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La gran diferencia

10 de Febrero de 2025
Gina Tost | VIA Empresa

Barcelona juega en la Champions de las ferias tecnológicas. Esta semana pasada, el Integrated Systems Europe (ISE) ha vuelto a desplegar su arsenal audiovisual para convertir la ciudad en un escaparate gigante de pantallas, proyectores y tecnologías inmersivas. En un mes, sin embargo, llegará el Mobile World Congress (MWC), y si alguien piensa que juegan en la misma liga, tal vez deba revisar sus apuntes. A simple vista, puede parecer que son ferias que se solapan, pero no tienen la misma estrategia ni juegan al mismo juego.

 

"En tecnología el impacto no se mide en pulgadas de pantalla a la entrada de la Feria, sino en la capacidad de transformar la industria"

La comparación entre el ISE y el MWC es recurrente, pero también engañosa. A primera vista, ambas ferias parecen similares: En Fira Barcelona, ocupan todos los pabellones, llenas de marcas punteras en tecnología, y sitúan la ciudad como centro neurálgico de la innovación. Sin embargo, si rascamos un poco, las similitudes acaban aquí, y no hace falta una pantalla 8K para ver las diferencias.

La primera está en quién mueve los hilos. El MWC no es solo una exposición de gadgets y nuevos dispositivos; es el lugar donde se decide el futuro de la tecnología móvil a escala global. Sus visitantes son los directivos de las principales empresas tecnológicas y más influyentes de todo el mundo. Más de 23.000 directivos de alto nivel aterrizan en Barcelona para firmar acuerdos, cerrar inversiones y definir estrategias que marcarán el rumbo del sector en los próximos años. No se trata solo de lo que se ve en los pabellones, sino de lo que se cuece a puerta cerrada en reuniones estratégicas de alto nivel. En cambio, el ISE, a pesar de su creciente impacto, aún se encuentra en una fase donde predomina más la demostración que la decisión.

 

La otra gran diferencia es el legado y las ganas de cambiar la vida a la gente más allá del negocio. La GSMA, consciente de que una feria de cuatro días no transforma por sí sola un territorio, creó la Mobile World Capital para extender los beneficios del MWC durante todo el año. En unos años, han pasado de ser un evento de 4 días al año, a convertirse en un actor estratégico para la ciudad, con iniciativas en educación, emprendimiento y desarrollo tecnológico durante 12 meses. No han plantado una tienda de campaña; han construido una sede y han convertido Barcelona en su hogar. El ISE aún no ha dado este paso, y si quiere aspirar a un impacto similar, tendrá que trabajar para dejar huella más allá de los metros cuadrados ocupados en Fira Gran Via durante unos días.

"El ISE, a pesar de su creciente impacto, aún se encuentra en una fase donde predomina más la demostración que la decisión"

No me malinterpreten: Barcelona es afortunada de tener estas dos grandes ferias, pero es fundamental entender que su aportación va más allá de la grandeza y el número de visitantes. 

La buena noticia es que el ISE tiene un potencial enorme, y este año el “track” de la transformación de la IA en el mundo audiovisual ha sido maravilloso, pero para llegar a competir de verdad en la liga de los grandes, debe dar el salto de la exhibición a la influencia, y esta es la liga donde realmente juegan los grandes. Hay pocas ferias así en el mundo, y se pueden contar con los dedos de una mano. Porque al final, en tecnología, el impacto no se mide en pulgadas de pantalla a la entrada de la Feria, sino en la capacidad de transformar la industria y decidir su rumbo más allá de una semana al año.