Te escucha Facebook el móvil? No eres tan especial.

18 de Julio de 2019
Act. 18 de Julio de 2019
Josep Maria Ganyet | VIA Empresa

El otro día un compañero de trabajo me hablaba de una cerveza artesana IPA de la que nunca había oído hablar. Nunca la había buscado en Google y nunca había visitado la página web. Sin embargo, un rato más tarde en Instagram me salió publicidad de la cerveza. Podéis sustituir al compañero de trabajo por cualquier relación de parentesco o amistad, la cerveza por zapatos, viajes, juegos de café orientales o unicornios rosa. A todo el mundo le ha pasado o todo el mundo conoce alguien a quién le ha pasado. La red está llena de artículos y vídeos de investigadores de fin de semana con demostraciones irrefutables de cómo después de repetir unos cuantas veces el nombre de un producto con el móvil en reposo, al abrir Amazon, Google, Facebook o Instagram muestran publicidad del producto en cuestión.

"A Amazon, Google o Facebook no les hace falta escuchar lo que decimos para conocer nuestras preferencias, dónde hemos estado y qué haremos"

La buena noticia es que el móvil no nos escucha sin nuestro permiso. La mala es que estos relatos son todos ciertos, lo que hace que todo sea todavía más inquietante. Cómo gestionamos muy mal la incertidumbre cuando esto pasa buscamos la explicación más inmediata y comprensible: el móvil escucha nuestras conversaciones. La realidad es mucho más sencilla y a la vez más compleja.

La respuesta corta es que a Amazon, Google o Facebook no les hace falta escuchar lo que decimos para conocer nuestras preferencias, dónde hemos estado y qué haremos. De hecho no les hace falta, y ni que quisieran podrían. Para que Facebook pudiera monitorar todas nuestras conversaciones, la aplicación tendría que estar enviando datos constantemente de nuestro móvil a los servidores de la empresa. Si esto pasara, Facebook multiplicaría el volumen de datos que cada día reciben sus centros de datos por 33, hasta los 20 petabytes, un volumen que internet a escala global notaría y las baterías y los planes de datos de los usuarios todavía más.

El lenguaje humano está lleno de dobles sentidos, ironía, modismos, localismos y frases a medio acabar. Los investigadores en IA de Facebook son de los mejores del mundo pero pensar que han resuelto la comprensión del lenguaje natural quizás es darles demasiado crédito. Los humanos gestionamos la ambigüedad del lenguaje complementando lo que sentimos con información prosódica, contextual y no verbal. Si Facebook escuchara que decimos "quiero robar el banco", nos tendría que mostrar publicidad de una caja de herramientas, de medias de seda o llamar a la policía?

Por otro lado hay varias fuentes que corroboran que Facebook no nos escucha. Descarto como fuente fiable Mark Zuckerberg y su "No" rotundo en el Congreso como respuesta a la pregunta directa del Senador de Michigan Gary Peters de si Facebook nos escuchaba el móvil.

"Los investigadores en IA de Facebook son de los mejores del mundo pero pensar que han resuelto la comprensión del lenguaje natural quizás es darles demasiado crédito"

Más fiable es el canal de información tecnológica CNET. En una prueba informal, unos cuántos periodistas acordaron una serie de temas, con sus correspondientes palabras clave, y estuvieron hablando repetidamente con sus móviles delante. Después revisaron sus muros de Facebook y comprobaron que ninguno de los anuncios que les aparecía tenía ninguna relación con los temas de las conversaciones.

El golpe definitivo a la teoría de la conspiración lo daba un estudio del 2017 de la Norteastern University de Illinois donde cinco académicos de ciencias de la computación decidieron hacer un experimento científico para rebatir o validar el mito de las escuchas telefónicas. Descargaron las 17.000 aplicaciones más populares de Android, incluidas todas las de Facebook. Entre estas aplicaciones había 8.000 que enviaban información a Facebook. Tras un año con diez móviles escuchando día y noche conversaciones grabadas no encontraron ningún indicio que los llevara a pensar que los móviles escucharan nada. Lo que sí que encontraron pero, son aplicaciones que lo que hacen es grabar la pantalla del móvil en determinados momentos y enviarla a los servidores de las aplicaciones en cuestión.



La respuesta larga es que hacen cosas mucho peores. En un artículo del 2017 en la revista Wired, el ingeniero Antonio García Martínez, quién fue el responsable del lanzamiento del negocio de publicidad segmentada de Facebook, explicaba su funcionamiento. Sabe de lo que habla porque él es el creador de "píxel", el código que las webs de terceros incrustan y que permite a Facebook saber nuestro comportamiento fuera de la red social. Niega rotundamente que Facebook utilice sus aplicaciones para escuchar nuestras conversaciones de forma no autorizada. El testigo es particularmente relevante, no sólo por proceder de donde proviene sino porque en el artículo explica prácticas de "subida a bordo de datos" (el término técnico que Google y Facebook utilizan) igualmente perturbadores que demuestran que no les hace falta.

El "píxel" les permite monitorar nuestra actividad en linea de la cual se infiere conocimiento sobre nuestro comportamiento. En cambio, de los datos de nuestra actividad fuera de línea que compran a terceros, no les hay que inferir nada; tienen certezas. Las empresas de rating tienen información sobre nuestro historial crediticio, nuestro historial empresarial es público y de los programas por puntos de supermercados, tiendas y farmacias que pueden saber qué compramos aunque pagamos en efectivo.

Al final todo se reduce a que no sóm únicos ni tan especiales como nos pensamos; todos tenemos comportamientos muy similares a los que son como nosotros. De hecho, seguro que Facebook conoce alguien que es nuestro doble. Se sabe que Facebook tiene identificadas más de 52.000 categorías en las cuales podemos dirigir anuncios: desde tan evidentes como los "fans de la Rosalia de menos de 20 años" a mucho más perturbadores como "Mujeres que dan el pecho en público" o "Gente que hace ver que envía mensajes con el móvil en situaciones comprometidas".


" Los psicólogos lo denominan la ilusión de frecuencia o el fenómeno Baader-Meinhof. Una vez nos han hecho prestar atención a una cosa la vemos por todas partes"

Y todo lo que Facebook sabe de vosotros también lo sabe de vuestros "amigos". Si un día recibís anuncios de viajes a Bucaramanga, un lugar que no sabíais ni que existía pero que salió en la conversación la noche anterior en una cena con los amigos, recordad que Facebook sabe que alguno de vuestros amigos (o de los amigos de vuestros amigos) buscaron Bucaramanga en Google, o pusieron me gusta en una foto del lugar en Instagram. También sabe que la noche anterior fuisteis juntos porque no parasteis de mirar el móvil abriendo y cerrando Twitter, haciendo búsquedas en Google y subiendo fotos en las redes sociales donde salís todos (sí, Facebook sabe quién son los amigos que salen en vuestras fotos).

Incluso si hiciera quince días que os sale publicidad de Bucaramanga en Instagram no prestarías atención hasta el día siguiente cuando vuestros amigos os hubieran hablado de ello. Los psicólogos lo denominan la ilusión de frecuencia o el fenómeno Baader-Meinhof. Una vez nos han hecho prestar atención a una cosa la vemos por todas partes. Pasa a menudo con la hora 17:14; cómo es una cifra que simbólicamente representa algo, la reconocemos y tenemos la impresión que la vemos más que las otras cuando en realidad no es así. Esto explicaría los vídeos (no podemos saber si son ciertos o manipulados) de YouTube que "demuestran" que el móvil nos escucha: sólo vemos los falsos positivos pero no los billones de negativos. La diferencia entre correlación y causalidad.

Facebook, Google y Amazon no escuchan nuestras conversaciones porque no les hace falta. Aún así son capaces de acertar nuestro futuro inmediato y donde haremos nuestro próximo clic. Artur C. Clarke decía que cualquier tecnología si es suficiente avance es indistingible de la magia, y esto es lo que pasa. La publicidad hace unos años era una combinación de creatividad, ingenio, sentido común y capacidad persuasiva; hoy es una combinación de matemáticas, estadística, modelos predictivos, bastante computacional e inteligencia artificial... Ha pasado de ser un arte a ser una ciencia.