Ingeniera experta en innovación empresarial

Empleable para siempre

13 de Marzo de 2025
Act. 13 de Marzo de 2025
Mireia Garcia Roca | VIA Empresa

En el mundo actual, caracterizado por avances tecnológicos vertiginosos y cambios constantes, la adaptabilidad se ha convertido en una competencia esencial para los profesionales. Lejos de ser una situación pasajera, esta dinámica se acelerará aún más en los próximos años.

 

La formación continua es clave para mantener la empleabilidad, especialmente en el contexto de la cuarta revolución industrial, la transformación digital y la creciente adopción de la inteligencia artificial. Organismos internacionales y expertos advierten sobre la rapidez con la que evolucionan las habilidades requeridas. De hecho, el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) estima que más del 40% de las competencias actuales de un trabajador cambiarán en los próximos cuatro o cinco años. Esto significa que casi la mitad de nuestros conocimientos quedarán obsoletos o deberán evolucionar en el próximo lustro, lo que resalta la urgencia del reskilling y upskilling.

En este panorama, el factor determinante para seguir siendo relevantes y valiosos como profesionales es nuestra capacidad de adaptación y reinvención. No se trata de comenzar desde cero ni de desechar nuestra experiencia, sino de aprovecharla y orientarla hacia una nueva realidad empresarial y social.

 

"No podemos delegar en las empresas la tarea de garantizar nuestro crecimiento y valor en el mercado laboral"

Es fundamental comprender que la responsabilidad de nuestra adaptabilidad y desarrollo profesional recae sobre nosotros. No podemos delegar en las empresas la tarea de garantizar nuestro crecimiento y valor en el mercado laboral.

Un concepto que me resulta especialmente inspirador es el de ser un profesional "empleable para siempre" (forever employable), título de un libro altamente recomendable de Jeff Gothelf. La empleabilidad se define como la capacidad de obtener, conservar y progresar en la carrera profesional. Para ello, es fundamental conocer nuestra propuesta de valor: qué nos hace deseables en el mercado. Esta propuesta debe situarse en la intersección entre nuestras pasiones, habilidades y la sostenibilidad a lo largo del tiempo.

En esta evaluación de nuestra “profesionalidad”, es muy importante tener muy clara cuál es nuestra propuesta de valor, por qué somos deseables. Y esta propuesta de valor debe buscarse en la intersección de aquello que deseamos hacer, de nuestra pasión y, además, debemos construirlo de forma que sea sostenible en el tiempo. La cultura japonesa acuñó el término Ikigai, cuyo origen parece que se remonta al período Heian (794-1185).

Ikigai significa, literalmente, razón de vivir o razón de ser. Se trata de la combinación de las palabras japonesas iki (生き), que se traduce como vida y gai (甲斐), que se traduce como valor.

"En esta evaluación de nuestra “profesionalidad”, es muy importante tener muy clara cuál es nuestra propuesta de valor, por qué somos deseables"

De acuerdo con los escritores españoles Héctor García y Francesc Miralles, quienes han publicado el libro súper ventas Ikigai: Los secretos de Japón para una vida larga y feliz, el concepto ikigai se puede traducir como la felicidad de vivir siempre ocupado. Esta ocupación nada tiene que ver con la explotación y la hiperproductividad. Se relaciona más bien con la pasión, la motivación y una vida de actividad plena y consciente que nos hace sentir enérgicos.

Reflexionando sobre la construcción de este ikigai personal, me parece especialmente importante focalizarnos en aquellas cosas que no van a cambiar en los próximos 10 años a la hora de construir nuestra propuesta. Seguramente estaréis pensando que todo va a cambiar en los próximos diez años. Por supuesto, van a cambiar las formas en cómo hacemos las cosas, pero no los fundamentos en sí mismos.

Las habilidades más demandadas en los próximos años reflejan una tendencia hacia la hibridación de competencias técnicas (adquiridas a través de la educación formal o la experiencia) y blandas (más relacionadas con la forma de ser y de relacionarse de un individuo que con sus conocimientos). Cada vez más, se valoran profesionales con perfiles mixtos, como ingenieros de software con conocimientos en análisis de negocio o especialistas en marketing con dominio de analítica de datos.

Las habilidades STEM son altamente demandadas, pero deben complementarse con competencias en comunicación, liderazgo y diseño

Las habilidades STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) son altamente demandadas, pero deben complementarse con competencias en comunicación, liderazgo y diseño. La digitalización no ocurre en el vacío: colaborar con equipos multidisciplinarios y traducir conceptos técnicos para audiencias no especializadas son elementos esenciales de la "habilidad digital" en un sentido amplio.

Eventos como la pandemia de covid-19 evidenciaron la importancia de la resiliencia tanto a nivel personal como organizacional. Sectores enteros tuvieron que reinventarse en cuestión de meses, y aquellos trabajadores con capacidad de adaptación —aprendiendo a trabajar en remoto con nuevas plataformas o cambiando temporalmente de sector— afrontaron mejor la crisis.

El Foro Económico Mundial señala que, entre las diez habilidades más importantes que los empleadores buscarán hacia 2025, destacan la "resiliencia, tolerancia al estrés y flexibilidad".

No solo los individuos deben desarrollar estas competencias; también las empresas deben fomentar una cultura organizacional resiliente. Muchas compañías están implementando programas de bienestar mental, coaching y formación en habilidades blandas para fortalecer estas capacidades en sus equipos. Aprovechar estos recursos y desarrollar inteligencia emocional, gestión del estrés y una mentalidad adaptable no solo aumentará nuestro valor para la empresa, sino que también impulsará nuestro crecimiento profesional.

Asimismo, el aprendizaje continuo no solo mejora nuestra competitividad laboral, sino que también incrementa nuestra capacidad de innovación. Las empresas y directivos que fomentan la cultura del aprendizaje crean entornos laborales más dinámicos y resistentes ante los cambios del mercado. Por ello, adoptar una mentalidad de "aprendiz de por vida" se convierte en un diferenciador clave en un mundo laboral en constante evolución.

Como resumen, me parece cada vez más importante esta mentalidad de crecimiento y de aprendizaje continuo acompañada de resiliencia y flexibilidad. Estas últimas habilidades, no solo actúan como amortiguadores en tiempos de crisis, sino que también son catalizadores de crecimiento en momentos de oportunidad.