Ingeniero y exministro

Los robots son nuevas herramientas

21 de Febrero de 2022
Joan Majó

Seguimos ya hace unos años un debate que se ha transformado en polémica, sobre si la robotización que estamos viviendo tendrá un efecto negativo o positivo en la creación de puestos de trabajo. Está claro que, a primera vista, en las cadenas de producción los robots sustituyen a las personas, y que también se está observando que la robotización se extienden ahora a trabajos del sectorservicios cómo la cura de personas, la limpieza o el transportes. Ahora bien, como no hay que hacer pronósticos a primera vista, han aparecido los últimos años bastantes estudios de autores muy expertos que han analizado lo que ha pasado en varios países y sectores, y han hecho previsionesnuméricas al respecto. Las previsiones de los primeros años eran casi siempre negativas e incluso preocupantes; pero algunas de las más recientes las contradicen, y no solo no anuncian la pérdida de puestos de trabajo, si no que incluso aseguran que la robotización es una fuente de creaciónde ocupación. De aquí la polémica. No me considero un experto, pero el tema me ha interesado y me han extrañado estas contradicciones. He reflexionado sobre lo que pasa, y querría poner en consideración tres elementos.

 

Causalidad o simultaneidad

Las discrepancias en los resultados indicados pueden tener diferentes explicaciones. Al analizar los cambios que se producen en una sociedad cuando aparece un nuevo fenómeno, no siempre se puede concluir que el fenómeno sea la simple causa de los cambios. Puede ser que los cambios sean causados por algún otro elemento que también se esté produciendo simultáneamente, pero que no sea tan visible. También puede ser que los cambios sean la consecuencia de las características de la sociedad, o de las diferentes reacciones de la sociedad ante el fenómeno. Desde el punto de vista de los puestos de trabajo, la robotización puede ser muy positiva en algunos modelo socioeconómicos y en algunos mercados de trabajo concretos, y puede ser negativa en otros. También puede ser diferente el resultado según qué sean las precauciones o las actuaciones de la sociedad ante la llegada del fenómeno. Por lo tanto es tanto lícito pensar y defender que los robots destruyen puestos de trabajo (así pasó con las máquinas al inicio de la era industrial), tanto como pensar que pueden ser una ocasión de mayor progreso y de mejora del bienestar personal y social (como finalmente así ha sido). Yo me apunto al segundo grupo y pienso que la robotización es una fuente de progreso, si se sabe hacer bien.

Calidad de los puesto de trabajo

La robotización más conocida es la que inicialmente se introdujo en las cadenas de montaje industriales con trabajos que suponen una actividad física, pesada, repetitiva, programada, y con poca necesidad de improvisación. Un trabajo poco atractivo, y normalmente poco retribuido. Si la robotización permite una liberación de personas y se aplican políticas que permitan unos adecuados reciclajes de competencias personales para ocupar lugares más calificados, se pueden conseguir unos aumentos de productividad en los lugares antiguos, una mayor competitividad del conjunto de la economía, y un fuerte progreso social. Finalmente, todo esto puede suponer un aumento de la demanda y la calidad de nuevos puestos de trabajo, y una reducción del tiempo de trabajo.

 

El robot no se tiene que ver como sustituto de una persona, sino más bien como una nueva herramienta tecnológica para su trabajo

La robotización se ha ido extendiendo mucho con otros tipos de robots, pero todavía es cierto que no siempre son adecuados para trabajos que necesiten capacidad de imaginación, de respuesta improvisada y de trato cuidadoso con personas. Incluso los robots dotados de una cierta IA carecen sentido común y de empatía. En todos los casos, creo que debemos partir de un principio muy claro que resumo: El robot no se tiene que ver como sustituto de una persona, sino más bien como una nueva herramienta tecnológica para su trabajo; no es un sustituto, sino un colaborador.

Tecnología, robots y herramientas

He dicho y escrito muchas veces que la tecnología es el elemento que permite transformar el conocimiento personal en herramientas útiles para el bienestar, y que como que este conocimiento va aumentando, también cada vez tenemos más herramientas. No me ahorro de repetir que también supone dos peligros: que usemos las herramientas para finalidades rechazables, y que la existencia de las nuevas herramientas aumente las desigualdades entre personas, si hay unos que disponen de ellas y otros que no. Creo que la robotización se debe plantear viendo los robots como herramientas. Pienso que más que expulsar, lo que hacen es liberar a las personas de según qué tipos de trabajos, y en la mayoría de los casos hacerles el trabajo mucho menos pesado, ayudarlos a hacerlo mejor, o permitirles hacer trabajos que antes no podían hacer. No olvido que los avances en la IA y las posibilidades de aprendizaje de los robots irán moviendo las áreas donde establecer esta la colaboración.

Necesitamos urgentemente actualizar y utilizar los principios de lo que fue el socialismo democrático europeo de mitad del Siglo XX

Creo que tenemos que utilizar, revisados y actualizados, los mecanismos de introducción de estas nuevas herramientas tecnológicas, tal como se hizo a lo largo de los dos últimos siglos, adaptando nuestras costumbres y nuestras regulaciones para aprovechar las nuevas oportunidades y evitar algunos de sus peligros. Si se hace con cuidado, y teniendo en cuenta el bienestar global, nos iremos encontrando con un progreso social que supondrá mejores formas de trabajar, reducción del tiempo de trabajo, mayor creación de valor por hora trabajada, mayor disponibilidad de rentas y mayor acceso a servicios colectivos. No hace falta decir que todo esto no se puede conseguir simplemente dejando actuar libremente a las fuerzas del mercado, sino que exige una adecuada actuación publicoprivada que combine las iniciativas empresariales y sociales con una sensata regulación por parte de los gobiernos. Necesitamos urgentemente actualizar y utilizar los principios de lo que fue el socialismo democrático europeo de mitad del Siglo XX.