Nuevos tiempos, nuevos liderazgos, también en la Cámara

31 de Enero de 2019
Act. 28 de Febrero de 2019

Los cambios que están sacudiendo la sociedad se generan cada vez con mayor rapidez y están repercutiendo en la forma de hacer negocios. La inmediatez de la información, la globalidad del mundo y los cambios tecnológicos están marcando el fin de una época en el mundo empresarial. Los mil·lennials mujeres y hombres (nacidos entre 1980 y 1999), hijos de un entorno digital y que ya empiezan a ocupar cargos de responsabilidad en las organizaciones, presentan unos valores completamente diferentes de los de las generaciones anteriores: cruzan en la igualdad, defienden la diversidad, valoran especialmente su tiempo, quieren que su trabajo tenga un impacto social positivo y son conscientes de la importancia de preservar el medio ambiente.

 

"La jerarquía deja de tener carácter masculino y se acepta el liderazgo femenino basado en las capacidades, habilidades y méritos"

 

Esta nueva generación aporta, por lo tanto, maneras de pensar y de hacer muy diferentes, que están provocando un cambio en las estructuras empresariales. La jerarquía tradicional masculina impositiva está perdiendo pes en favor de entornos colaborativos flexibles, basados en la diversidad y que encuentran sus referencias de jerarquía en diferentes áreas de la empresa, en personas colaboradoras externas o incluso en sus iguales (C. de Anca y S. Aragón, IE Business School). Así pues, la jerarquía deja de tener carácter masculino y se acepta el liderazgo femenino basado en las capacidades, habilidades y méritos. Además, las mujeres aportan habilidades necesarias para ejercer los nuevos liderazgos, como son la capacidad de motivar y de conseguir que los grupos de trabajo funcionen coordinados (A. Maitland, London Cass Business School).

Si las estructuras jerárquicas del pasado no se adaptan ni a los nuevos valores, ni a los nuevos tipo de empresa, ¿no tendríamos que hacer un examen de nuestras instituciones y analizar si se adaptan a este nuevo entorno para garantizar que están preparadas para afrontar el futuro, los nuevos acondicionamientos y sus dinámicas?

 

En concreto, la Cámara de comercio de Barcelona, institución que en su momento fue pionera y un referente en el apoyo al crecimiento del tejido empresarial catalán, tendría que hacer una reflexión y analizar si está preparada para afrontar este nuevo reto, que en gran medida determinará su relevancia como agente de representación de las empresas y las personas autónomas. Esta reflexión es imperativa y tiene que hacerse tanto desde una perspectiva interna como externa. De no llevarse a cabo, el riesgo es grave: quedarse fuera de "juego".

La perspectiva interna es importante porque se tiene que replantear si realmente su pleno es una representación equitativa de los sectores empresariales que conforman la economía del territorio. Pero además se tiene que analizar a qué tipo de liderazgo corresponde la estructura de la Cámara, tanto la del pleno, como la de la propia institución, y si es la adecuada de cara a afrontar los nuevos retos de futuro. Si aceptamos como válidos los estudios de los expertos presentados, parece que no. El nuevo liderazgo requiere formas de hacer diferentes de las existentes, basadas en la cooperación, más que en la imposición, donde la diversidad, empezando por la mujer, aporte valor a la organización. En la actualidad la representación femenina en el pleno no llega al 10% del total de vocalies y es del 22% entre las sillas elegidas a propuesta de organizaciones empresariales.

La revisión desde un punto de vista externo es también clave, porque la forma de hacer de la Cámara se tiene que caracterizar para escuchar las empresas. Pero no sólo las grandes empresas, sino muy especialmente las Pymes, que representan más del 90% del tejido empresarial catalán y por lo tanto son sustentadores de nuestra economía. Hay que apoyarlas y por eso hay que saber qué problemas tienen para su desarrollo. Es responsabilidad de la Cámara conocerlas, analizar las tendencias de mercado y de desarrollo tecnológico y proponer, en un trabajo de colaboración con las agrupaciones de representación sectorial, acciones para facilitarlos la diferenciación y el crecimiento internacional.

"En la actualidad la representación femenina en el pleno de la Cámara no llega al 10% del total de vocalies y es del 22% entre las sillas elegidas a propuesta de organizaciones empresariales"

 

Se tiene que hacer una pasa adelante y transformar la institución, porque el modelo vigente no se adapta ni a las necesidades actuales ni a las futuras. A partir de mayo, el nuevo pleno tendrá que trabajar porque este cambio sea un hecho. Porque si no se hace esta pasa, la Cámara acontecerá un ente obsoleto. La Cámara tiene que liderar el cambio del entorno empresarial y dar sentido a su existencia. Tiene que renovarse internamente con una estructura más acorde a los nuevos tiempos, más incluyente, con una representación de la mujer al 50%, y externamente con una visión más abierta y actualizada de la economía y del mundo empresarial.

La Cámara es necesaria y su renovación urgente. Es más, esta tan necesaria renovación será real sólo si llega al pleno nueva gente, con nuevas energías, nuevos valores y nuevos liderazgos.