Periodista y asesora de comunicación

¿Se ha acabado la historia una vez más?

29 de Enero de 2025
Pilar Kaltzada | VIA Empresa

La misma noche en que se rompió el Muro de Berlín, parece que ya comenzó a pensarlo, pero no fue hasta 1992 que se publicó El fin de la historia y el último hombre, de Francis Fukuyama. En él defendía que la caída de la Unión Soviética era total y definitiva, y que con esto, habiendo conjurado para siempre el fantasma del comunismo, la democracia, o más concretamente la democracia liberal basada en un modelo capitalista lo suficientemente flexible, había ganado la partida. "La historia se ha acabado", dijo, mientras dibujaba un equilibrio tranquilo y agradable sin posibilidad de retroceso.

 

Hoy en día es casi un tópico proclamar cuán errónea era aquella predicción. Con el retorno de Donald Trump y su movimiento MAGA, tendremos que añadir un capítulo más a los libros de historia, que se asemeja enormemente a los anteriores, ya que los nuevos inquilinos de la Casa Blanca han anunciado una “era” basada en llevar al extremo muchas tendencias ya vistas antes. ¿Se ha acabado, ahora sí, la historia?

"Stiglitz cree que más que ante el final de la historia, estamos ante el 'final del desarrollo'"

El economista y analista Joseph Stiglitz ha respondido a esta pregunta con otra pregunta, cuestionando si no estamos, más que ante el final de la historia, ante el "final del desarrollo". Ve en riesgo los valores que a lo largo de la historia han permitido un progreso amplio y sólido.

 

A lo largo de los siglos, el tiempo ha avanzado, pero no siempre en forma de progreso o desarrollo. Las condiciones de vida (capacidades, bienes, esperanzas) del siglo XIV y del siglo XVI eran prácticamente idénticas. Según Stiglitz, la mayoría de nosotros damos por hecho que el progreso solo se produce sobre la base de un modelo de sociedad y desarrollo fundamentado en unos valores concretos, y no por la simple inercia de la historia. Hasta la Ilustración y la revolución industrial, el desarrollo no estaba garantizado y, por lo tanto, es heredero de las características de aquella época. Para que el desarrollo tenga lugar, es imprescindible el método científico —es decir, poner evidencias científicas sobre la oscuridad—, redes de colaboración y conocimiento compartido. Estos fundamentos son los que el péndulo de la bola de demolición del ideario del movimiento MAGA podría poner en peligro, entre otros.

Quizás no nos pondríamos de acuerdo a la hora de hacer una lista de los incentivos que necesitan los países para avanzar, pero creo que habría un mayor consenso a la hora de identificar los factores que garantizan un desarrollo integral. Si una gran parte de la ciudadanía no tiene acceso a la educación, la salud o la alimentación, difícilmente podrá avanzar ese país, y esto solo se puede garantizar mediante la inversión pública. Así es porque los intereses particulares tienden a favorecer la avaricia y porque los derechos humanos deben ser garantizados sin dejarlos a merced de caprichos. Trump y el grupo de oligarcas han asumido el compromiso de reducir al máximo su presupuesto.

"La realidad que vivimos no es más que un producto evolucionado de otros progresos, crisis, apuestas y desgracias ocurridas a lo largo de la historia"

En nuestro tiempo, tendemos a pensar que lo que nos pasa es excepcional, original e irrepetible. No obstante, salvo excepciones que, por definición, no podemos prever, la realidad que vivimos no es más que un producto evolucionado de otros progresos, crisis, apuestas y desgracias ocurridas a lo largo de la historia. Quizás podríamos intentar reaccionar ante la enésima profecía que nos anuncia el Apocalipsis.

Ya antes, los avances tecnológicos nos han puesto en las manos la posibilidad de destruirnos a nosotros mismos, y hemos sido capaces de evitarlo (si más no, en cierta manera) estableciendo normas multilaterales de juego a escala internacional. La historia no se ha acabado, pero no sabemos cómo continúa el relato.