'blogger' y tecnólogo

Hagámoslo de forma diferente

13 de Junio de 2014
La forma de relacionarnos con nuestra actividad ha cambiado, es innegable. Hacer las cosas de la misma forma nos condena al desorden para no poder procesarlo todo con la inmediatez deseada. Hacer las cosas como siempre las habías hecho, marcando un orden preestablecido, ya no funciona.

Un ejemplo es como gestionas tu correo. Si te decantas para atender regularmente el correo, abriendo la aplicación cliente cada dos o tres horas, tienes nuevos inputs para ubicar en tu rutina diaria. Acabarás modificando tu escaleta de trabajo  de forma 'dinámica' e influyendo en tu estado de ánimo, cada traba es una decepción que te aleja de la línea marcada.

La otra opción es programar dos momentos al día para gestionar las comunicaciones, leer los correos, dedicar tiempos a tomar una decisión sobre qué hacer y cuando hacerlo. Llevarlo a la práctica evita vivir en tensión por algo que tiene que llegar, alejándonos del estrés y evitando la dispersión. Parece el más racional, oi? Pero hacerlo todo en el momento nos continúa parecer el más natural.

Otro ejemplo es como navegamos por Internet. Por mí supuso un cambio radical navegar por la red de una forma diferente. Antes entraba con un propósito concreto, desviándome en algún momento a través de un clic díscolo en un link que no tocaba, o localizando información de interés no vinculada directamente con el tema que me ocupaba. Acababa dedicando más tiempo y energía a navegar entre material no relacionado que no al recopilar el que buscaba.

A través de aplicaciones como Evernote, Pocket o Instapaper  envío la lectura a un 'archivador' virtual para leerlo más tarde. Es precisamente este concepto de aprenderé a dejarlo por más tarde la clave para no acabar sobrepasado por urgencias, imprevistos o por el ruido generado por las nuevas tecnologías. A posteriori podemos dedicar la atención que es merece cada una de las actividades en espera, no hace falta que sea hacerlas quizás no más hay que programarlas por más adelante o si lo creemos conveniente para desestimarlas.

Administrar el que no hacemos para generar el espacio necesario para hacer el que es importante de verdad.