Etnógrafo digital

Por fiestas, salid y aburriros

19 de Diciembre de 2024
Josep Maria Ganyet | VIA Empresa

Leo que en Francia, el ministerio de educación desde el año 1987 realiza una prueba de dictado, siempre la misma, a los alumnos de CM2 (10 y 11 años). Las cifras de 2022 muestran que en las últimas décadas el nivel de ortografía y gramática ha caído drásticamente: los jóvenes de hoy cometen 20 faltas de media mientras que en 1987 cometían 10.

 

"Los jóvenes de hoy cometen 20 faltas de media mientras que en 1987 cometían 10"

PISA

Los resultados de Catalunya en el último informe PISA (2022) muestran una tendencia similar en las competencias básicas, especialmente en matemáticas, ciencias y comprensión lectora.

En matemáticas, Catalunya ha sufrido una caída de 21 puntos entre 2018 y 2022, la más grande registrada en España. Esto representa una pérdida equivalente a un año escolar. Con 469 puntos, es el nivel más bajo desde el inicio de las pruebas PISA en el año 2000. La comprensión lectora ha retrocedido 22 puntos respecto a 2018, situándose en 462 puntos. Esta pérdida es muy superior a la media española (-6), europea (-14) y de la OCDE (-11). Tampoco se salvan las ciencias, que registran un descenso significativo, con Catalunya registrando 477 puntos en competencia científica, por debajo de la media española y de la OCDE, que obtuvieron 485 puntos.

 

TIMSS

El informe Trends in International Mathematics and Science Study (TIMSS) del año 2023, que mide el rendimiento en matemáticas y ciencias de los alumnos de 4º de primaria, tampoco nos deja muy bien.

El rendimiento de los alumnos catalanes ha empeorado, situándose por debajo de la media española y de la OCDE. Catalunya ocupa el lugar más bajo entre las regiones españolas en ambos ámbitos. Hablaba de ello la semana pasada la directora del VIA Empresa, Elena Busquets, en su columna de opinión.

Algunas pistas

Los factores que nos han llevado a esta situación son múltiples, se influyen unos a otros y, según como, se hace difícil establecer relaciones de causa y efecto. A pesar de todo, parece que hay algunos de evidentes, lo son:

  • Impacto de la pandemia: la pandemia amplificó problemas preexistentes en el sistema educativo, como la segregación escolar y las desigualdades.
  • Desigualdades sociales: las diferencias entre alumnos de contextos socioeconómicos altos y bajos son notables. En Catalunya, esta brecha equivale a casi dos años y medio de aprendizaje (100 puntos), lo que refleja un sistema poco equitativo.
  • Digitalización del aula de aquella manera: el uso creciente de dispositivos electrónicos y teclados ha reducido la práctica de la escritura manual, ha hecho innecesaria la síntesis de contenidos y ha descargado a los estudiantes de todo esfuerzo memorístico.
  • Uso abusivo de redes sociales: la naturaleza breve, fragmentaria, descontextualizada y audiovisual de las redes sociales hace que sus usuarios se acostumbren a mensajes cortos en sesión continua infinita y que les cueste mucho concentrarse en textos largos que requieran análisis.
  • Exposición a lenguajes informales: las redes sociales y las aplicaciones de mensajería instantánea fomentan el uso de abreviaturas y formas no estándar, que influyen negativamente en la ortografía formal.
  • La desaparición del aburrimiento: los jóvenes cuando no interactúan presencialmente lo hacen por redes sociales y cuando consumen contenido Brain Rot, consumen contenido banal que no tiene otra función que la de hacernos consumir más contenido banal en un scroll infinito de banalidad. El poco tiempo libre que les dejan las actividades extraescolares ya hace años que ha dejado de serlo porque lo ha secuestrado el móvil.

"La naturaleza breve, fragmentaria, descontextualizada y audiovisual de las redes sociales hace que sus usuarios se acostumbren a mensajes cortos en sesión continua infinita y que les cueste mucho concentrarse en textos largos que requieran análisis"

El Test de Torrance

El Test de Torrance es una prueba psicométrica desarrollada por Ellis Paul Torrance en la década de 1960, diseñada para evaluar la creatividad en individuos de diversas edades. El test mide cuatro aspectos de la creatividad: la fluidez, capacidad para generar un gran número de ideas o respuestas ante un problema; la flexibilidad, la habilidad para producir ideas variadas y cambiar de perspectiva fácilmente; la originalidad, la capacidad para ofrecer respuestas únicas o poco comunes; y la elaboración, el nivel de detalle y desarrollo de las ideas propuestas.

Pues bien, la Dra. Kyung-Hee Kim de la Universidad de William y Mary analizó cerca de 300.000 tests de Torrance de niños de infantil a adultos de todo el país, recogidas entre 1968 y 2008. Descubrió que las puntuaciones de creatividad comenzaron a caer en picado en 1990. Aunque la creatividad está en la base de las matemáticas, de las ciencias y de la escritura, la constatación de su caída no nos sirve para explicar los malos resultados de los indicadores catalanes, aunque fueran extrapolables.

Lo que sí que nos sirve, sin embargo, son las causas. La Dra. Kim y otros científicos lo atribuyen a una transformación significativa en nuestras vidas -aceleración constante y sobrecarga de actividades- que afecta tanto a niños como a adultos, limitando el tiempo disponible para actividades que fomenten la creatividad.

Nuestra infancia se desarrolló en un entorno de juegos no supervisados e imaginativos, que nos permitían explorar y desarrollar nuestra creatividad de manera natural. Un bastón era una espada y una bici la moto del Motorista Fantasma. Hoy, las agendas sobrecargadas de extraescolares y la supervisión constante -también digital- han reducido estas oportunidades, restringiendo el espacio de la imaginación a una actividad planificada.

"Los constantes estímulos externos nos dejan poco margen para el pensamiento desestructurado y la reflexión personal"

Los adultos también nos enfrentamos a dificultades para encontrar momentos dedicados a actividades creativas. Los constantes estímulos externos nos dejan poco margen para el pensamiento desestructurado y la reflexión personal. Además, la interacción creciente con dispositivos electrónicos y entretenimiento digital ha cambiado la manera como ocupamos nuestro tiempo libre. La inmersión en contenidos digitales nos sitúa en un papel pasivo.

El test definitivo

¿Qué enseñaríais antes, las fotos de WhatsApp o el tiempo de uso del móvil? Pensad bien qué os puede hacer pasar más vergüenza. Este es el test definitivo, que comienza por uno mismo. Id a ver el tiempo de uso del móvil. Allí encontraréis la magnitud de la tragedia: las horas que pasáis (más de 3), las consultas que hacéis al móvil (por encima de las 100) y las notificaciones que recibís (de 50 en adelante). Seguramente os avergonzaréis.

"¿Qué enseñaríais antes, las fotos de WhatsApp o el tiempo de uso del móvil? Pensad bien qué os puede hacer pasar más vergüenza"

El presentador del Via Lliure de RAC1, Xavi Bundó, hizo el experimento radiofónico de dejar de usar el móvil durante una semana. Hablando con él me dijo que lo que más le sorprendió fueron los pequeños momentos ganados, que antes eran perdidos. Se dio cuenta de que cuando iba por el pasillo, iba al baño o esperaba que hirviera la olla, instintivamente cogía el móvil para ver los últimos tuits o los me gusta en Instagram. Ni los micromomentos de banalidad nos quedan.

Si hacéis el mismo test con vuestros hijos lo entenderéis todo. Con medias de 4 y 5 horas de uso del móvil entre semana y de 6 a 8 los fines de semana os daréis cuenta de todo el tiempo que su cerebro ha estado escuchando una vocecita interior que no era la suya, todo el tiempo que ha dedicado a trabajar para los señores tecnofeudales de Silicon Valley, como los niños de Manchester que en el siglo XIX trabajaban encadenados a un telar. Si Dickens levantara la cabeza!

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Tecnofeudalismo

Si hacéis números os daréis cuenta de que esto son aproximadamente las mismas horas que dedican a las tareas lectivas, es decir, en el tiempo que hacen un ciclo medio de ESO y bachillerato podrían hacer dos!

¿Los ponemos a estudiar y que con estas horas de más se conviertan en el próximo Einstein? No hace falta. Si todo este tiempo, en lugar de horas pegados a contenido banal que sólo tiene como objetivo que consuman más contenido banal, fueran de aburrimiento, habría más posibilidades de que llegaran a ser un genio. Einstein sabía bien el valor del aburrimiento y por eso se pasaba horas flotando con su barco de vela dejando fluir sus pensamientos.

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PD: Ahora que vienen fiestas os podéis divertir mucho haciendo el test de “WhatsApp o tiempo de uso”, a los niños de casa, y por qué no, también a los mayores.