Podríamos definir el outsourcing como una relación contractual entre un vendedor externo y una empresa, en la que el vendedor asume la responsabilidad de una o más funciones que pertenecemos a la empresa.
Aún así, antes de subcontratar algunas funcionas a empresas externas hay que pensar qué necesidades de externalització tiene una empresa porque, en realidad, no tiene ningún sentido si se pueden lograr los objetivos mediante el uso de recursos internos.
El primer paso para tomar decisiones es definir claramente los objetivos, valorando las opciones internas y, en todo caso, la adecuación de usar socios externos, con la idea de poderlos medir.
Un golpe analizada la situación interna de la empresa, hay que enfocar cuáles son las razones genéricas para la externalització de los servicios. En primer lugar la posibilidad de convertir algunos costes fijos en variables. En segundo lugar, aumentar la flexibilidad de la empresa, priorizando las áreas en las cuales la empresa es más eficaz. Por otro lado, mejorar la productividad de la empresa, consiguiendo ciclos de tiempos más rápidos que perfeccionen el rendimiento de la organización y que son más permeables a ideas innovadoras. Finalmente, ganar el acceso a nuevos mercados y oportunidades de negocio.