Pagar con datos o dinero, pero pagar

05 de Octubre de 2023
Act. 20 de Noviembre de 2023
Josep Maria Ganyet | VIA Empresa

Mark Zuckerberg quiere hacer pagar a los usuarios europeos por Instagram y Facebook. Es la solución que ha propuesto a los reguladores de Bruselas para cumplir con la Ley de Mercados Digitales de la UE (DMA) y no perder el lucrativo mercado a partir de noviembre. Y no es barato: 13 euros para acceder desde el móvil, 16 euros si se quiere acceder también desde las nuevas aplicaciones para ordenador. La UE se lo está pensando.

Dicho así es poco más que un titular clickbait, curiosamente el tipo de titulares que los mismos medios sociales promocionan. Explicado, no suena tan apocalíptico. Si podemos utilizar las redes sociales sin pagar es porque los anunciantes pagan la fiesta. El incentivo que tienen para pagar es que empresas como Meta (Facebook, Instagram) o Alphabet (Google, YouTube) les pasarán datos sobre nuestro comportamiento que les ayudarán a vender más. Esto provoca un incentivo en las empresas proveedoras del servicio que es el de maximizar la extracción de puntos de datos (se dice así) de sus usuarios. Nos pensamos que las redes sociales sirven  a los usuarios cuando en realidad sirven a sus clientes.

Si podemos utilizar las redes sociales sin pagar es por que los anunciantes pagan la fiesta

Hasta aquí nada a decir, en una economía de mercado las cosas van así y si no te gusta te vas a la competencia. Si la hay. Los problemas vienen de que las empresas de las redes sociales no son empresas normales. Para empezar para los anunciantes no hay opción publicitaria fuera del duopolio Meta-Alphabet que acaparan cerca del 50% de los ingresos globales por publicidad en linea.

Tampoco son empresas equiparables a nada que hayamos conocido: ninguna empresa en la historia no había tenido la capitalización que pueden tener Alphabet, Meta, Amazon, Apple o TikTok (Apple supera el PIB de España). Y sobre todo nunca el acceso a la información había estado en manos de tan pocas manos. Las redes sociales han sido instrumentales en la alteración de procesos democráticos. Sin su concurrencia no se habría ampliado una mentira como el "robo del voto" de las elecciones americanas que acabó con el asalto al Capitolio y siete muertos. Un aviso para navegantes de cómo los datos que cedemos a estas empresas se pueden volver en contra nuestra.

Nunca el acceso a la información había estado en manos de tan pocas manos

La UE es muy consciente del poder desmesurado que entre todos hemos cedido a las grandes tecnológicas y de que cuando las ha querido regular se han erigido en un contrapoder de facto. Esto explica que la Ley de Mercados Digitales sea muy restrictiva en cuanto a la recogida de datos que todos estos gigantes hacen de nuestra actividad. Un apunte: Facebook tiene una patente del 2018 para detectar con los datos del acelerómetro del móvil si dos personas que utilizan la aplicación van en el mismo vehículo aunque tengan la geolocalización desactivada; si las frenadas y aceleradas son las mismas es que viajan en el mismo vehículo.

Con todos estos antecedentes la UE hace bien en poner el foco en las personas y darnos todo el poder de decisión sobre si queremos ceder nuestros datos o no, con un mecanismo tan sencillo como un mensaje cuando abrimos la aplicación. Es con esto que Facebook y el resto tendrán que cumplir a partir de noviembre. No es que nos toque pagar sí o sí, sino que podremos decidir si pagamos con dinero por el mismo servicio que hasta ahora habíamos pagado con datos. Se entiende muy bien si pensáis en Spotify, que lo podéis disfrutar con anuncios o pagando la cuota y siendo felices.

Decir que Zuckerberg no está solo. Hace un par de semanas el omnipresente Elon Musk en conversación con el primer ministro Benjamin Netanyahu dejaba caer que la única manera de acabar con trolls y cuentas falsas era estableciendo una cuota mensual de 3 dólares. También hemos podido ver capturas de pantalla de TikTok donde se deja escoger al usuario entre la versión de pago o la de anuncios.

Al final mucho ruido para nada. La mayoría de gente picaremos al botón de "no quiero pagar" y continuaremos como hasta ahora, pagando con nuestros datos, que ahora sabemos que valen de 13 a 16 euros al mes. Multiplicadlo por los 400 millones de usuarios mensuales activos en Europa de Facebook y por los 338 de Instagram y veréis la magnitud del dilema del bueno de Mark.