Socio director de Networkia Business Center

'Rehabilitación empresarial'

20 de Mayo de 2015
El pasado 12 de marzo el Congreso aprobó el Real Decreto-Ley 1/2015 conocido como mecanismo de segunda oportunidad. Por lo tanto, a pesar de que se encuentra en trámite parlamentario y todavía se pueden añadir mejoras, ya es del todo vigente.

Esta ley que implica finiquitos y mecanismos de moratoria tanto a deudas de pequeños empresarios como de personas físicas, ya de inicio tenemos que decir que supone una buena noticía y que resulta absolutamente necesaria. La situación de una gran parte de las pymes de nuestro país es de viabilidad pero con un endeudamiento que las asfixia. Si este mecanismo funciona, podría facilitar la continuidad de muchas pequeñas y medianas empresas que de otro modo se verían abocadas al cierre con el drama social que esto supone. Estas pymes no salen a las noticias, porque individualmente no son significativas, pero, si las sumamos, veremos que en los últimos años se han cerrado miles de empresas y se han perdido miles de puestos de trabajo. No olvidamos que en España tres de cada cuatro trabajadores lo hace en una pyme.

De entre las mejorasnecesarias, una sería que los créditos públicos puedan estar afectados por el proceso de exoneración de deudas a valoración del juez. Sabemos que el crédito público es "de todos" y, por lo tanto, se tiene que proteger, pero también sabemos que un día de retraso en el pago a la S.S. supone una penalización del 20%, y poco después un 35%. Hay casos y sectores donde esta deuda es el que puede impedir la continuidad de la empresa. Estaría bien que fuera el juez del mercantil quién considere su inclusión o no.

Otra mejora sería la eliminación del deudor del Registro público concursal, al menos un golpe cerrado el proceso. Todos sabemos que, desgraciadamente a nuestra cultura, se estigmatiza al empresario que ha tenido que cerrar su empresa a diferencia del que pasa a otras economías occidentales. Sería bueno que esta ley facilite nuevas iniciativas de quienes tiene la capacidad de emprender. Esta "rehabilitaciónempresarial", también facilitaría el retorno del empresario a la actividad evitando incentivar la economía sumergida.

Hace pocos días hemos visto que esta medida se ha aplicado con éxito a nuestro entorno, concretamente en Rubí. Sería bueno que, en poco tiempo, la cantidad de empresas que salgan adelante, superando una situación como las mencionadas sean tantas que no acontezcan noticía.