Cuatro actos en cuatro escenarios bien diferentes —una exposición de arte abstracto, un debate político sobre el centro, una cena cargada de intrigas vaticanas y una cumbre sobre el futuro del turismo— ofrecen un mosaico sorprendentemente coherente del mundo que nos rodea y del poder de Barcelona. Entre líneas rectas pintadas por Sean Scully, discursos sobre la desaparición del centro político, conspiraciones en el corazón de Roma y la redefinición del turismo como convivencia, emerge una pregunta que lo atraviesa todo: ¿cómo ordenamos la complejidad de hoy sin perder de vista la belleza, la verdad o la justicia?
Sean Scully, el abstracto rectilíneo
Dice la sabiduría popular que a la gente no se la debe juzgar por lo que dice, sino por lo que hace. Yuval Noah Harari, por su parte, dice que siempre es complicado definir conceptos fundamentales y pone como ejemplo el hecho de que “a los físicos les cuesta definir la materia y la energía, a los biólogos les cuesta definir la vida y a los filósofos les cuesta definir la realidad”.
Partiendo de estas dos pequeñas convicciones, ampliamente comprobadas desde hace años, fue que fuimos a la Pedrera a ver un magnífico intento de estructurar la abstracción a cargo del pintor y escultor Sean Scully.
"¿Es necesario cuadrar la abstracción, cuando sabemos que la naturaleza no se escribe en líneas rectas? ¿Se puede explicar la belleza?"
Scully, realmente, se explica mucho mejor expresando su obstinado deseo de ordenar el universo en bandas horizontales que no explicando por qué lo hace en el excelente vídeo de David Trueba que cierra la exposición.
Salimos entonces a la calle con una grata impresión plástica en la retina y una pregunta tal vez demasiado racional sin resolver: ¿es necesario cuadrar la abstracción, cuando sabemos que la naturaleza no se escribe en líneas rectas? ¿Se puede explicar la belleza?
No esperamos que sea Scully quien nos dé una respuesta oral o escrita.
El círculo y el centro
El expresidente José Montilla, el exsecretario de estado de cultura José María Lassalle, la periodista vigatana Najat El Hachmi y la subdirectora de La VanguardiaIsabel García Pagán hacen un debate en el Cercle d'Economía sobre esto del centro y sobre cómo desactivar la exasperación. ¡Dios mío, que diría aquel!
La conversación coral, programada dentro de un ciclo organizado por la Associació de Periodistes Europeus, la Fundación Diario Madrid y el mismo Cercle d'Economía, acaba con una conclusión inesperada: el centro político entendido como un espacio de encuentro donde reinan la moderación y el diálogo ya no existe.
De la misma manera, dicen, que tampoco tiene mucho sentido hablar de derechas e izquierdas a la hora de calificar los partidos políticos que se pelean por gobernarnos.
Ya sabemos que el centro, como la verdad, son conceptos relativos, pero ahora, sin estas referencias, ¿qué hacemos? ¿Nos ponemos a pintar líneas horizontales de gran belleza a ver si de esta manera, si más no, nos quedamos más tranquilos? Lo pensaremos, que para eso el Círculo organiza estas cosas: para hacernos pensar.
El Papa y la Duquesa
“El Papa no sabe de la misa la mitad”, dice el periodista y escritor Vicente Lozano a las postres de una magnífica cena organizada por Eduard Torres en el hotel Duquesa de Cardona ante un selecto grupo de profesionales activos y no tan activos, de alta inquietud cultural, como el arquitecto Josep Miàs, la abogada Rosa Maria Pons, el empresario Gabriel Jené, la filóloga Montserrat Boixareu, la editora Rosa Collado, el político Ramon Tremosa o el auditor Francesc Rosés, entre otros.
Lozano ha escrito tres libros sobre el Vaticano y sus misterios, ha conocido directamente a muchos actores de sus intrigas y está convencido (dice que tiene pruebas) de la guerra abierta contra el Papa Francisco que financian determinadas asociaciones católicas norteamericanas cercanas a Donald Trump.
Francisco, dice Lozano, ha sacado la Banca Vaticana de la lista de paraísos fiscales, ha eliminado unos 4.000 cuentas corrientes procedentes de organizaciones non sanctas, ha luchado contra la pederastia, ha cerrado un burdel regentado por cardenales poco ortodoxos, y ha echado al cardenal Raymond Burke del palacio suntuoso que habitaba.
"El Papa Francisco ha sacado la Banca Vaticana de la lista de paraísos fiscales, ha luchado contra la pederastia y ha cerrado un burdel regentado por cardenales poco ortodoxos"
Y, sobre todo, ha luchado contra la emergencia climática y contra la burocracia, dos grandes cuestiones contra las que la reacción organizada, en este caso desde el FBI y la CIA, según Lozano, no admiten discusiones.
Una cena bien oportuna, todo sea dicho, en la que también se habló de la película Conclave, de tres libros de Lozano (Intrigas y poder en el Vaticano, Vaticangate y Quizás nunca hubo primavera), de la enfermedad de Francisco y de los candidatos más probables a sucederlo: Gerhard Müller, del sector conservador; Raymond Burke, del sector ultra, y el filipino Luis Antonio Gokim Tagle, del sector reformista, que vendría a ser el candidato del actual obispo de Roma.
A menos que haya un pacto y salga elegido un candidato de centro, como el actual Secretario de Estado, Pietro Parolin, que se podría consensuar, dado que el Vaticano es una organización sabia y antigua que de momento aún no ha suprimido el centro como referencia esencial de cualquier ecosistema político.
Cumbre de Turismo y Economía
El alcalde Jaume Collboni, la presidenta de la Diputació Lluïsa Moret, la presidenta de Paradores y del comité organizador de la Cumbre de Turismo y Economía Raquel Sánchez, el conseller de Economía Miquel Sàmper y el ministro de Industria Jordi Hereu abrieron las sesiones de un encuentro concebido para analizar las bases de un nuevo paradigma de la industria turística.
Todos coincidieron en dos cosas: en considerarlo una herramienta imprescindible de desarrollo económico y social y en la necesidad de redefinirlo en un nuevo paradigma que respete los valores culturales y convivenciales del país receptor.
“Para tener turistas felices hay que tener ciudadanos felices”, dijo Collboni repitiendo unas acertadas palabras del alcalde de Atenas. “Quien esté en contra de los ingresos de 20.000 millones de euros anuales, que dan empleo a mucha gente de nuestro país, que nos explique cómo nos lo haríamos si no los tuviéramos", clamó Sàmper.
Un 12,8% del PIB, casi tres millones de trabajadores ocupados y 126.000 millones de euros recaudados el año 2024, fueron los datos de toda España expuestos a su vez por Sánchez, mientras Moret pedía un turismo inclusivo y con valores y el ministro Hereu recomendaba anticipar el futuro, como la mejor manera de construir una actividad sostenible y eficiente al servicio del país y de sus residentes, tanto si son fijos como temporales.
"La gran clave de bóveda es esta: reconocer a los turistas como residentes temporales de los países que visitan, con los mismos derechos y deberes que los residentes habituales"
Porque la gran clave de bóveda es esta: reconocer a los turistas como residentes temporales de los países que visitan, con los mismos derechos y deberes que los residentes habituales.
Y esto vale para todos, porque turistas lo somos todos en algún momento u otro.