El pasado 30 de enero la Organización Mundial de la Salud comunicó que el brote de coronavirus en China ya constituía una emergencia sanitaria internacional. China se lo está tomando muy en serio confinando en sus casas a decenas de millones de personas y construyendo contra reloj nuevos hospitales que permitan tener la capacidad de atender a miles de pacientes. Y seguro que es lo que toca, pues ya hay contabilizadas casi mil personas muertas y decenas de miles de contagiadas en un baile de cifras que no para de crecer.
La crisis se inició hace apenas un mes y todo el mundo ya está tomando medidas, poniendo el foco sobre todo en los movimientos de la población. La mayoría de compañías aéreas han cancelado sus vuelos a la región, Estados Unidos está prohibiendo la entrada a extranjeros que hayan estado hace poco en China, la administración de ferrocarriles de Taiwan se negará a transportar pasajeros que no lleven mascarilla, la multinacional 3M ha informado que las mascarillas del tipo FFP2 ya se han agotado en España…
"En Catalunya estamos siguiendo el tema como si en vez de una crisis sanitaria fuera una crisis empresarial"
¿Y nosotros? En Catalunya estamos siguiendo el tema como si en vez de una crisis sanitaria fuera una crisis empresarial en torno al Mobile World Congress. Basta con abrir un periódico para ver que el gran tema es si éste o aquel ha anunciado que no vendrá, y el impacto que todo ello podría tener en las reservas hoteleras y en general en el éxito de esta edición. Estamos todos pendientes de las medidas que pueda tomar la organizadora del congreso, la GSMA, pero no tenemos ni idea de si la Sagrada Familia está haciendo algo al respecto (la visitan muchos foráneos) o si el Futbol Club Barcelona tiene algún plan (cada quince días se reúnen unas ochenta mil personas en el estadio). ¿Y las salas de conciertos?, ¿y los museos?, ¿y las Universidades?
Estamos ante una alerta sanitaria, no empresarial. Lo que está en juego es la salud pública, no la celebración de un congreso. GSMA ha anunciado que no dejará entrar al congreso a nadie que haya estado en los últimos 14 días en China… y resulta inquietante: ¿esto significa que alguien que haya estado los últimos 14 días en China podría llegar tranquilamente y andando hasta la puerta del congreso?
"Estamos ante una alerta sanitaria, no empresarial. Lo que está en juego es la salud pública, no la celebración de un congreso"
Estos días estamos viendo comparecer a John Hoffman, máximo responsable de la empresa organizadora del MWC, y al conceller Puigneró, responsable de políticas digitales de nuestro Gobierno. Se agradece. Pero la rueda de prensa diaria debería ser de las consejerías de Salud y de Territorio y Sostenibilidad, para explicarnos las medidas que se están tomando a nivel sanitario y también en las principales infraestructuras de transporte del país. Vayan o no al congreso de móviles.