Asesor de empresas y profesor de la UPF-BSM

El teletrabajo no es el problema

18 de Enero de 2025
Oriol López | VIA Empresa

El teletrabajo es una realidad de la que ninguna empresa podrá escapar.

 

Hoy no te va a gustar lo que te diré, lo sé. Si eres como la mayoría de mis clientes, hace tiempo que piensas que todo el mundo debe venir a la oficina a trabajar porque, si no, se pierde productividad, control, capacidad de innovación e incluso, cultura empresarial.

No estás solo. El 90% de las empresas quieren acabar con el trabajo en remoto, según dicen encuestas de todo tipo y, muchas grandes corporaciones, como Tesla, Amazon o JP Morgan, lo han hecho con grandes proclamas, como la de Elon Musk diciendo que el trabajo en remoto es moralmente reprobable. Hace unos días, la Govern de Catalunya decidió seguir esta tendencia, y anunció el fin del teletrabajo para cientos de cargos directivos que trabajaban desde casa dos días. El argumento esgrimido es la productividad, pero la realidad es que el principal problema de productividad en la administración pública no está en el teletrabajo, sino en el gigantismo administrativo que pone la burocracia y el control del ciudadano en el centro de la estrategia pública. El resto es solo una consecuencia. Pero este es otro tema, y hoy no toca.

 

Vamos al grano. El trabajo en remoto, o teletrabajo, es una realidad de la que ninguna empresa podrá escapar, como no puedes escapar del email o de Hacienda.

Cuando volvíamos del confinamiento y recuperábamos nuestras vidas en el "exterior", algunos clientes me manifestaron que querían que la gente volviera a la oficina, pero no sabían darme ninguna razón concluyente. Les expliqué que creía que el teletrabajo había llegado para quedarse y que, aunque no serviría para todo ni para todos, toda empresa debía tener una estrategia para integrarlo en los procesos productivos, así como para sacar el máximo provecho de sus ventajas, que las tiene.

Ahora, como vemos grandes empresas y gurús hablando en contra del trabajo en remoto, nos sentimos fuertes y acompañados en nuestra visión presencialista, basada en el miedo a perder el control. Pero este miedo, si somos sinceros, es infundado y, en la mayoría de los casos, basado en percepciones erróneas que ya vienen de antes del advenimiento del teletrabajo.

Rompeamos, pues, las tres más importantes:

  • "El teletrabajo no es productivo." Entiendo el miedo a la pérdida de productividad, especialmente en las pequeñas y medianas empresas, pero no nos engañemos, el trabajo en la oficina está sobrevalorado. ¿De verdad crees que el trabajador presencial trabaja al 100% durante las 7-8 horas de su jornada laboral? ¿Olvidaremos ahora las conversaciones de café, las compras en línea o las más de 100 consultas al móvil que hace todo el mundo de media a lo largo de un día? Debemos empezar a fijarnos en los resultados de nuestro trabajo, y menos en las horas dedicadas a este. Sé que esto es muy complicado en determinados lugares de trabajo, pero si queremos mejorar la productividad de nuestros equipos y los beneficios de nuestra empresa, el secreto está en que preguntamos a nuestros trabajadores, si horas o resultados.
  • "Perderé el control." Esta es una confusión muy típica, que viene de antes del teletrabajo, y que se resume en decir que perder el contacto no tiene por qué significar perder el control. Entiendo el miedo de que no ver qué hacen nuestros trabajadores nos haga perder el control sobre la empresa, pero cualquier empresario sabe que, cuando la empresa crece, y pasas a tener 50 trabajadores, pierdes el contacto sobre el terreno que tenías cuando había cinco personas en la oficina. Ligado con el punto anterior, si medimos los resultados que esperamos obtener, no trimestralmente ni mensualmente, sino diariamente y, hasta, en tiempo real, seremos capaces, no solo de controlar mejor el trabajo, sino también de tomar decisiones más ágiles y bien informadas, que nos permitan crecer y mejorar drásticamente.

"Cuando la empresa crece, y pasas a tener 50 trabajadores, pierdes el contacto sobre el terreno que tenías cuando había cinco personas en la oficina"

  • "No se puede agendar la innovación en una videollamada."  Cierto, como tampoco puede agendarse en una reunión en la sala de juntas. La innovación es el resultado de la suma de una aceptación del riesgo (individual y colectivo) elevada, con un entorno que la acompañe y le dé soporte. Me decía hace un tiempo Linda Popky, una consultora norteamericana que forma parte de una comunidad internacional de consultores, que en sus más de 15 años en Sun Microsystems nunca trabajó con ningún equipo que estuviese ni siquiera en la misma zona horaria y, aun así, fueron capaces de lanzar hardware y software (Java, por ejemplo). "De alguna manera, me dijo, fuimos capaces de incendiar el mundo, aun así. O, quizás, gracias a eso". Y sí, también tienes los que te dicen que la innovación sucede en las conversaciones en la máquina de café, pero eso es tan falso como las 8 horas de trabajo en la oficina, no te engañes. Estas conversaciones, en su mayoría, son sobre el fin de semana o el último episodio de la serie del momento.

Tal como yo lo veo, las empresas, y sus líderes, no saben aún cómo integrar el teletrabajo en sus operaciones, y prefieren dar un paso atrás. Los empresarios, ante la incertidumbre, apuestan por aumentar el control, en lugar de cederlo. Y la consecuencia de este aumento del control es una menor autonomía y empoderamiento para el equipo que, a la larga, llevará a una menor implicación y compromiso. Recuerda esto cuando pidas trabajadores motivados a tu asesor.

Dicho esto, y como he dicho al principio, el teletrabajo no es para todo ni para todos, y seguro que somos capaces de encontrar excepciones (limpiadores, peluqueros...) a todo lo que he dicho, pero son solo eso: excepciones. Y nunca se deben tratar como un patrón.

"Un cliente mío ha visto cómo una de sus mejores directivas ha dejado la empresa cuando esta decidió hace unos meses acabar con los dos días semanales de teletrabajo"

Pero, vamos más allá, con el declive demográfico que comenzamos a vivir y que se agravará en las próximas décadas, y la queja generalizada entre los empresarios de que faltan personas, el trabajo en remoto puede ser la solución clave, especialmente entre las pymes, ¿no lo crees?

Un cliente mío ha visto cómo una de sus mejores directivas, que se mudó a una hora de Barcelona durante la pandemia, ha dejado la empresa cuando esta decidió hace unos meses acabar con los dos días semanales de teletrabajo. Otra clienta mía, hace 10 años, decidió trasladar la empresa (y su familia) a Barcelona porque en la comarca donde estaba le costaba encontrar personal cualificado, perdiendo la calidad de vida que tenía allí. Con las herramientas actuales, ¿hubiese tomado la misma decisión actualmente?

Como le dije a un cliente hace unos días: ¿qué impacto tiene el fin (o la falta) del teletrabajo en tu empresa sobre su capacidad de atracción y retención del talento?