Ivan Aguilar

Los retos que tendrá el nuevo Gobierno

27 de Diciembre de 2017
Act. 15 de Enero de 2019

Cataluña afronta a partir de ahora tres grandes objetivos en la legislatura que empieza. La inestabilidad de estos meses no ha tenido grandes efectos en términos macroeconómicos, cuantificados en una décima del PIB según Airef, pero que podrían aumentar si conseguimos un poco de estabilidad.

 

El primero, por supuesto, es acabar con la desmesurada intervención de las finanzas de la Generalitat. Resulta sorprendiendo que esto no haya ocupado ni un minuto durante la campaña electoral, pero el cierto es que el control desde los ministerios madrileños ha generado una paralización casi completa de la Administración catalana, que se ha traducido en la parada de muchos proyectos que presupuestados y que, por lo tanto, tienen que ser ejecutados. Para variar, en Madrid nadie da ninguna explicación de por qué no se ejecuta el presupuesto. Los próximos meses podríamos ver que la actividad cae considerablemente por la vía del consumo público si esta situación no se revierte con celeridad.

"En Madrid nadie da ninguna explicación de por qué no se ejecuta el presupuesto"

 

El segundo objetivo que el próximo Gobierno tendría que afrontar es un debate sobre el mercado de la construcción y el mercado inmobiliario. El servicio de la deuda (la proporción de la renta que las familias dedican al pago de la hipoteca) de las hipotecas catalanas sobrepasa el 40% y los del mercado de alquiler están borde el 35%. Sin duda, son cifras importantes y que señalan un cambio de ciclo si nadie se toma seriamente este tema.

 

El tercero gran objetivo es la ordenación del turismo. Los salarios reales caen puesto que la tasa de inflación es elevada y esto tendrá repercusiones. El sector necesita subir salarios rápidamente aprovechando que la economía de la zona euro ha fortalecido su crecimiento, el que señala que la demanda turística del próximo venidero 2018 aumentará con fuerza.

En definitiva, el proceso político que vive Cataluña es importante pero no nos tendría que despistar de aquello que es esencial en un Gobierno: asegurarse que la economía genera riqueza y bienestar para todo el mundo.