Rol model es una expresión anglosajona que se ha convertido en uno de los mantras de nuestra era cuando hablamos del liderazgo femenino y de una de las medidas a adoptar en las empresas de todo el mundo para ayudar a las mujeres a avanzar en su desarrollo profesional. Alguien podría pensar que hasta ahora no han existido modelos inspiracionales previos o que las jóvenes no los hubiéramos tenido hace décadas, pero nada más lejos de la realidad.
Nací en 1973, no tengo pudor a la hora de reconocer mi edad, y la etapa más importante en la definición de mi personalidad se produjo a finales de esa década y principios de los años 80. Jamás se me pasó por la mente que por el hecho de ser una niña tendría que renunciar a algo en mi vida y, muy posiblemente, se lo debo al entorno en el que crecí, rodeada de mujeres, en casa, en el colegio, en el patio. Mujeres que me presentaron la vida como un camino de esfuerzo, dedicación, tesón, rigor.
No recuerdo como descubrí a Marie Curie, quizá en clase de historia o en la de física, lo que está claro es que fue de la mano de alguna de mis estupendas profesoras, que en su labor de no solo de formarnos académicamente sino en su objetivo primordial de abrir nuestras mentes, me presentaron el ejemplo real de una mujer que había roto todos los estereotipos de su época y había alcanzado el máximo reconocimiento académico del mundo al recibir no uno sino dos premios Nobel.
En aquella época, yo quería ser médico y la contribución de Marie Curie en la cura contra el cáncer con el descubrimiento del radio y su creatividad a la hora de encontrar soluciones en plena contienda bélica creando y dirigiendo junto al director del Servicio Radiológico Militar, un proyecto médico pionero, una flota de 18 unidades quirúrgicas móviles que se desplazaban a los campos de batalla para radiografiar y tratar a los heridos in situ, fueron del todo inspiracionales. Su vida personal estuvo marcada por la polémica y de hecho no debemos olvidar que pudo perder su galardón por un escándalo amoroso, pero no lo perdió. Mujer coherente que apoyó la causa de las sufragistas inglesas y se sumó a la campaña internacional para la liberación de sus dirigentes, condenadas a nueve meses de prisión por exigir el derecho de voto. Finalmente, no estudié medicina, pero esa es otra historia.
"Marie Curie encarna el feminismo, logró el reconocimiento de la comunidad científica internacional pero no debemos olvidar que su primer Nobel lo consiguió junto a su marido"
Me reencontré con Marie Curie, metafóricamente hablando, al inicio de mi carrera profesional, la auditoría. En las oficinas de Solvay en la calle Mallorca, realizando la auditoría, me topé con una gran fotografía en una de las salas de reuniones que llamó mi atención. En el centro aparecía una pequeña mujer, sentada junto a un hombre, ambos absortos sobre unos documentos, rodeados por otros acompañantes masculinos que, estos sí, miraban fijamente a la cámara. Esa imagen siempre me fascinó por contener una única mujer, por marcar el protagonismo de la instantánea, en el medio. Pero, sobre todo, porque ella no se dejaba deslumbrar por los flashes de la cámara que les inmortalizaba. Estaba claro que para ella, lo importante en ese momento eran los documentos y no posar.
Marie Curie encarna el feminismo, logró el reconocimiento de la comunidad científica internacional pero no debemos olvidar que su primer Nobel lo consiguió junto a su marido, compañero profesional y de vida. Seguramente la pareja se profesaba una admiración y respeto mutuo, y para mí esta es la clave. Eso es para mí el verdadero feminismo, uno junto a los hombres, sumando, extrayendo lo mejor de cada estilo de liderazgo y del valor añadido que esto supone para las empresas de todo el mundo.