Maldito trilema

04 de Octubre de 2024
Act. 04 de Octubre de 2024
Pilar Kaltzada | VIA Empresa

"Todo, todo a la vez y en todos los lugares". He traducido a mi manera (perdona la osadía) el título de la famosa película. Es una experiencia curiosa la película, que mezcla comedia y drama, sin olvidar algunos toques de otros géneros. Es difícil de clasificar y no es para todos los gustos. La narración te lleva a través de secuencias locas, mientras sigues las peripecias de Evelyn (Michelle Yeoh), una inmigrante china que vive en Estados Unidos, y te preguntas repetidamente qué es exactamente lo que está pasando. Tras una ruptura entre dimensiones que ha trastocado la realidad, lo posible se vuelve sorprendente, y de nuevo, lo que debería ser imposible se presenta como si fuera normal. Todo es un acontecimiento, y todo sucede a la vez y en todas partes. Es para volverse loco.

Es ficción, pero la ficción a menudo es un terreno adecuado para ejercitar la imaginación y la creatividad, aún más en esta época con guiones cada vez más locos. ¿Es posible que todo sea posible, sin tener que elegir? ¿Es posible que todo pueda existir a la vez?

"La ficción a menudo es un terreno adecuado para ejercitar la imaginación y la creatividad"

Dani Rodrik, economista y divulgador, cree que no. Ha publicado recientemente el trilema de los pueblos (basado en algunas otras contribuciones previas) y afirma que los pueblos se enfrentan a un dilema de tres aristas cuando intentan equilibrar tres objetivos fundamentales: la globalización económica, la soberanía nacional y la democracia política; no es posible tenerlos todos. Según Rodrik, es imposible alcanzar plenamente los tres objetivos a la vez y, por tanto, los pueblos deben elegir dos y sacrificar uno, necesariamente.

El trilema es como un hilo que tira del equilibrio, y los pueblos intentan mantenerse estables, a menudo sin saber que la caída es inevitable. De hecho, a medida que los pueblos mantienen la soberanía y aprovechan la globalización, reducen la democracia interna; al buscar globalización y democracia al mismo tiempo, deben renunciar a parte de la soberanía nacional (necesariamente, según Rodrik); al mismo tiempo, para mantener la democracia y la soberanía, el pueblo debe limitar la globalización, buscando un mayor proteccionismo en perjuicio de la integración económica internacional.

"Los países que quieran afrontar el trilema difícilmente encontrarán una receta que garantice seguridad absoluta"

Estés de acuerdo o no, la búsqueda de respuestas ante este trilema abre oportunidades para la innovación. Podrían surgir nuevos modelos de gobernanza (tanto a nivel global como a nivel local) que impliquen cambios en las reglas del juego, por ejemplo. Teóricamente, los pueblos podrían enfrentarse a un modelo de globalización más regulado y equilibrado, orientado a la protección de las personas y del medio ambiente, junto con sistemas democráticos sólidos. O podríamos dar una oportunidad a lo que se considera la siguiente generación de la globalización, un modelo digital que también ofrece oportunidades para avanzar en la cooperación internacional, sin tener que renunciar a un control excesivo sobre las políticas locales.

Por supuesto, ninguna de estas opciones garantiza resultados positivos, pero los países que quieran afrontar el trilema difícilmente encontrarán una receta que exija seguridad absoluta, ya que se puede decir, sin temor a hacer spoilers, que no existe. Van sin mapa, vamos sin mapa.

Este horizonte puede parecer aterrador o desalentador, pero como dice el protagonista de la película mencionada anteriormente, "si no podemos elegir qué hacemos, al menos elijamos cómo lo hacemos".