Leer hasta el final no tiene por qué ser señal de la calidad del contenido que se está leyendo, pero el hecho es que Facebook -que observa buena parte del consumo de noticias de la humanidad gracias al muro donde compartimos vídeos, álbumes de fotos, enlaces y gifs de gatos- ve cierta relación entre ambas cosas.
Para ser exactos, Facebook ha llegado a esta conclusión después de comprobar el fenómeno en negativo: se ha dado cuenta que hay muchos usuarios que comparten enlaces sin ni siquiera leer quédicen, enlaces que tienen en común unos titulares muy llamativos y un tono sensacionalista. Y cómo que todos vamos preocupados por la difusión de noticias falsas y por la desinformación desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca, Mark Zuckerberg ha decidido hacer pasas para construir "una comunidad más informada".
Su razonamiento es sencillo: cómo que no es el mismo compartir noticias antes o después de haberlas leído, ha decidido tratarlas de forma diferente. Así, a partir de ahora si compartes un enlace sin leer el contenido es probable que tu compartición sea vista por menos amigos: Facebook hará que no corra mucho. Y al revés: una noticia que supere nuestra leída será premiada en la difusión.
Facebook quiere, además, hacer extensible este sistema de castigos y recompensa a los editores. Si, por ejemplo, todos los lectores de Vía Emprendida siempre comparten artículos que antes han leído, el prestigio del diario sube dentro de la red social, y el algoritmo interpretará que es una fuente de contenido de calidad.
El cambio ya está en marcha, y es sólo una de las pequeñas pasas para reducir la gran bola de nieve de la desinformación.
La idea de premiar aquel que lea hasta el final tiene su gracia. Lo podríamos aplicar a los términos y condiciones que aceptamos cada vez que ponemos nuestros datos en un nuevo sitio web o nos instalamos un nuevo programa o una app: que un algoritmo calculara el tiempo mediano necesario para leer el texto, y no nos dejara clicar "aceptar" hasta que no hubiera transcurrido. Lo podríamos haber aplicado, también, a la hora de firmar hipotecas o preferentes. O en contratos, compromisos de confidencialidad y todo el papeleo que nos acompaña en nuestro día a día.
Para los medios, el pequeño cambio que anunciaba Zuckerberg es todo un aviso:
el clickbait sobre el cual ya escribía en Ganyet hace unos meses –esta escalada de titulares sensacionalistas a la que se han sumado prácticamente todos los diarios digitales- es el enemigo a batir.
Por eso, sería interesante que los diarios dejaran de ofrecer rankings de noticias más leídas –que son, en realidad, las más clicadas- e hicieran rankings de noticias más veces leídas hasta el final.
habría bastante al poner dos contadores junto a cada titular: un primero con el número de segundos que hacen falta para leer el artículo, y otro con el número de según que, de media, los visitantes han invertido efectivamente para leérselo. Los dos contadores, uno junto al otro, nos podrían decir más sobre la calidad del periodismo que horas y horas de disquisiciones teóricas.