Vivimos en un momento de incertidumbre económica, donde las expectativas de crecimiento se dibujan entre la esperanza y la preocupación. En España, se prevé un crecimiento económico entre el 2% y el 2,5% gracias a factores como el impulso del consumo, la inversión y una disminución del desempleo, que se situará entre el 10,8% y el 11,5%. Estos datos nos ofrecen una imagen de recuperación, pero también nos recuerdan que no todo es fácil, y que aún hay muchos retos por superar.
En Catalunya, el panorama económico se mantiene alineado con el conjunto del Estado. El crecimiento vendrá de sectores fuertes como la industria, los servicios y la agroalimentación. Sin embargo, y a pesar de la mejora que se prevé, hay cuestiones que continúan generando inquietud. Por eso, lo primero que pido a los Reyes Magos esta Navidad es una respuesta decidida para garantizar un crecimiento sostenible a largo plazo, abordando situaciones estratégicas como la sequía, la vivienda y la necesidad de una reindustrialización efectiva.
Por otro lado, en el escenario global el crecimiento económico es moderado, con una previsión del 3,2%, según los datos del FMI y la OCDE, y los Estados Unidos se presentan como los grandes impulsores de este crecimiento gracias a su apuesta por la inteligencia artificial, que les permitirá crecer entre el 2% y el 2,5%. En cambio, la zona euro vivirá un crecimiento de solo entre el 0,8% y el 1% por las tensiones comerciales, el costo de la energía y los problemas industriales, que continuarán pesando sobre las economías europeas, incluida la nuestra.
Los riesgos geopolíticos, como la guerra de Ucrania y los conflictos en el Próximo Oriente, suman incertidumbre al escenario planteado, donde una desinflación gradual podría dar lugar a una reinflación en los servicios, añadiendo más dificultad a los esfuerzos económicos. Esto hace que lo siguiente que pediré a los Reyes sea prudencia. Hay que tener en cuenta este conjunto de factores y no perder de vista las vulnerabilidades que, aunque no sean inmediatamente evidentes, pueden alterar el rumbo de las previsiones.
Una parte fundamental de este complejo rompecabezas económico son las pymes y, por eso, desde PIMEC hemos elaborado un estudio de acuerdo con sus previsiones para 2025, el cual pone de relieve que casi un tercio de las pymes prevé que sus ventas se mantendrán estables en los próximos años. Sin embargo, casi la mitad prevé un incremento de estas, frente al 11,6% que prevé una caída.
En relación con la voluntad de inversión, si bien un 34,4% de empresarios y empresarias sí que prevé hacerlo, la mayoría de las empresas no tiene planes en este sentido. La falta de inversión en activos fijos, especialmente en la adquisición de maquinaria y tecnologías digitales, puede ser una oportunidad perdida para innovar y adaptarse a los requisitos del mercado laboral.
El estudio constata que los márgenes de beneficio son la gran preocupación de las pymes. Más de la mitad señala que la presión sobre sus beneficios será uno de sus principales obstáculos, seguido del incremento de los costos laborales y otros factores como la burocracia en los trámites administrativos.
"A pesar de que la economía catalana tiene potencial de crecimiento, los obstáculos continúan presentes"
En este contexto, el mensaje es claro: hay que actuar con prudencia, pero también con determinación para afrontar los retos que vendrán. A pesar de que la economía catalana tiene potencial de crecimiento, los obstáculos continúan presentes. Por estos motivos, en mi carta a los Reyes pediré también que la Administración impulse medidas para ayudar a las empresas, especialmente las de menor dimensión. Debemos encontrar maneras de superar las dificultades que las afectan, enfrentando retos como la necesaria simplificación administrativa, y abordando la reducción de la jornada laboral con una visión transversal de 360º y teniendo en cuenta factores estratégicos como la productividad.
En un entorno global cada vez más complejo, el crecimiento dependerá de la capacidad de adaptarse a los cambios, de invertir en innovación y de gestionar la incertidumbre con una visión a largo plazo. Por eso, creo que debemos mirar el 2025 con un optimismo moderado y aprovechar las oportunidades de crecimiento, ya que el futuro no se gana solo con buenas previsiones, sino con la capacidad de reinventarse para competir globalmente.
Finalmente y como conclusión, pero no menos importante por mencionarlo en último lugar, pido a los Reyes que hagan que las instituciones legislen bajo la premisa de legislarpensando primero en los más pequeños, las pymes, para hacer grande nuestra economía y alcanzar un presente y un futuro de progreso y bienestar social. Es esencial tener en cuenta la dimensión empresarial, así como las particularidades y características de cada sector productivo, ya que no siempre es buena la idea del “café para todos”.