Edificios sostenibles, ciudades sostenibles

04 de Septiembre de 2019

Todo el mundo habla de cambio climático. El mundo está cada vez más urbanizado y los desafíos medioambientales que se nos presentan están a la orden del día. En este contexto, el desarrollo de modelos de ciudades sostenibles tiene que ser una cuestión prioritaria; a la hora de controlar el consumo energético y las emisiones de CO2, la edificación se erige como un elemento clave. En España, concretamente, se calcula que los edificios suponen más del 30% del consumo total de energía. Pero, a qué responde este dato? En gran medida, a falta de un aislamiento adecuado.

 

"Los edificios suponen más del 30% del consumo total de energía en España"

En este sentido, es necesario implementar medidas para una edificación sostenible y respetuosa con el entorno y las personas y, sobre todo, generalizar las construcciones de consumo casi nulo o NZEB (Nearly Zero Energy Building). Apostar por construcciones eficientes es uno de los grandes retos no sólo del sector de la edificación sino también de los organismos públicos y la sociedad en general. La lucha contra el cambio climático pasa, sin duda, por repensar el modelo de edificación.

Es la hora de la rehabilitación

 

Pero las mejoras energéticas en obra nueva no son suficientes para reducir el consumo de energía y las emisiones contaminantes, sino que también hay que poner el foco en los edificios ya construidos. Actualmente, el 50% del parque de viviendas en España data de antes de 1980, por eso la mayoría de viviendas responde a unas exigencias de eficiencia energética muy bajas o nulas. Por lo tanto, la rehabilitación se presenta como una alternativa para reducir el gasto de calefacción y aire acondicionado. De hecho, según datos de la Fundación La Casa que Ahorra, la rehabilitación energética puede reducir hasta un 80% la demanda de energía y, por lo tanto, las emisiones de CO2 en los hogares.

"La rehabilitación energética puede reducir hasta un 80% la demanda de energía"

Materiales como la lana de roca son una de las soluciones más económicas para abordar de forma satisfactoria este desafío. Según el Informe de Sostenibilidad que hemos elaborado desde ROCKWOOL, el aislamiento puede suponer un ahorro energético durante su vida útil equivalente al 57% del consumo anual de energía en todo el sector industrial de los Estados Unidos. La gran ventaja de la lana de roca es que, además de permitir un importante ahorro energético gracias a su capacidad de aislamiento térmico, favorece la creación de viviendas más seguras y saludables porque ofrece protección contra el fuego - soporta temperaturas superiores a 1000ºC-, proporciona confort acústico -bloquea, absorbe y mejora los sonidos- y mejora la calidad del aire interior, entre otros prestaciones.

Se divisa un cambio de rumbo?

Estamos de acuerdo, pues, en que el sector de la construcción tiene que hacer frente a las exigencias de la Unión Europea (UE) sobre eficiencia y sostenibilidad; constructores, arquitectos, propietarios y el mundo de la edificación en general tenemos que marcarnos como objetivo para los próximos años conseguir ciudades energéticamente eficientes. Pero necesitamos marcos políticos y normativos adecuados para lograr estos retos. En España, la legislación vigente vive un cierto atraso para implementar las directivas de la UE. De hecho, la voluntad de las iniciativas privadas está yendo más allá de aquello que dicta Europa, y los clientes demandan soluciones más exigentes en cuanto a sostenibilidad que lo que requiere la normativa o lo que favorecen las ayudas públicas.

Actualmente, el Gobierno español está valorando la posibilidad de activar el llamado Pasaporte Energético. Impulsado por la Fundación La Casa que Ahorra, se trata de un programa de ayudas para financiar las actuaciones en edificios residenciales que permitan reducir la demanda energética anual global de calefacción y refrigeración del edificio. Esta medida serviría como estímulo para el sector de la construcción en la rehabilitación energética de los edificios y facilitaría la transición hacia un modelo de ciudades más sostenibles, con una repercusión muy positiva desde el punto de vista medioambiental, social y económico. En otros países como Bélgica, Alemania o Francia ya se han desarrollado con éxito iniciativas similares.

"La ausencia de incentivos, la carencia de control del cumplimiento de la normativa o la escasa información de los propietarios son barreras que dificultan la rehabilitación energética"

Llegados a este punto, hay que hacer una reflexión sobre el nivel de implicación que tenemos como país para lograr los objetivos comunitarios de ahorro de la energía y reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Es necesario disponer de una estrategia con líneas de actuación muy definidas a escala nacional, autonómico y local para mejorar la sostenibilidad del parque de viviendas existente.

Mientras tanto, la ausencia de incentivos, la carencia de control del cumplimiento de la normativa o la escasa información de la que disponen los propietarios son algunas de las barreras que dificultan la rehabilitación energética. Seremos capaces de sobrepasarlas antes de que sea demasiado tarde?