Focalizar nuestras prioridades es esencial. Saber decir Sí a las oportunidades y No a lo que no nos llena. La libertad comienza cuando podemos decidir y utilizamos ese poder. Aquí estamos de paso, por lo tanto, no hay tiempo que perder. Hablemos de dinero sin miedo, dejemos de querer encajar o agradar, desde el respeto y sin hacer daño al prójimo, seamos nosotros mismos desde la coherencia.
El feminismo es inclusivo. El machismo excluyente y mata. Los extremos en cualquier caso no son buenos. Lo que no se dice, no existe y donde pasamos la mayor parte de nuestra vida es en el trabajo. Hacer entornos laborales saludables, seguros y productivos desde el bienestar para todas las personas, ricos en diversidad y sostenibilidad transversal es responsabilidad nuestra. Estamos hablando de derechos humanos y de no dejar a nadie atrás.
"Los extremos en cualquier caso no son buenos"
Todo el mundo debe tener las mismas posibilidades reales y punto de partida en el trabajo de manera clara y concreta, de la misma manera que saber cómo ascender, identificar claramente qué es acoso y cómo proceder de inmediato. Independientemente de nuestro género, edad, cultura u origen. Así es la equidad. Y se debe hacer de manera transversal en la empresa: recursos humanos, comunicación, legal, laboral, económico, informático, tecnológico, seguridad, salud y bienestar, incluyendo desde la alta dirección hasta el escalón más bajo de la escala, igual de importante que el primero.
Es mucho más sencillo avanzar legislativamente, aunque sea lento, que culturalmente. La responsabilidad es compartida, entre administración pública, empresas e individuos. El papel de los medios de comunicación y centros formativos es esencial. La mejor inversión que podemos hacer es en educación, comenzando por nuestra propia puerta de entrada y de manera continuada a lo largo del tiempo. Así como la formación que imparte la empresa, debe ser de calidad y especializada para realmente ser útil, motivadora y provechosa.
La mejor política pública de un país es la del trabajo, con la igualdad salarial en el centro. Por otro lado, la maternidad es un beneficio, no una pérdida, como ha sido concebida erróneamente desde su inicio por hacienda pública, y la conciliación en nuestro hogar son las abuelas. Asimismo, la mejor estrategia empresarial es la de la igualdad, diversidad e inclusión con sentimiento de pertenencia implantada en toda la escala y ámbitos de la empresa, con la persona en el centro.
La figura del agente externo de igualdad, diversidad e inclusión, incluyendo el acoso, es la clave para responder con objetividad y profesionalidad sin sesgos, tal como nos marcó Europa a finales de 2024. La visión legal, económica, laboral, comunicativa y tecnológica, así como la titulación y experiencia que deben tener estos profesionales, debe estar presente para resolver de una vez problemas persistentes, como por ejemplo:
- La brecha de género: en 2024, en España, la reducción de la brecha se ha frenado. Para igualar el salario medio masculino, el femenino debe aumentar un 19,6%. El 44% de las mujeres asalariadas trabaja en sectores con sueldos por debajo de la media nacional, y el 75% de las personas con trabajo parcial son mujeres y la pobreza en nuestra tierra sigue teniendo rostro de mujer.
- Conciliación real en la empresa, horarios y cuidados. Si las mujeres trabajaran las mismas horas que los hombres, la brecha se reduciría un 64%. Por lo tanto, políticas de conciliación ajustadas a la realidad de cada empresa de la mano de una profesional externa son vitales porque no es lo mismo la hostelería que el pequeño comercio, el convenio de banca, el marítimo, el farmacéutico o el químico. Ya no se puede hacer un “corta y pega” ni siquiera dentro del mismo sector, la profesionalidad y el saber imperan.
- Acosos y violencias crecientes en el entorno laboral, especialmente en modalidad online. Una realidad donde las empresas suspenden de manera significativa y para ayudarles hemos creado el plan de democratización empresarial contra el acoso y violencias en España, donde cualquier empresa independientemente de su tamaño puede acceder a esta formación de máxima calidad con las mejores profesionales. Teniendo la posibilidad de acceder a dos campañas de marketing claras y entendibles para cualquier persona independientemente de su edad, género, origen o cultura.
Por lo tanto, es el momento de pasar a la acción, con valentía y compromiso, y utilizando todas las herramientas que por fin tenemos, como las auditorías externas, o evaluaciones con tecnología e inteligencia artificial, con perspectiva de género para no poder engañar o blanquear la realidad. Además, disponemos de estas auditorías y evaluaciones, siendo únicas en el país, de la misma manera que investigaciones (ante posibles casos de acoso), medidas concretas de corresponsabilidad, de seducción de talento o de su fidelización.
Con todo esto, cambia la visión, tenemos nuevas vocaciones, rompemos estereotipos, acabamos con techos de cristal, suelos pegajosos, sillas de rubí, y un largo etcétera porque el impacto económico de la igualdad es aún demasiado.
Y es que las mujeres hemos entrado en el mercado laboral. Estamos con fuerza, ocupando el 42% de los puestos, pero solo el 25% de los puestos directivos. La brecha de género podría añadir 12 billones de dólares al PIB mundial y aumentar la producción económica de algunos países hasta un 35%. Ahora bien, centrémonos en nuestro hogar, nuestras empresas, nuestra gente y nuestro entorno laboral: tenemos ante nosotros una oportunidad magnífica con las auditorías de datos e investigación.
El tiempo de las superwomen y machos alpha ha terminado. Ya no seguimos órdenes, sino ideas. Nuestras prioridades han cambiado y en el trabajo queremos estar bien; si no, nos vamos. La igualdad, el trabajo de calidad y la sostenibilidad han pasado a ser prioritarios, de la misma manera que el teletrabajo y horarios. Ya no compramos motos, y la comunicación y el engagement con la empresa es bidireccional.
"Nuestras prioridades han cambiado y en el trabajo queremos estar bien; si no, nos vamos. La igualdad, el trabajo de calidad y la sostenibilidad han pasado a ser prioritarios"
Aún recuerdo cómo una gran empresa del sector deportivo, hace 20 años, al negociar el precio de cierre del segundo servicio que nos compraba, miraba y hablaba a mis dos compañeros, haciéndome el vacío a mí, quien era en realidad la que decidía y mandaba. Recuerdo también cómo un consejo de sabios de empresa, siete hombres de edad muy avanzada, me decían hace 15 años mirándome a la cara con total normalidad que el perfil más idóneo para dirigir el proyecto era yo, pero que tenía un problema: no era un hombre. Así como en múltiples consejos, otros hacían suyas mis palabras e ideas, algo muy normalizado y que hace años he aprendido a resolver. Todo ha ido a mejor. A menudo no es exprés, es por falta de cultura, pero hay que educar: todo se puede decir, bien dicho. Precisamente, lo que hago desde hace años, agradeciendo públicamente cuando alguien se hace suya mi idea o palabras. Quien hace las cosas bien no debe avergonzarse, es quien las hace mal a quien debemos señalar (como los casos de violaciones, pederastia o acoso. Se ha acabado revictimizando a la víctima y excusando a los verdugos).
Afortunadamente, el mundo ha cambiado: la mayoría de hombres se suman a la causa de la igualdad, la inclusión y la diversidad, y formamos un equipo maravilloso impulsándonos unos a otros para avanzar. Ser persona, mujer, trabajadora, empresaria, emprendedora en bucle, madre, hija, pareja, amiga... y, sobre todo, una misma desde la coherencia, priorizándose, aprendiendo y creciendo en cada momento. Como Mary Poppins, ya no doy explicaciones y tengo claro que el momento es ahora, porque tenemos todas las herramientas y nos las pueden contratar: desde asesoramiento, consultoría, agente de igualdad externo, acoso, auditorías con datos tecnológicos, formaciones de alta calidad especializada, planes integrales y escuela de Equidad, Igualdad y Género, y tenemos entre un 90 y 100% de éxito. Por lo tanto, cambiar el mundo y hacerlo mejor solo depende de nosotros. ¡Vamos!