Necesitamos más emprendedores y emprendedoras

31 de Mayo de 2018

La emprendeduría es una actitud ante la vida, es una forma de vivir. Los emprendedores y las emprendedoras (en adelante!) miran el mundo de una forma diferente y, por lo tanto, ven cosas diferentes, cosas que la mayoría de las personas no son capaces de ver. Se anticipan al futuro (por eso a menudo los denominamos visionarios), no los da miedo equivocarse y luchan para hacer realidad sus ideas y sus sueños. La actitud emprendedora va más allá del mundo de la empresa. Podemos desarrollar una actitud emprendedora en todas las facetas de nuestras vidas: a la asociación a la cual pertenecemos, en clase, a nuestro equipo deportivo, al club de ocio, a nuestro grupo musical, a la familia o al grupo de amigos.

 

Ser emprendedor no es un don del cielo. Si nos formamos en un entorno emprendedor, posiblemente tendremos más posibilidades de serlo, pero cualquiera de nosotros puede decidir ser emprendedor. No importa el origen, no importa donde nacemos. Es por eso que cuando hablamos de políticas públicas o acciones orientadas a fomentar la emprendeduría me gusta empezar hablando de la dimensión social del concepto emprendeduría.

"Ser emprendedor no es un don del cielo" 

 

Qué idea tiene nuestra sociedad del concepto emprendedor? Es un concepto positivo o negativo? La tarea fundamental de un emprendedor es pasar de un sueño, de una idea, a una empresa. Así pues, cuál es el concepto que nuestra sociedad tiene de un empresario? Muchas veces tengo la impresión que muchos empresarios nos autodenominamos emprendedores porque nos hace un poco de cosa autoatribuir-nos el calificativo de empresarios, que es el que somos. Esto tiene mucho que ver con una visión social del emprendedor y del empresario que no es todo lo positiva y justa que haría falta.

 

La calidad de nuestra sociedad y la competitividad de nuestra economía dependerá, en gran medida, de la calidad de nuestros emprendedores. Noserá la única causa, pero tendrá un efecto muy importante en el bienestar de nuestra sociedad. La riqueza se tiene que redistribuir de forma justa y equitativa, y esta tiene que ser una de las funciones principales del sector público, pero antes de hablar de redistribuirla habría que hablar ampliamente de cómo generarla.

Pero que quiere decir ser emprendedor? Qué características comunes tienen estos emprendedores? Cómo se comportan? Cómo trabajan? Cómo piensan? A lo largo de mi carrera profesional he tenido la suerte de conocer y trabajar con muchos emprendedores y emprendedoras. He hecho de mentor en varios proyectos de fomento de la emprendeduría y he llegado a la conclusión que todos los emprendedores tienen unas características similares que los hacen ser cómo son, pensar como piensan y actuar como actúan. Además, también he aprendido que no hay una edad buena para emprender, cualquiera lo es. Y tanto o más mérito tiene emprender a los 20 años que a los 50.

Además, es muy importante que un emprendedor tenga valores. Tendría que ser humilde, reconocer sus propios límites y pedir ayuda cuando la necesita. Tiene que saber que los valores es transmitimos con la ejemplaridad, por eso su actuación tiene que ser justa y equilibrada. Tiene que ser prudente, antes de tomar decisiones, tiene que evaluar las consecuencias. Tiene que ser honesto, con él mismo y con los otros. El buen emprendedor entiende que su función a la sociedad va más allá de generar puestos de trabajo (que ya es en sí misma una función social) y de obtener un beneficio a través de una transacción económica. Sabe que tiene que aportar algo más que esto a la sociedad y que tiene que tener un impacto social positivo.

"Un emprendedor tendría que ser humilde, reconocer sus propios límites y pedir ayuda cuando la necesita"

 

Nuestra sociedad tendría que reconocer la importancia de nuestros emprendedores. Tendría que aplaudir a aquellas personas que abandonan su zona de confort para perseguir sus sueños. Que trabajan llevar y se juegan su patrimonio para construir una empresa. Nuestra sociedad tendría que reconocer mucho más su función.

Y nuestros políticos e instituciones tendrían que legislar y trabajar para hacer que el camino de la emprendeduría no sea tan complicado. Una de las funciones básicas de las instancias públicas tendría que ser la de crear un microclima propicio por la empresa y la emprendeduría en nuestro país.

Todos nacemos con un regalo que es el don de la creatividad, todos podemos ser emprendedores si es el que queremos y nos lo proponemos. Así pues tenemos que trabajar llevar como sociedad porque muchas más personas decidan iniciar este camino.

Si conseguimos que se incremente el número de emprendedores a nuestro país, que se reduzca la elevadísima mortalidad de las Start-ups (he evitado voluntariamente este término hasta este momento), que el peso de las nuevas empresas en el PIB del país se incremente, así como la ocupación generada por estas, el bienestar de nuestra sociedad se incrementará notablemente.

Sólo hay que mirar al nuestro cercando para ver que los países más felices del mundo (Noruega, Dinamarca, Islandia, Suiza, Holanda, Canadá,..) que, a la vegada acostumbran a ser los países con rentas más altas y mayor nivel de bienestar, se caracterizan por una visión social muy favorable de la iniciativa emprendedora y de la empresa. Estos países también comparten unas políticas redistributivas muy eficaces, así como un baixíssim nivel de corrupción. Quizás habría que tomar nota.