Esta no es una columna sobre la industria agropecuaria, tan importante en zonas de Cataluña como Osona y las tierras de Ponente, sino sobre otra realidad: a todas las empresas hay gallinas y cerdos. Tanto a nivel de propiedad como de trabajadores. Y que nadie busque significados peyorativos en los términos.
Porque una empresa funcione como es debido necesita la existencia a su interior de algunos cerdos; si sólo hay gallinas, hay mucho guirigay pero es difícil lograr cumbres estimulantes.
Cuál es la diferencia entre una gallina y un cerdo en el mundo de la empresa? Por todos es sabido que en un plato de huevos ferrats con tocino la gallinaparticipa y el cerdo está implicado. Los dos son esenciales por su existencia, pero uno deja el fruto de su esfuerzo y el otrodeja la vida.
"A todas las empresas hay gallinas y cerdos"
Entre los trabajadores es esencial lograr unos niveles de implicación mínimos. Jack Welch, el que fue durando muchos años líder de éxito a General Electric, hacía el que él decía una clasificación forzada de sus colaboradores entre el 20% de implicados, el 70% de participantes y el 10% tóxicos que hay que mover los grupos anteriores o hacer la acción social de ayudarlos a encontrar un lugar más adecuado en sus intereses y capacidades en el que seguramente serán más felices.
A nivel de la propiedad, las gallinas serían aquellos que se consideran simples accionistas propietarios de una parte del capital. Aquets son muchas veces necesarios pero no determinan el futuro de la empresa. Quienes lo hacen son los propietarios responsables, que se sienten partícipes de un proyecto empresarial al que aportan capacidad.
Cómo se transforma una gallina en cerdo? Y un partícipe en implicado? Dándole algo más allá de una retribución económica por su trabajo o capital.
En el caso del trabajador dándole oportunidades de mejorar su formación, de aplicar sus conocimientos, una participación en la presa de las decisiones que lo afectan, un itinerario de carrera atractivo, una responsabilidad creciente o según sus intereses y capacidades. Y evitándole el contagio con los tóxicos; contagio que puede ser por simple ósmosis si no se toman acciones de eliminación.
"Las gallinas serían aquellos que se consideran simples accionistas propietarios de una parte del capital"
En el caso del propietario, para ser cerdo y dejar la vida hace falta que sienta como propios una serie de valores de la empresa que vayan mes allá de la necesaria rentabilidad económica. Valores trascendentees que pueden ser de alta repercusión mediática o simplemente de ayudar los trabajadores a desarrollarse como personas.
Sea como fuere, recordamos que, como en todo, aquí también hay clases: no es el mismo una gallina del Prat o un cerdo pata negra, que de la pila.