Parece que la idea de que España, Catalunya, tiene una productividad miserable, se va abriendo camino. Y que esta falta de productividad va por sectores. Y que los sectores que hacen crecer el PIB “falsamente” son, principalmente, los de baja productividad: hostelería y turismo. Lo que conlleva una reducción del PIB per cápita. El hecho no acaba de ser oficialmente reconocido con un estudio -llámenle libro blanco, si quieren- producido por el Col·legi d’Economistes, y que provoque que las instituciones se pongan las pilas. Como el país es pequeño, deben tener miedo de pisar callos de conocidos y saludados. Por eso, ahora nos queda pendiente que los gobernantes asuman esta realidad y comiencen a aplicar penalizaciones sobre estos sectores no productivos. También convendría que el consumidor aprendiera que es mejor tomar dos cafés al día y pagar un poco más que no tomar cuatro y pagar una miseria que favorece que el país esté infestado de terrazas de bar como ningún otro país de Europa.
Y hablando de productividad, derivamos a una cuestión que está de gran actualidad: la reducción de la jornada laboral. Por principios, por sentido de la historia, tiendo a creer que la gente debe ir trabajando cada vez menos horas. Y encuentro que hace demasiados años que la jornada laboral está estancada en 40 horas semanales. Bueno, en Francia, está en 35 horas. Y es sobre un par de experiencias personales de las que les quisiera hablar.
La primera está ligada a este hecho francés, ya que, en la época de la reducción (año 2000), yo trabajaba para una multinacional francesa y dependía de París, donde estaba el consejero delegado del grupo. Recuerdo que el catastrofismo era grande entre la sociedad empresarial francesa. Se decía que la reducción planteada (un 11% en las horas trabajadas, ya que ellos partían de 39 horas semanales) significaría el final del país, de su estatus económico. Nada de eso ha sucedido. Tampoco se ha cumplido el objetivo principal: reducir el desempleo. De hecho, no ha hecho falta, porque el desempleo en Francia suele ser bajo -entre otras cosas porque se penaliza al desempleado que rechaza puestos de trabajo que se le ofrecen-. Pero ha tenido lugar una característica: no ha afectado lo que podríamos denominar el output del país. Por lo tanto, hay que concluir que la productividad global francesa ha aumentado.
"Una parte de la productividad se ve afectada por la acción y la disciplina en el trabajo"
Como segunda experiencia, me remito a una de personal. En la empresa que dirigía dentro de este grupo multinacional, me di cuenta de que en nuestras oficinas de Barcelona el personal estaba -aparentemente- trabajando hasta tarde: las siete, las siete y media, etc. Mientras tanto, en nuestras oficinas del extranjero se podía comprobar que terminaban a las seis o seis y media. Y no se hacían, allí, menos proyectos de los que se llevaban a cabo en Catalunya. Por lo tanto, acordamos “prohibir” a la gente permanecer en la oficina más allá de las seis de la tarde. Y así se hizo. Y la cantidad de trabajo realizada se mantuvo sin afectación. Y es que una parte de la productividad se ve afectada por la acción y la disciplina en el trabajo. Y, en nuestra casa, se pierde mucho tiempo a lo largo del día; no nos engañemos.
Todo esto me lleva a pensar que la reducción de la jornada laboral llevará no a contratar más gente, sino a trabajar de forma más ordenada y productiva. Porque una de las cosas que debe conllevar esta reducción es una legislación que premie a quien trabaja mejor. Este es un hecho que requiere tiempo, adaptaciones y mejoras. Pero estoy convencido de que las empresas y los trabajadores buscarán la manera (inversiones en tecnología, en formación, en procedimientos, en “no perder el tiempo” durante la jornada laboral, etc.) de no reducir el output a pesar de que se reduzca el número de horas trabajadas.
"La reducción de la jornada laboral llevará no a contratar más gente, sino a trabajar de forma más ordenada y productiva"
Solo los sectores donde no se puede mejorar la productividad se verán afectados negativamente. Un bar tendrá que pagar más a los camareros o tener menos horas abierto el servicio al público. ¿Mala noticia? Al contrario, los sectores donde no se trabaja por objetivos tendrán que entrar en la racionalidad y, a mi entender, tendrán que reducirse. ¿Quieren mejores noticias?