Exdecano del Colegio de Economistas de Catalunya

UE: ¿Se podrán financiar las nuevas prioridades?

17 de Julio de 2024
Francesc Raventós | VIA Empresa

En el mes de junio de 2024 se celebraron las elecciones al Parlamento Europeo. Una vez nombrados los altos cargos de las instituciones y, en particular, de la Comisión Europea, será el momento de empezar a trabajar. Inicialmente, se deberán atender las cuestiones más urgentes y revisar los programas actuales y su financiación. Poco después, se iniciará un debate sobre las nuevas prioridades y se concretarán las asignaciones de recursos en el marco financiero plurianual del período 2028-2035.

 

¿Cuáles serán las nuevas prioridades? Por las declaraciones hechas hasta ahora, parece que la transición ecológica y digital seguirán siendo importantes, pero se deberán añadir, dotarse de una mayor capacidad de defensa, reindustrializar la UE impulsando la innovación, el uso y desarrollo de tecnología, y la competitividad de las empresas europeas frente a las de Estados Unidos y China, revisar la política agraria para atender las demandas de la agricultura, financiar la guerra y reconstrucción de Ucrania y apoyar a los nuevos países de la ampliación de la UE. La lista es larga y exigirá muchos recursos para financiar los programas.

 

La UE del marco financiero plurianual 2021-2027 dispone de 2,1 billones de euros a precios corrientes, de los cuales 1,3 billones provienen del marco financiero y 800.000 millones corresponden al fondo Next Generation, un fondo creado excepcionalmente para mitigar los efectos de la covid-19. Para el año 2024, esto supone 190.000 millones que se complementan con fondos procedentes del programa Next Generation.

"Para el año 2024, esto supone 190.000 millones que se complementan con fondos procedentes del programa Next Generation"

Para el período 2028-2035, la UE solo podrá contar con los recursos que se asignen al nuevo marco financiero. Sin embargo, es importante destacar que aplicando el actual sistema de financiación no se podrán cubrir todas las necesidades previstas. Por lo tanto, la UE se verá obligada a aumentar notablemente sus recursos. ¿De dónde vendrán estos recursos? Seguramente de una combinación que incluya recortar los recursos asignados a algunos de los programas actuales, aumentar las contribuciones de los estados miembros, recurrir al endeudamiento o incrementar los impuestos propios de la UE.

De la revisión de los programas actuales parece que no se generarán grandes ahorros. La fuente de financiación más importante podría ser aumentar la contribución actual que los países miembros hacen, elevándola hasta el 1,4% del PIB, que es el nivel máximo actualmente acordado y que aún no se ha alcanzado nunca. No será fácil, ya que muchos países tendrán que reducir su déficit y endeudamiento para cumplir con las nuevas reglas fiscales del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Otra posibilidad es que la UE se endeude creando un fondo comunitario destinado específicamente a algunas de las prioridades mencionadas, de manera similar a como se ha hecho con el fondo Next Generation. Sin embargo, esta parece ser una opción poco viable. Tal vez la creación y el aumento de los impuestos comunitarios ofrezcan más oportunidades.

Corresponde al Consejo y al Parlamento Europeo decidir sobre las prioridades y cómo se financian. Es una decisión muy vinculada a los intereses directos de cada país, por lo que generará un debate tenso y duro.

"La fuente de financiación más importante podría ser aumentar la contribución actual que los países miembros hacen, elevándola hasta el 1,4% del PIB"

El riesgo que se corre es que algunos de los objetivos anunciados se igualen o queden subfinanciados. Especialmente, existe el riesgo de que se recorten los recursos destinados a los programas sociales o que los estados miembros se vean tentados a reducir las inversiones y empeorar los servicios públicos si se ven obligados a aumentar su contribución a la UE.

Un aspecto que podría ser positivo de este debate duro es que se reconozca la necesidad de una mayor integración europea, incluyendo la fiscalidad. Esto permitiría contar con una UE fortalecida y mejor preparada para no quedarse atrás en la carrera política, económica y tecnológica que países como Estados Unidos y China ya han iniciado. Desafortunadamente, los nuevos tiempos políticos no facilitarán el debate.