La crisis sanitaria del Covid-19 ha sido un hecho absolutamente inesperado con consecuencias nefastas, que todos tenemos muy presentes. Pero, a pesar de que es complicado, yo creo que también le podemos encontrar algún aspecto positivo.
En primer lugar nos tendría que servir para recordar que la humanidad es en el fondo muy débil, un simple virus ha sido capaz de parar la economía mundial. Por lo tanto, "aviso para navegantes", puede ser que nos tomemos más seriamente los grandes retos que tenemos sobre la mesa. Recordamos en este sentido el fracaso de la última cumbre mundial por el clima.
Por otro lado está siendo un indicador muy preciso sobre la fortaleza de las economías de los países. Y aquí, desgraciadamente, Catalunya y España hemos quedado 'retratados', estamos entre las economías más afectadas por la crisis sanitaria. El diagnóstico es fácil: son modelos económicos en que la industria tiene poco peso, con centros de decisión que están muy lejos, y un modelo turístico demasiado orientado a la masificación y poca calidad.
"Catalunya y España hemos quedado 'retratados', estamos entre las economías más afectadas por la crisis sanitaria"
Dicho esto, la buena noticia es que parece que haya consenso sobre este diagnóstico, el Acuerdo Nacional de Bases para la Reactivación Económica, firmado el pasado 20 de julio de 2020 entre Generalitat, patronales y sindicatos es muy interesante. Pero, ¿cuándo nos pondremos? ¿Volveremos a perder del tren?
Si queremos una Catalunya próspera, donde todo el mundo pueda vivir dignamente, necesitamos un tejido económico fuerte. Esto pasa en primer lugar por la reindustrialización de Catalunya, una apuesta por un modelo económico capaz de generar ocupación de calidad, con industria autóctona y centros de decisión cercanos, con el objetivo que este sector pase a representar como mínimo el 20% del PIB.
Para hacerlo posible hay que destinar más recursos a I+D+i, desarrollar tecnología, impulsar la colaboración publico-privada y atraer y retener talento. Ahora mismo el gasto en I+D+i representa un 1,52% del PIB catalán, tendría que pasar como mínimo al 2% para estar a niveles europeos, con el objetivo de llegar al 3%.
En paralelo también hay que abordar urgentemente la definición del modelo turístico que queremos y elaborar una estrategia para llegar. ¿Queremos o podemos continuar estando orientados al turismo de masas y de poca calidad, o preferimos y somos capaces de construir un modelo turístico de más calidad? Yo apuesto por la segunda opción.
"¿Queremos continuar estando orientados al turismo de masas y de poca calidad, o preferimos y somos capaces de construir un modelo turístico de más calidad? Yo apuesto por la segunda opción"
Pero para impulsar todos estos cambios hay que dotar el país de buenas infraestructuras, algunas de las cuales hace años que se están reclamando, como el Corredor mediterráneo, el transporte público de la región metropolitana de Barcelona o el desdoblamiento de la N-II y N-340. El déficit de inversiones acumulado en los últimos 10 años se calcula en 28.000 millones de euros. Urge revertir esta situación.
Hay mucho trabajo a hacer y hay que empezar a trabajar ya, dejando de lado los intereses particulares y las luchas partidistas y poniendo ante todo el bien común, la recuperación económica y social del país. Los Fondos Europeos de Recuperación son una buena oportunidad y no la podemos dejar pasar.