Con el nombramiento de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, todo se trastoca. Sin embargo, hay realidades y tendencias que Trump no podrá controlar y que serán determinantes para configurar el futuro próximo. Una de ellas es el peso creciente de los países del Tercer Mundo, término creado durante la Guerra Fría (1945-1991) para definir los países que no estaban alineados ni con los Estados Unidos ni con el bloque comunista de la Unión Soviética. Todos ellos defienden sus propios intereses y no quieren estar estrechamente vinculados ni con los Estados Unidos ni con el tándem China-Rusia. Actualmente, se les denomina países del Sur Global.
Muchos de ellos pertenecen simultáneamente a diferentes organizaciones territoriales político-económicas, como el G-20, BRIC, Grupo de Shanghái, ASEAN, MERCOSUR o Unión Africana, entre otras. En general, están resentidos con sus antiguas metrópolis y con los Estados Unidos por el expolio de recursos naturales sufrido y por la supremacía que estos todavía practican hoy. Cabe decir, sin embargo, que entre los miembros de todas estas organizaciones hay muchas rivalidades e intereses antagónicos, lo que dificulta emprender acciones conjuntas significativas.
"Entre los miembros de todas estas organizaciones hay muchas rivalidades e intereses antagónicos, hecho que hace difícil emprender acciones conjuntas significativas"
Estas organizaciones son fruto de la voluntad de estos países de rechazar los abusos de Occidente y desarrollarse en paz. Por ejemplo, ya en el año 1967 se fundó la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) con fines políticos, económicos y culturales. Actualmente, la forman 11 países, con un total de 700 millones de habitantes, entre los cuales destacan Indonesia, Filipinas, Vietnam y Tailandia.
China y Rusia, junto con Kazajistán, Tayikistán, Uzbekistán y otros países de su órbita, crearon en el año 2001 la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO), a la que posteriormente se han sumado Kirguistán, India, Pakistán e Irán.
Otro foro político y económico muy destacado es el denominado BRIC, creado en 2009 por Brasil, Rusia, India y China. Posteriormente, se han añadido Sudáfrica, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Etiopía. Este foro tiene como uno de sus objetivos conseguir más protagonismo en la gobernanza mundial. Actualmente, los países del BRIC agrupan el 46% de la población y un 37% del PIB mundial.
En todas estas organizaciones está presente la lucha entre los Estados Unidos y China por la futura hegemonía mundial. Las dos grandes potencias están fomentando alianzas para ampliar su área de influencia. El papel que jugarán los países del BRIC y del Sur Global será determinante en esta pugna.
"Vienen tiempos difíciles. Hay pocas razones para el optimismo, pero en ningún caso se puede perder la esperanza -y de la necesidad hay que hacer virtud-"
La prepotencia y la visión ultranacionalista y proteccionista de Trump obligarán a los países a tomar medidas para protegerse y, de algún modo, acelerarán el proceso –ahora tímido– de impulsar un modelo alternativo al sistema económico mundial actual, todavía caracterizado por el control de las instituciones económicas y monetarias internacionales –el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, etcétera– por parte de los Estados Unidos y por el rol preponderante del dólar.
Donald Trump no podrá detener el actual proceso de decadencia de los Estados Unidos como única potencia mundial. Pero es de esperar que se resista a fondo, de modo que se puede entrar en un período más caótico y lleno de tensiones durante el cual, sin embargo, se irá configurando una futura gobernanza mundial de carácter multilateral. Vienen tiempos difíciles. Hay pocas razones para el optimismo, pero en ningún caso se puede perder la esperanza –y de la necesidad hay que hacer virtud–.