Politóloga y filósofa

Tragarnos las contradicciones

14 de Marzo de 2025
Act. 14 de Marzo de 2025
Arianda Romans | VIA Empresa

Todos los que hemos puesto un pie en una facultad de ciencias políticas sabemos que quien no vive en cinco contradicciones vive en el dogma. Yo, claramente, no vivo en el dogma, porque cada día tengo más contradicciones. A veces, incluso surgen en los momentos más inesperados. Después pienso en cómo podría reducirlas, en qué sería de mí si no tuviera tantas. Y llego a la conclusión de que sería una versión mucho menos enriquecedora de mí misma: mi vida sería una puñalada amable, como dice Pau Riba en la canción Nina de Miraguano

 

Yo no soy de las personas que piensan que las contradicciones nos hacen más interesantes, más valientes o más resilientes. Creo que romantizar los momentos difíciles viene bien a nivel de autoayuda, pero la realidad suele ser mucho más ambigua. Las contradicciones son, y en tanto que son tenemos que aprender a convivir con ellas. Algunas personas creen que ahí radica el sentido de la vida; para mí, es su esencia atropellada. Una vida ideal no existe, y la que tenemos, pues tendremos que remar con ella lo mejor posible. 

"Las contradicciones son, y en tanto que son, pues debemos aprender a convivir con ellas"

Entrevisto a Albert en una terraza de Utrecht para el libro que estoy escribiendo. Le pregunto qué se hace, desde los estudios de género, con las contradicciones de ser una mujer feminista hoy, de ser una persona queer hoy, de ser un hombre queer y feminista hoy. Recurro a él en calidad de experto, pero también de amigo, a quien sé que podré hacer más preguntas de las que podría hacer sin la copa de vino blanco que ambos lucimos en la mano, haciendo pequeñas flexiones, pretendiendo ser más refinados en el lugar en el que estamos. 

 

“Cari, ¡pues te las tragas! No puedes cambiar la sociedad en la que vives, no podrás hacerlo nunca. Lo que puedes hacer es identificarlas, ver de qué manera afectan a tu forma de ser y tirar adelante.” 

Vaya, pienso para mis adentros, esperaba que él me diera una fórmula mágica, y resulta que la que me ha ofrecido es la fórmula que resuelve todos los problemas de quienes queremos acercarnos demasiado a la perfección: aceptar que no existe y seguir adelante. Seguir adelante. Ir tirando. "Nari nant". No nos podemos quejar. En realidad, nuestras frases hechas y construcciones sociales de gratitud ya han incorporado esta conciencia de las cosas a medio hacer como sostenibles, realistas, factibles. No se puede estar siempre muy bien, de la misma manera que no se puede estar siempre mal. No se puede tener todo en orden ni tampoco todo completamente desbaratado. 

A veces, algo tan sencillo como las contradicciones se supera volviendo a los clásicos, a las esencias de las cosas, y poniendo todo en su lugar. Con perspectiva, y no relativismo, todo se ve más claramente. 

"No se trata de bajar el listón, sino aprender a regularlo según nuestras circunstancias"

Intentar ser personas perfectas quizá no nos lleve a la felicidad. Aprender a convivir con las cosas que no nos gustan o procurar que aquellas cosas que no nos gustan mejoren en la medida de lo posible parece una opción mucho más prometedora. No se trata de bajar el listón, sino de aprender a regularlo según nuestras circunstancias. No se trata de rompernos los cuernos, sino de recoger los trozos del jarrón roto y reconstruirlo, aceptando que las grietas forman parte de su historia.