Apenas después del 8 de marzo, que es el día de la mujer, querría realzar la importancia de tener mujeres referentes, mujeres que por su forma de pensar, de vivir, por su coherencia, por su lucha para ser aquello que quieren ser o para conseguir lo que creen que tienen que conseguir, te obligan a reflexionar, a cuestionar, a avanzar, a asumir tú también retos.
Siempre he pensado que a medida que vas viviendo sumas referentes, algunos pueden ser más o menos conocidos, por ejemplo, en mis años de Instituto lo fue la profesora Carme Pleyan, en los años inconformistas de los setenta la Montserrat Roig y, más adelante, diferentes mujeres del mundo empresarial como la Núria Basi. Ahora bien, mis grandes referentes son dos mujeres muy cercanas y queridas. Mujeres valientes que afrontaron retos complicados, en su momento, por el entorno social, su situación personal y que nunca recularon ante "el que dirán".
La madre, Concepció Amigó, he hablado muchas veces, mujer valiente que al quedar viuda a los veinticinco años y con dos hijas fue capaz de continuar un negocio en un entorno masculino y machista, que fue discriminada por razón de género en muchísimas ocasiones, pero que no se acobardó sino que decidió que tenía que avanzar a pesar de todos los inconvenientes.
"Cuando me paro y pienso en estas mujeres que más me han influido, constato que todas han vivido con fidelidad y coherencia con aquello que creían y querían"
Mi amiga Immaculada Malaret, cuatro años más mayor que yo, y que desgraciadamente nos dejó demasiado pronto. De muy joven decidió llevar las riendas de su vida, realzando su independencia al ir a vivir al extranjero cuando nadie lo hacía, y menos una chica; al decidir más tarde no entrar en la empresa familiar y labrarse una carrera profesional como directora de marketing en una gran multinacional farmacéutica; ser madre soltera en 1981, plenamente consciente de las dificultades que esta decisión le comportaría. Seguir el camino que se había marcado no le fue fácil y menos viviendo en un pueblo, pero con su lucha y constancia superó todas las trabas que le surgían hasta conseguir el respecto de todo el mundo.
Cuando me paro y pienso en estas mujeres que más me han influido, constato que todas han vivido con fidelidad y coherencia con aquello que creían y querían.