El programa sabe si ríes.
De las primeras cosas que encontrabas en esta edición del Mobile World Congress es una cámara que te graba y después te hace salir a una pantalla gigante en directo. Allá, un programa identifica tu cara -lo rodea- y después analiza tu expresión facial y la traduce con un emoticono. Por ejemplo, si estás serio, hace aparecer junto al rostro uno ?, y si sonríes, uno ?.
"Un programa que te identifica con un emoticono es sólo una de las propuestas de este capitalismo de la vigilancia que vamos acogiendo, en general de forma acrítica, como algo casi inevitable"
Junto a la pantalla gigante -donde los visitantes básicamente jugaban a hacer muecas- los vendedores de este software explicaban cómo, en un arco detector de personas, este programa es capaz de identificarte casi instantáneamente. Si has sido marcado como "amenaza", las luces rojas se encienden a tu paso.
Es sólo una de las propuestas de este capitalismo de la vigilancia que vamos acogiendo, en general de forma acrítica, como algo casi inevitable. Sí, al MWC de 2019 hay bastantes propuestas sobre el control y el análisis centralizado de datos. Datos de la ciudad, datos de los diferentes enseres de aquello que englobamos dentro la Internet de las Cosas, sensores de máquinas, tráfico web o transacciones comerciales. El que sea. Lo queremos tener todo controlado.
Pero, he aquí, este "todo" que queremos controlar también nos incluye en nosotros mismos. Así, desde la perspectiva del usuario nos encontramos con la inquietud creciente de quien se siendo vigilado y quiere que sus datos personales sean esto, personales. Queremos control sólo nuestro sobre aquello que es sólo nuestro. También en esta línea hay propuestas al MWC. Desde la apuesta por la privacitat y la seguridad de Blackberry -que no ha desaparecido-, hasta una app que permite controlar qué información oficial de identidad quieres compartir con cada cual: si, por ejemplo, quieren saber si tienes más de 18 años para servirte alcohol, no hace falta que vean todos los datos de tu DNI, sino que esta aplicación verificada confirma al vendedor que, en efecto, tienes 18 años.
"Unos nos quieren inmóviles dentro de la tecnología móvil, y otros nos quieren invisibles ante una tecnología que lo quiere saber todo"
Así, nos encontramos una tecnología que facilita que estemos siempre inmóviles en la pantalla (es decir, que siemprehaya datos nuestros que algún software esté analizando y procesando), y otra tecnología que nos quiere proteger de no salir del todo nudo en esta misma pantalla.
Unos nos quieren inmóviles dentro de la tecnología móvil, y otros nos quieren invisibles ante una tecnología que lo quiere saber todo. Parece que la propuesta fuera: Y tú, que quieres ser, inmóvil o invisible?
Emerge una batalla que va mucho más allá de la tecnología: es la batalla por la propia intimidad, por la libertad de expresión, por la democracia. Quién me dice que esta tecnología penetrante, en manso de un gobierno no democrático, puede proporcionar datos que me perjudiquen?
"Emerge una batalla que va mucho más allá de la tecnología: es la batalla por la propia intimidad, por la libertad de expresión, por la democracia"
Iba reflexionando sobre estas cosas cuando un comercial de Alibaba -la competencia china de Amazon- me intentaba convencer que utilizara sus servicios de Cloud Computing. Y no podía sacarme de la cabeza como de pícaro es Ali Babà con los 40 ladrones.
En la web del MWC, unos días antes, informaban que este gigante comercial está colaborando con el gobierno chino para hacer una app propagandística que bate récords de descargas al país asiático: "Estudia para hacer fuerte la China".