socia redactora de la revista Alternativas

Más allá de las cuotas: cuando ellas votan para qué ellos manden

24 de Octubre de 2013
Act. 08 de Noviembre de 2013

Los hombres han sido generalmente al frente de empresas y gobiernos porque han sido históricamente los que cobraban para trabajar y las mujeres han accedido más tarde en el mercado de trabajo. Pero, que pasa cuando son las mujeres quienes deciden quién será su cabeza? Eligen a un hombre o a una mujer?

 

El ejemplo está en las cooperativas de trabajo, donde son las personas las responsables de denominar al equipo directivo. El movimiento cooperativo tiene pocas mujeres en sus consejos rectores, y no pocas en sus bases. Es fácil encontrarse cooperativas con el 90% de mujeres socias, pero hombres a la dirección. A pesar de que es cierto que, en proporción, en este modelo de empresa hay un mayor número de mujeres en cargos directivos que no en las mercantiles, pero ciertamente se repiten bastante las estructuras patriarcales del entorno.

Por qué? Las socias de una escuela cooperativa con una sexagésima de mujeres trabajadoras y sólo dos socios (director y presidente) responden: "Porque ellos saben más de números"; "porque son mejores para negociar"; "porque tienen que hablar con otros hombres que son clientes, y entre ellos se entienden"; "porque tienen más experiencia". Tal cual.

 

Una mujer miembro de otra cooperativa industrial, que ocupó un cargo directivo que ya ha dejado, explica en voz queda: "Es una lucha constante con el mundo y con una misma. En parte, la organización de todo el trabajo está pensada para hombres que no pasan tiempos a casa. Yo me pregunto: ¿por qué tengo que ir a reuniones nocturnas? Por qué tengo que asistir a comidas de negocios cuando podríamos organizarlo todo con un café por la mañana? También me he dado cuenta a los consejos rectores que ellos tienen otra forma de hablar, otro manera de convencer . Ellos no siempre saben más que una mujer pero hablan con una seguridad aplastant. En las reuniones una se tiene que imponer para que la tengan en cuenta sin caer al ridículo. Es un esfuerzo extra, que puede cansarte".

Teresa Turnos, docente de Sociología de la Universitat Autònoma de Barcelona que ha estudiado el papel de la mujer al mundo laboral, opina que el que está mal es el sistema en todo su conjunto: la estructura social está pensada para el trabajo remunerado. No se tiene en cuenta el tiempo dedicado al trabajo de cuidar y a la compañía de niños y gente mayor fuera de la empresa. Tampoco se tiene en cuenta el tiempo libre. El sistema laboral está estructurado a imagen y parecido de hombres que trabajan a diestro y siniestro por dinero y mujeres que trabajan en casa – y ahora también fuera-.

Al artículo 'Maternidad y Empleo' (ver el número 2 de alternativas Económicas) se observa que cuanto más hijos tienen las parejas, más tiempos dedican ellos a trabajar fuera de casa y más dedican ellas a cuidar de sus familias.

Turnos acaba de publicar conjuntamente con Cristina Carrasco y Cristina Borderías una recopilación de artículos, de aquellos que salen poco de las aulas universitarias pero que tendrían que salir: "El trabajo de cuidar. Historia, teoría y políticas" (Edita Furhem Ecosocial y Catarata). Se preguntan cosas cómo: Quién se inventó el concepto 'trabajo' y qué son sus consecuencias sociales?

Supongo que todo está relacionado y, si lo piensan, al final es obvio. Si a la mujer se le pide que no sólo se haga cargo de los hijos, los padres y los enfermos (cosa que algunas delegan generalmente en otro mujer) sino que además los mimi y estime; que limpie (o le diga cada día a otra mujer el que tiene que limpiar); que trabaje y traiga dinero a casa; que sea perfecta y no tenga ni canes ni estrías después de los altibaixos hormonales, un parto y nuevo meses de embarazo; es bastante lógico que – aunque esté en una cooperativa rodeada otras mujeres- intente no hacerse cargo de una responsabilidad más, un cargo directivo que, además, si se suma al resto de cargas, en un día de 24 horas es imposible llegar a todo.

Qué pasaría si para igualar remuneráramos las horas de trabajo a casa? Hay mucho debate en torno el tema. María Ángeles Durán, del Consejo de Investigaciones Científicas calcula que en España, este trabajo, si se pagara, equivaldría en mitad del PIB...Si se paga bien: habrían más hombres interesados a lavar platos, toallas y biberones; y más mujeres con tiempos para aprender, ganar experiencia y confianza, y pensar al ocupar cargos directivos? No cambiaría, de todos modos, el que dice Turnos...nada más y nada menos que el sistema capitalista.