Los datos del cuarto trimestre de la Encuesta de Población Activa (EPA) han sido en general acogidas favorablemente y, ciertamente, hay razones que lo justifican. Entre estas, hay que destacar el incremento del número de ocupados en 45.500 personas en un periodo del año que no acostumbra a ser especialmente favorable para el mercado laboral. Este aumento ha hecho que se haya podido cerrar en 2015 con un aumento de la ocupación de 525.100 y una reducción del paro de 678.200 personas.
También es un elemento positivo el hecho que en este trimestre se haya producido un significativo aumento de la contratación indefinida, que se ha incrementado de 103.400 personas, mientras que los asalariados con contrato temporal han disminuido de 63.600. Esto ha corregido, cuando menos parcialmente, el predominio que ha tenido a lo largo del 2015 la contratación temporal respecto a la indefinida, como lo prueba el hecho que en el conjunto del año la ocupación temporal haya aumentado de 335.100 personas, mientras que la indefinida sólo lo ha hecho aproximadamente en la mitad (170.600).
Visto con perspectiva anual también es relevante que la ocupación haya subido en todos los sectores productivos, a pesar de que la mayor parte del crecimiento corresponde, lógicamente, al sector servicios (con 421.500 nueces ocupados). En términos trimestrales, pero, esta evolución sectorial no se puede valorar tan positivamente en la medida que el grueso de la nueva ocupación en el último trimestre del año se ha generado a la agricultura, con un incremento muy elevado (70.200 ocupados más), sobre todo si tenemos en cuenta el escaso peso relativo del sector en el conjunto del sistema productivo del país.
Por el contrario, a la industria se ha producido un descenso significativo de ocupación en este último trimestre (-55.000), cosa que a buen seguro ha repercutido en que los datos globales de ocupación de Cataluña el último trimestre del año hayan tenido una variación que no solamente haya sido por debajo de la media estatal (0,25%), sino que, incluso, hayan sido ligeramente negativas (-0,29%).
Y en el capítulo de aspectos más negativos que nos proporcionan los últimos datos del EPA es inevitable mencionar la confirmación de la continuidad del descenso en el número de activos que, en el conjunto de España y en el trimestre han disminuido de 25.800, mientras que en todo el año lo han hecho en 153.200.
Este es un aspecto que sin duda enturbia parcialmente la valoración positiva de la reducción del dato global del paro, la cual, a pesar de que fundamentalmente se ha conseguido gracias a la creación de nueva ocupación, conviene no olvidar que una parte de esta reducción proviene directamente de la disminución de la población activa, aspecto bastante negativo desde la perspectiva del futuro económico del país.