La resaca emocional del impactante Congreso de Jóvenes Empresarios y Empresarias, celebrado el pasado 15 de octubre, aún se hace notar entre los casi 300 participantes que asistimos. Aquél día fue mucho más que un encuentro: fue una jornada inspiradora y reivindicativa donde se abordaron los grandes retos que enfrenta nuestra generación y se sentaron las bases de un futuro mejor para el empresariado joven.
Con el lema Innova, Inspira, Impacta, más de 15 ponentes subieron al escenario para compartir ideas, ilusiones y soluciones en cuatro grandes ámbitos de debate:
- Relevo generacional: Dos de los premiados en el Congreso forman parte de segundas generaciones de empresas familiares, un hecho que me llena de orgullo. Realizar un buen relevo no es fácil, y mucho menos cuando se trata de preservar el patrimonio empresarial familiar. Afortunadamente, vemos cada vez más jóvenes que deciden tomar el timón, modernizando sus empresas y aportándoles un valor añadido que las posiciona con fuerza en el mercado. Este relevo es una señal clara de optimismo, que augura un futuro donde las nuevas generaciones continuarán y potenciarán nuestro legado empresarial.
Pero para que este potencial se despliegue plenamente, no solo hace falta el esfuerzo individual. Como país, necesitamos una estructura que apoye estos proyectos con una carga impositiva justa, trámites ágiles y un sistema que sensibilice sobre la importancia de todos estos sectores desde las primeras etapas educativas.
- Innovación: En muchas ocasiones, confundimos innovación con una simple actitud innovadora. Es fundamental que las administraciones apuesten firmemente por las empresas que realmente innovan, porque esto beneficia a todos a corto y largo plazo. A nosotros, como empresarios y empresarias, nos toca adoptar estas mejoras y apoyar a las empresas que aportan valor con nuevas ideas y tecnologías. Invertir en empresas emergentes y proyectos transformadores es una responsabilidad colectiva y una oportunidad de oro.
- Apuesta por la industria: No podemos poner todos los esfuerzos en servicios y tecnologías emergentes; es esencial vincular a los jóvenes con el tejido industrial. La desindustrialización conlleva una pérdida cultural y económica que no nos podemos permitir. Fue inspirador ver cómo nuevas empresas apuestan por sectores tradicionales, como la robótica o la producción agroalimentaria de frutos secos, así como empresas tecnológicas que exploran ámbitos como la automoción y el aeroespacial. La industria catalana, para mantenerse fuerte, debe innovar y hacerse cada vez más sostenible, pero también debe contar con una nueva generación comprometida y preparada.
- Sostenibilidad: Sea cual sea el sector, la sostenibilidad es un valor imprescindible. Hoy en día, no se entiende una empresa que no tenga un plan de sostenibilidad. Lejos de ser un coste, este enfoque se presenta a menudo como una gran oportunidad de negocio. La transparencia, la razón de ser compartida y la eficiencia en recursos ya no son valores del futuro; son valores del presente y puntos fuertes para cualquier empresa que quiera destacarse.
"Estamos ante una generación empresarial imparable, formada, comprometida y decidida a hacer la diferencia"
En resumen, el Congreso fue un punto de partida cargado de energía y motivación. Estamos ante una generación empresarial imparable, formada, comprometida y decidida a hacer la diferencia. Si se nos da apoyo, o al menos, no se nos pone obstáculos, seremos capaces de llegar muy lejos. ¡Juntos, somos imparables!