Ingeniero y exministro

La medida del crecimiento

13 de Diciembre de 2021
Joan Majó

Estos últimos días hemos visto y escuchado, no sin preocupación, como tanto la OCDE, como el FMI, y como la misma UE, han rebajado en unos dos puntos las previsiones de crecimiento del PIB que el Gobierno español está utilizando en la formulación de los presupuestos para el año 2022. No es el único país donde esto pasa, pero es uno de los que necesita más que el respectivo gobierno se lo mire con atención. Espero que así sea y no tengamos problemas en la llegada, y sobre todo en la buena utilización, de las ayudas económicas que estamos empezando a recibir de la UE. Sería una lástima que ahora que la UE ha pasado de la austeridad al impulso solidario y transformador, no lo supiéramos aprovechar.

 

Comprendo y comparto esta preocupación puesto que no es una buena noticia. Pero, al mismo tiempo, me permite que la utilice para insistir y actualizar una reflexión más profunda que ya hace tiempo que hago alrededor de la importancia de revisar, y quizás redefinir, el concepto del crecimiento. Una reflexión que podría resumir en las siguientes tres frases: 1) El objetivo final de la política económica no es el crecimiento si no el bienestar de las personas. 2) El crecimiento económico es una herramienta muy importante porque es un componente clave del bienestar personal y colectivo; pero este bienestar no es tal sin otros componentes también importantes que el crecimiento tiene que potenciar y que no puede poner en peligro. 3) No defiendo el decrecimiento, aunque tengo muy claro que hay cosas que tienen que decrecer; pero pienso que podremos crecer siempre que sea con un crecimiento responsable que a la vez reduzca la desigualdad, asegure la sostenibilidad, y aproveche adecuadamente las posibilidades de las nuevas tecnologías digitales que permiten una fuerte desmaterialización del bienestar. Y sobre todo, que no cierre los ojos a que actualmente convivimos en el planeta con más de tres mil millones de personas que necesitan aumentar su nivel de bienestar, por razones humanitarias pero también para evitar una fuerte insostenibilidad social de carácter global.

La correlación entre crecimiento y bienestar no es automática puesto que pueden haber, y lo hemos visto recientemente de forma muy clara, crecimientos económicos que provoquen reducciones del bienestar porque sean perjudiciales para otros de sus aspectos como la cohesión social (por aumentos de la desigualdad), la salud (por varios tipos de contaminación), o la tranquilidad frente al futuro de las nuevas generaciones (por agotamiento de recursos o por insostenibilidad ecológica). Este sueño los tipos de crecimiento que tenemos que evitar.

 

Aumentar las herramientas materiales que permitan una "utilización colectiva" reduciendo las de "uso individual"

Cito de forma muy simplificada algunos de los aspectos que hace tiempos que creo que tendría que tener un crecimiento responsable como el que pido, teniendo en cuenta que tendría que servir de patrón por de adaptar nuestros modelo de consumo en las sociedades desarrolladas y ayudar a que las emergentes o más pobres también lo puedan ir implementando.

... Aumentar las herramientas materiales que permitan una "utilización colectiva" reduciendo las de "uso individual", pasando de la "propiedad" de la herramienta al "derecho de acceso" a los servicios, tanto personales cómo colectivos, privados cómo públicos, gratuitos o no

... Maximizar "la eficiencia" en la utilización de energía, reduciendo pérdidas, tanto en su generación y como en el uso final, y aprovechar al máximo la energía obtenida por "transformación" de la que se recibe gratuitamente del sol, reduciendo mucho la generada por "combustión" de fósiles, de forma que una gran parte de estos resten para siempre bajo tierra.

... Disminuir la obsolescencia procurando la "reutilización" de todos los recursos minerales transformados en herramientas, tantas veces cómo sea posible hasta que ya no lo sea.

... Reforzar las "políticas educativas" para que las personas puedan adquirir en las primeras etapas de su vida unas capacidades que los permita tener una "igualdad de oportunidades" donde desarrollarlas.

...Implementar políticas de "predistrubució" en el mercado y de "redistribución" vía fiscal que garanticen un nivel mínimo de vida digno a todos los ciudadanos.

... Reprimir la actividad económica especulativa que no crea "valor real" por las personas ni por la sociedad, pero que se cuenta cómo un elemento del crecimiento.

... Aprovechar la fuerza de las tecnologías "digitales" para potenciar muchos de los aspectos inmateriales que contribuyen al bienestar que serán cada vez más y que se podrán disfrutar con mucha más facilidad.

Acabo pensando sobre todo en las Organizaciones con las que he empezado el artículo. Nos tienen que enseñar a todos, empezando ellas mismas en sus informes, a dejar de utilizar el PIB y el PIB/cápita como único "índice" del nivel de progreso de una sociedad. No los hemos de eliminar, pero los tenemos que complementar con otros ya existentes que reflejen la cohesión, la equidad, el grado de formación, la salud, y la calidad de la convivencia. Solo así se puede tener un retrato que indique de verdad el nivel de progreso real de una sociedad y que permita servir de guía para las políticas públicas que hacen falta.