En las próximas semanas, tomaremos un descanso, al menos por un tiempo, aquellos de nosotros que tenemos el privilegio de hacerlo. Si trabajas para un tercero, lector, usarás una parte de tu paga para ello, porque es tu derecho. Si trabajas por tu cuenta, tirarás de lo ahorrado, porque es tu derecho. Si aún no te has sumergido en el mundo laboral, es probable que necesites el apoyo de tus padres o de quién sabe quién para pasar esa semana con los amigos. La cuestión es el “cómo”, no el “qué”. Parece una nimiedad, pero es un gran salto. Nuestros abuelos nunca se tomaron vacaciones, porque el trabajo y la vida eran una y la misma cosa en la cuerda floja de la supervivencia. Hoy, si tenemos la oportunidad de descansar (bien merecida, sin duda), es gracias al trabajo realizado colectivamente por muchos otros.
"Nuestros abuelos nunca se tomaron vacaciones, porque el trabajo y la vida eran una y la misma cosa en la cuerda floja de la supervivencia"
Podemos decir lo mismo, por ejemplo, de otros logros globales que consideramos básicos. En el mundo, en promedio, hemos sido capaces de encauzar muchos logros que parecían un lujo. La perspectiva histórica permite percibir esto más fácilmente, ya que hay que ponerse gafas de largo alcance para superar la miopía que nos causan las miserias cotidianas.
Los datos macroeconómicos nos dicen que la cantidad de personas que viven en pobreza extrema sigue una tendencia a la baja, salvo excepciones. Los indicadores de educación básica lo confirman, al igual que en otros ámbitos que el desarrollo tecnológico ha permitido. Sí, pero no es suficiente.
Lo uno no quita lo otro, dice la sabiduría popular. El nivel de desarrollo que hemos alcanzado en bienestar global habría sido inimaginable, por ejemplo, para nuestros antepasados de hace un siglo, pero no hemos sido capaces de desatar los nudos que continúan empobreciendo a millones de personas, de hacer la vida más justa y solidaria para todos. Es posible, pero no lo hemos logrado.
Soy agradecida, pero no ingenua. Soy optimista, pero no ciega. En muchos lugares del mundo, y en muchos otros pequeños mundos que podemos percibir en el nuestro, el camino aún está por recorrer. Mientras los derechos sigan siendo un lujo y las desigualdades nos pongan frente al espejo de la injusticia social, no será suficiente. El progreso no es lineal ni universal, aunque desde nuestros privilegios nos lo pueda parecer. Entiendo que hablamos en voz baja sobre los beneficios del desarrollo humano, por ejemplo, cuando miramos de frente a la miseria mundial.
"Nos iremos de vacaciones, pero las atrocidades del mundo no descansarán"
Nos iremos de vacaciones, pero las atrocidades del mundo no descansarán. Me ha llevado bastante tiempo entender algo básico: las cosas no están bien, pero están mejor. O si se prefiere: las cosas están mejor, pero no están bien.
Si puedes, lector, descansa, tenemos mucho trabajo por hacer. Ambas cosas son posibles a la vez.