Este octubre, ACCIÓN presentó lo informo
Balance de la Inversión Extranjera en Cataluña 2011-2016. Se trata de un
exhaustivo análisis basado en los datos que publica el diario británico Financial Times en su informe
fDI Markets y que saca unas conclusiones bastante interesantes:
Cataluña ha captado 14.532 millones de euros de inversión extranjera en los últimos cinco años, cifra que supone el 31% del total estatal, el 37% del número de proyectos de inversión y el 34% de los puestos de trabajo creados por estos proyectos.
Adicionalmente, el informe nos dice que quien más invierte en Cataluña son los Estados Unidos y Alemania, y que
los sectores que más inversión reciben son los de las tecnologías de la información y el de la logística. El informe destaca que los puestos de trabajo creados por estos nuevos proyectos fueron 38.385.
Justo tres días después de hacerse público el estudio, la consultora Axesor informaba de la
salida limpia de 249 empresas de Cataluña para instalarse en otras comunidades. De forma más o menos incisiva, muchos medios atribuían al proceso político que vive Cataluña la culpa de esta supuesta fuga.
Nos debemos de encontrar ante un caso inédito de información asimétrica en que, mientras los inversores internacionales ven claras posibilidades de éxito en la inversión en Cataluña,
los de aquí consideran que es mejor huir. Pero, es muy bien así? Qué nos dice realmente Axesor?
La consultora hace un análisis basándose en los datos de domiciliación empresarial que ofrece el Registro Mercantil.
Es habitual que determinadas empresas por razones diversas cambien de domicilio social, pero esto no quiere decir que trasladen su actividad fuera. Dedo de otro modo, de las 596.196 empresas que tenía Cataluña el mes de enero,
un saldo limpio de 249 han registrado su sede social en otra comunidad autónoma, nada más.Por otro lado, el mismo Instituto Nacional de Estadística nos informa de la
confianza que genera la economía catalana: desde principio de año, el crecimiento del número de sociedades mercantiles creadas duplica el del conjunto del Estado. Otra muestra de confianza en la inversión en Cataluña la encontramos en los mismos emprendedores catalanes: en 2015 la tasa de emprendeduría de Cataluña, según
el Global Entrepreneurship Monitor,
superaba en casi en un punto la media española y en casi dos la alemana.
Hay otro actor que, este sí, decide que invertir en Cataluña es un mal negocio: el Gobierno español. El 3 de noviembre,
la Cámara de comercio de Barcelona presentó un informe donde sehacía eco: el 2015 el Gobierno español invirtió en Cataluña el 8,2% del total de la inversión que el Estado hace a las comunidades autónomas, muy por debajo del peso poblacional catalán en el conjunto estatal, 16,1%, y del peso de su PIB, 18,9%. Del total presupuestado
seejecutó sólo el 71%, y si nos centramos en
las infraestructuras de transporte, este cayó al 59% y logró
la tasa más baja de obra ejecutada desde el 1997.Así pues, mientras el Estado no encuentra motivos para invertir en Cataluña, y determinada
prensa se apunta a la ceremonia de la confusión utilizando datos estadísticos para mezclar nabos y coles, los emprendedores catalanes y los inversores extranjeros identifican claramente las potencialidades de nuestra economía, tomando decisiones de inversión estratégicas con criterios racionales y apostando con fuerza por el futuro de nuestros sectores productivos.