Recuperar el liderazgo

30 de Julio de 2019
Albert Miliá

La noche del 2 de Julio, los amigos de Aijec organizaron por veintiseisava vez el Premi Jove Empresari, una gala que tuvo lugar en la Fira de Barcelona y en la que se galardona a jóvenes empresarios catalanes que destacan por sus iniciativas y proyectos empresariales. Congregar en una misma sala alrededor de 300 personas -casi todas ellas empresarias- da a entender que tenemos una “pedrera” solvente en materia empresarial, aunque nunca debemos caer en el conformismo.

Los días 3 y 4 de Julio acudí a Madrid. Terrazas y locales llenos de gente, especialmente a partir de las 19 hasta avanzadas horas de la madrugada. Todos ellos ciudadanos de la capital con “look” de oficina y sabiendo que al día siguiente trabajan. Vi que esa escena no solo sucedía en determinados barrios como el de Salamanca, sino en la mitad de la ciudad que recorrí en esas 48 horas. La primera pregunta que me asaltó fue: ¿cómo puede ser que un miércoles noche una ciudad como Barcelona esté medio vacía -a pesar de ser un referente turístico- y Madrid esté llena de gente local?

"Desde finales de 2017 la brecha de crecimiento Madrid-Catalunya es cada vez más evidente"

Es una pregunta que me hago cada vez que voy por trabajo entre semana a Madrid. ¿Será un tema cultural? No obstante, le sigo dando vueltas a mi cuestión y me percato de que en los últimos tres años buena parte de amistades se han instalado en Madrid por trabajo o viajan con una frecuencia muy elevada por el mismo motivo. Ninguno de ellos me habla negativamente de la capital. “Cuantas ganas hay en Madrid de hacer cosas” es la respuesta más común.

Si observamos los datos macroeconómicos, Madrid vive un momento dulce, tanto que está a las puertas de arrebatarle a Catalunya el liderazgo del PIB nacional. De hecho, si traducimos esto a economía real, Madrid ya nos supera de largo en PIB per cápita (34.916 euros por habitante versus 30.769 euros Catalunya). Madrid está creando y concentrando empresas de calidad que generan un enorme valor a la sociedad. Estos datos los podemos constatar también si observamos el ranking de las 10 poblaciones con más renta per cápita de España. Siete de diez para Madrid, mientras que solo una población catalana (Sant Cugat) aparece en este listado.

Desde finales de 2017 la brecha de crecimiento Madrid-Catalunya es cada vez más evidente. Los datos quedan también reflejados en la captación de inversión extranjera. En 2016 la Comunidad de Madrid captó el 44,1% de la inversión extranjera en España, dos años después, en 2018 casi dobla la captación (85,2%) mientras que este primer trimestre Madrid consolida sus buenas cifras con un 75,7% respecto el 15,6% de Catalunya.

¿Cómo hemos podido llegar a esta situación? Dejo las consideraciones políticas al criterio de los lectores. Es evidente que las hay, pero también es evidente que la sociedad civil o lo que en su día se llamó “la burguesía catalana” ha jugado un papel que poco tiene que ver con el liderazgo del empresariado catalán que conocimos en el pasado.

Si nos adentramos brevemente en la historia empresarial española, concretamente en el siglo XIX, impacta notablemente la contraposición de mentalidades entre el Madrid agrarista contrario a toda idea de reformismo y promoción de la industrialización y la mentalidad del empresariado catalán que apostó de manera muy decidida por empezar una revolución industrial sin precedentes en el territorio e importar toda innovación que se preciara en los mercados europeos.

"La sociedad civil o lo que en su día se llamó “la burguesía catalana” ha jugado un papel que poco tiene que ver con el liderazgo del empresariado catalán que conocimos en el pasado"

La “burguesía catalana” impuso en España la revolución industrial de manera hábil, trabajada, invirtiendo grandes sumas de dinero de la época creando un lobby en Madrid que le permitió influir en las decisiones del gobierno y en la promulgación de leyes en el Congreso de los Diputados. El colofón del éxito llegó en 1851 cuando Prim supo introducir ese cambio de mentalidad en las clases dirigentes que acabaron jugando a los intereses de esa burguesía promotora de la industrialización. A pesar del proteccionismo que reclamaban, se implantó en España una filosofía de regeneración de la economía a través de la industria. Un éxito del lobbismo empresarial catalán que guiaría a España a la modernización hasta que se truncó el ciclo en el año 1936.

Si comparamos la situación actual con la situación producida en el siglo XIX y el siglo XX, parece que la sociedad madrileña ha entendido a la perfección el papel de innovación, desarrollo e influencia que llevaron a cabo los empresarios catalanes y que actualmente aplican con éxito las estrategias que en su día lideramos desde nuestra tierra.

Madrid se ha convertido en un territorio posibilitador de negocios que ha sabido leer claramente hacia donde caminaba el mundo. Ha sabido jugar con las nuevas tecnologías para convertirse en una ciudad referente en empresas de servicios y finanzas. Este tipo de empresas captan un talento que se cotiza caro, especialmente si proviene de fuera de nuestras fronteras. La gran mayoría de empresas tecnológicas internacionales están estableciendo sus oficinas centrales en la Comunidad de Madrid. Como caso anecdótico, hace un año salió la noticia de que Facebook se instalaba en la famosa Torre Agbar de Barcelona (ahora Torre Glòries) para abrir un centro de “persecución” de fake news. La primera fake new era el mismo titular de la noticia, ya que Facebook nunca se instaló en la torre, sino que subcontrató a un contact center para desarrollar el trabajo mencionado mientras que la sede central de la compañía (en España) está radicada en el Paseo de la Castellana. Pero no solo las empresas tecnológicas no españolas destacan por crear empleo de calidad de Madrid. La “burguesía” madrileña ha sabido desarrollar e internacionalizar sus empresas hasta el punto de ser propietaria (Familia Del Pino, Ferrovial) del concurrido Aeropuerto de Heathrow.

"Hace un año salió la noticia de que Facebook se instalaba en la famosa Torre Agbar de Barcelona para abrir un centro de “persecución” de fake news. La primera fake new era el mismo titular de la noticia"

Es evidente que de esta situación también surgen beneficios colaterales, ya que no solo las empresas que se instalan en Madrid ofrecen empleo de calidad, las empresas que prestan servicios a estas compañías, también deberán competir al mismo nivel de talento y salario. Finalmente, buena parte de la sociedad obtiene rentas suficientes como para contribuir al consumo local y de ahí mi respuesta a la sorpresa de observar bares, restaurantes y terrazas llenas.

En esta línea, Foment del Treball presentó este mes de julio un documento que ponía de manifiesto las ventajas fiscales que presenta Madrid respecto a Catalunya para atraer talento internacional y para potenciar el ahorro del ciudadano. Este estudio ponía de manifiesto como la Generalitat de Catalunya abusa del tramo autonómico del IRPF en comparación con la Comunidad de Madrid, así como otros impuestos como el de patrimonio, sucesiones o donaciones que grava injustamente al ciudadano de Catalunya en beneficio del de Madrid que huye de este tipo de impuestos.

Llegados a este punto y teniendo mi respuesta clara sobre el progreso de la sociedad madrileña, me vienen a la cabeza las siguientes preguntas: ¿Dónde ha ido a parar el liderazgo empresarial catalán? ¿Hemos renunciado a ese modelo Business friendly que en su día nos prometió el Govern y estamos apostando por una administración confiscatoria para el ciudadano? ¿Por qué no estamos siendo capaces de atraer empresas que rindan en favor de la sociedad generando empleo de calidad?

Cierto es que Barcelona está posicionada com un hub internacional de startups. Esta es una oportunidad para que muchas empresas catalanas empiecen a abrir los ojos ante una nueva era de innovación e inviertan en estas compañías antes de que lo haga una empresa no catalana y absorba la compañía. Cierto es también que el empleo de calidad de una startup es dudoso hasta que no llegan los primeros beneficios, pero si las empresas no apuestan por esta nueva economía que se instala en nuestra casa, seguiremos viendo como el modelo empieza a ser caduco.

José María Carrascal habló en su día de catalanizar España (artículo del año 1978) y creo que Madrid compró ese discurso. ¿deberíamos pensar ahora en “madrileñizar” Catalunya? O mejor dicho: ¿Deberíamos volver a trazar un modelo de influencia como el que hizo a Catalunya un referente de innovación y liderazgo empresarial? 

¿Deberíamos pensar ahora en “madrileñizar” Catalunya? O mejor dicho: ¿Deberíamos volver a trazar un modelo de influencia como el que hizo a Catalunya un referente de innovación y liderazgo empresarial? 

Este ha sido un año de renovación de patronales, lobbies y cámaras de comercio. Se abre una nueva oportunidad para elaborar un plan de recuperación de liderazgo y presión sobre las administraciones para conseguir llegar al éxito que en su día se logró. ¿Seremos capaces de ponernos de acuerdo entre todos?