápidamente. Así necesitaremos un sistema de feedback que nos vaya corrigiendo, que podrá ser nuestro propio análisis o la de un tercero. Ante esto, los emprendedores tienen que tener una mentalidad que acepte el fracaso, ser flexibles y humildes: "si me he equivocado, cambio y vuelvo a empezar."
Los fracasos acumulados son también parte de lograr el éxito. Líderes, empresarios y profesionales no tienen que hablar sólo de la parte más idílica de la emprendeduría. Las dificultades que nos encontramos son un mecanismo para seguir mejorando, aprendiendo y corrigiendo nuestro rumbo.
Hace pocos días escuchaba un podcast del profesor y autor Charles Duhigg, en el cual se explicaba que una de las características que tienen las personas que logran más éxito no es que no tengan errores por el camino, sino que son capaces de ver los errores como aprendizajes para saber qué caminos traen ninguno el fracaso y qué no.
Creo que esta es una de las mejores formas de pensar. Tenemos que asumir que tendremos muchas derrotas en medio de la guerra, pero que nunca serán definitivas. Y que cada pequeña batalla perdida nos acerca algo más a la victoria final.