profesor colaborador del Campus Manresa de UVIC-UCC

El 'rum-rum' del TTIP

15 de Enero de 2016

El rum-rum sobre el Transatlantic Trade and Investment Partnership (TTIP) crece y esto es bueno. La gente tiene que ser consciente de la trascendencia que puede tener un acuerdo de esta naturaleza. Me atrevo a decir equiparable al que tuvo para nosotros la entrada a la CEE, hoy Unión Europea (UE), con las importantes diferencias de la distancia (nos separa el océano Atlántico, que no es poco), el euro y de los elementos nada despreciables de unión política que aporta la UE.

El problema rae en el hecho que cuando te intentas aproximar al tema, el entorno te pide sibil·linament que te manifiestes sobre a qué grupo perteneces: a favor o en contra. Pues, como decía aquel: Yo no sé si soy de los míos!

Intentaré explicarme con un ejemplo: los transgénicos. Los europeos consideramos que estamos debidamente sensibilizados con este tema ytenemos una visión de partida negativa que justificamos de acuerdo con nuestros estándares de protección de la salud. La UE ya se ha encargado de aclarar que una línea roja en la negociación es la no rebaja de los estándares europeos en materia de protección de la salud y consumidores. No sé si me tranquiliza la aclaración!

Sin desterrar lo tema salud, el que me preocupa abiertamente de los transgénicos es la afectación en nuestro tejido productivo primario, el campesinado, que podría convertirse en dependiente económico de las compañías que controlan estos productos que, en puritat, son expresión de Derechos de propiedad industrial. Que no los pase como aquel labrador americano que sembró entonces transgénicas, al año siguiente quiso volver a sembrar con entonces de la cosecha obtenida y la compañía lo demandó para hacerlo sin su permiso; o por el hecho que si compras las semillas transgénicas también tienes que comprar, sí o sí, el pesticida exclusivo que te ofrece la misma compañía. Por cierto, alguien recuerda un breve en prensa de hace años titulado "Cataluña, paraíso de los Transgénicos"?

Otro cliché que aparece cuando se conversación sobre el TTIP es la carencia de transparencia en qué-quién-cómo se está negociando, magnificando teorías de conspiración, presencia de lobbies maléficos y hurtos a la legitimación democrática de todo. Pero estos elementos negativos son un problema singular del TTIP? O es un problema estructural de nuestros sistemas? No sé si con posterioridad a la aprobación del tratado y para referirse a partes del mismo se acuñarán expresiones equivalentes a Ley Beckham (en la Ley del IRPF) o a Cláusula Florentino (en la Ley de Sociedades de Capital), pero en la actualidad es relativamente fácil acceder a información, eso sí genérica y generalista, del que se está negociando.

Y sobre la legitimidad democrática, recordar solamente la eclosión a finales de los años 80 de normas técnicas que gobiernan los estándares de seguridad de los productos industriales y manufacturados, con resultados normativos, en términos de eficacia y eficiencia, del todo positivos, y que en ningún momento han sido promulgadas por parlamentos democráticos. Quizás el que pasa es que sencillamente me intento liberar del prejuicio de que los EE.UU. son sólo un ejército y un conglomerado de multinacionales; recordando también que son la cuna de la Libertad de prensa, del Derecho de la competencia y la patria de Bruce Springsteen.

Cuando negocias un acuerdo, y más cuando buscas un fin común, tienes que ejercitar cierta empatía con quien tienes a la mesa de negociación, y me muero de ganas de saber cuál es la visión del tema en la sociedad americana, qué nos tienen que decir sobre los transgénicos o de cómo nos ven ellos a nosotros. En definitiva, me gustaría que el debate social sobre el TTIP también cuentas con la opinión, perjuicios incluidos, de la sociedad civil americana. Pero: cuál es el fin común que persigue el tratado?

Según se expresa en el web de la UE: crear riqueza y puestos de trabajo a ambos costados del Atlántico. Será esto, espero... pero os dejo porque desde el iPhone me avisan que ya hago tarde para ir a ver Star Wars VII y después salir a hacer un bocado a McDonald's (hábito muy normal sin que todavía se haya aprobado el TTIP) o mejor me quedo en casa y desde una app del Huawei miro una película protagonizada por Donnie Yen y me pido un arroz tres delicias (hábito quizás todavía más normal si no se aprueba el TTIP).