El primer día de este 2024 escribí unas líneas sobre el círculo virtuoso y gilipolladas de estas que de repente se ponen rápidamente de moda y desaparecen con la misma rapidez. Acababa el artículo recordando las tres personas que más me habían influido en mi trayectoria profesional. Josep Cercós, que fue presidente y director general de una aseguradora desaparecida que se llamaba Winterthur, era una de ellas. Y digo era porque el sábado, comiendo en la Illa, nos dejó.
En la Illa, uno de sus hitos profesionales más importantes, que en su momento levantó dudas en todos los sectores, incluso la casa madre, que envió una segunda división a su inauguración. Al cabo de poco tiempo, en una visita del presidente mundial se quedó impresionado por el éxito de la "Super Illa". Y he aquí que Josep la eligió para despedirse de todos nosotros.
Dejando de lado la Illa, Josep Cercós y su equipo, situaron Winterthur como la aseguradora de referencia en España y Portugal. Calidad y servicio, eran algunas de sus reglas de oro. Y lo fue mientras la empresa se guió por criterios de aseguradoras; cuando entraron los banqueros de Credit Suisse y los consultores de McKinsey implantaron criterios bancarios y todo se fue a pique.
Los banqueros, estos días estamos viendo como funcionan algunos de ellos con una campaña vergonzosa, descubrieron que su "criterio" no servía para los seguros y que no era tan fácil como creían ellos aumentar los beneficios. Ya se sabe que cuando entran los de McKinsey el papel lo aguanta todo. Y después de desmontarlo todo, con la complicidad de muchos de los que antes perdían la dignidad y otras cosas para estar junto a Josep, lo vendieron a AXA, la aseguradora menos aseguradora y más financiera del mercado. Y desaparecieron de Catalunya, donde la Winterthur había dejado huella en el Consejo del Mecenazgo por la reconstrucción del Liceu; en la Fundación Orfeó Català-Palau de la Música; en el Instituto Guttmann; en el Museo Nacional de Arte de Catalunya (MNAC); los Premios de Mecenazgo y los AEDME-Winterthur de Mecenazgo. Sin olvidar la Fundación del Barça de la que Winterthur formó parte durante muchos años.
También querría recordar que en Winterthur se hicieron las primeras pólizas en catalán y en gallego, y fue la primera en vender, dentro de un orden y un criterio, los primeros productos en su web. Y de esto seguro que se acuerda quien fue presidente de Catalunya y entonces uno de los abogados de la compañía y a quien Cercós y alguien más salvaron del ostracismo y de cosas peores.
Toni Rodríguez le hizo un perfil hace unos meses y lo tituló "El hombre que duerme muy poco". Bien cierto. Ni él ni los que trabajaban con él. Ahí aprendimos que el sueño se puede dominar, porque él nunca tenía bastante. Siempre una vuelta más. Siempre una hora más. Que se lo pregunten a los directivos suizos que venían a Barcelona periódicamente. Alguna vez llegaron a cenar dos veces y no precisamente a las siete de la tarde ni por temas festivos, sino ambos por trabajo y con interlocutores diferentes.
Sí, en Winterthur tenías claro a qué hora llegabas, pero no tenías nada claro ni a qué hora saldrías ni dónde pasarías la noche. Tenía, pero, muy presente la gente y sus necesidades y echar a alguien de la empresa era, en su época, un hecho excepcional. Un antiguo directivo me escribía ayer: "En aquellos meses de preparación de la fusión con Schweiz y Equitativa (obligada por Suiza), y hablando de los puntos estratégicos a lograr, recuerdo una frase que me dijo en un asiento de avión viniendo de Lisboa y que fue profética de lo que pasó después: 'J.J., lo que quieren que se haga ahora en España, tanto esta gente de McKinsey como los directivos de Suiza, haría falta que yo tuviera un estómago de acero inoxidable con la gente y yo no lo quiero hacer esto'. Después vino todo lo que ya sabemos con el nunca más olvidado C.B. and company. Pocos años de tierra quemada y Winterthur, a la papelera de la historia.
El ejemplo que el trabajo era su vida me lo explicó la persona que comió con él minutos antes de morir: "El jueves volvió de madrugada de Valencia, donde estaba colaborando con el principal grupo de concesionarios valenciano para reabrir la actividad después de los enormes daños sufridos por la Dana. Me lo explicaba muy orgulloso del trabajo que estaba haciendo y tenía muy clara la estrategia a seguir con el Consorcio de Compensación de Seguros para conseguir la mejor indemnización posible para sus clientes. Todo lo que me ha explicado sonaba a futuro, pasión y compromiso con su trabajo. También me ha hablado de cómo estaba de contento con la trayectoria profesional y personal de sus tres hijos, de su nieta pequeña que nada como un pez y no tiene ni 3 años… ; hemos planificado salir a navegar, repetir la comida después de Navidad… tenía la mirada clara y decidida, como siempre. 'Adelante y de cara' como solía despedirse"
Este era Josep. El hombre que se negó a ser "Reina madre" cuando lo hicieron presidente ibérico. Duró dos días. Entre los banqueros y el de las bebidas optó para empezar una nueva vida profesional, sin olvidar sus otras pasiones, los hijos, el Barça y el mar.
Una nueva vida profesional que no le fue fácil y que muchos que lo adularon hasta extremos deplorables le giraron la espalda. Es lo que pasa cuando haces demasiados favores a la gente. Somos así de miserables.
Cercós: "Una empresa sin valores no tiene futuro"
A pesar de estos miserables, ayer, un antiguo colaborador lo definía así: "maestro en tema de valores, no solo de negocio". Eso sí, Josep decía "si no aportas soluciones, formas parte del problema" y "no se trataba de mirárselo todo como una cuestión simplemente económica". "Hay que imprimir valores, razones para hacer al trabajo, porque una empresa sin valores no tiene futuro. Hay que correr riesgos si quieres llegar a alguna parte", decía.
Los que tenemos una cierta edad, y todavía nos creemos inmortales, nos damos cuenta cuando de repente se muere uno de los "tuyos", si tiras la vista atrás cada vez hay menos gente. Cada vez estamos más en la primera fila. Como le decía Josep a Àngela, la señora que sacaba las tarjetas de embarque: "Estamos llegando". Y apenas salía del parking de Francesc Macià. Él, junto a Emilio, su chófer en Barcelona (en Madrid se sentaba detrás) ya estaba en el avión. Él siempre iba más allá.
"No me extrañaría que nos lo devolviera, porque el significado de la palabra descanso Josep no lo conocía mucho"
Ahora, a quien se le ha girado trabajo es a Él. Ahora sabrá el que es bueno. No me extrañaría que nos lo volviera, porque el significado de la palabra descanso Josep no la conocía mucho. Una cosa se ahorró: no sufrió viendo el ridículo de Vigo.
Un abrazo muy fuerte, Josep