Barcelona necesitaba dar un golpe sobre la mesa. Y lo ha hecho. Después del artículo de The Financial Times sobre su decadencia, el Mobile ha servido para demostrar que Barcelona es un hub referente europeo, que es un ecosistema con proyección internacional y que todo el trabajo generado de años se ha traducido a un ecosistema local sólido y abierto a colaborar.
MWC aterrizó en Barcelona antes que el iPhone existiera porque era, y sigue siendo, la combinación perfecta entre una ubicación geográfica estratégica, una fuerte presencia tecnológica y una oferta turística atractiva para acoger encuentros de este volumen. Prueba de ello es que en el último año, las compañías del sector TIC han crecido un 15% y ya suponen un 12,4% del PIB catalán, ocupando a unas 183.000 personas.
Barcelona ha construido su ecosistema durante años con un modelo basado en tres ejes centrales: calidad de vida, acceso a talento y visión internacional. Sobre este sistema, nos hemos basado en el MWC y 4YFN, como la punta de lanza del ecosistema catalán y nuestro showroom de proyectos para atraer inversión, corporaciones y generar proyectos que permitan hacer referentes a la ciudad condal.
Fruto de ello y de la importancia del MWC, en 2019 llegó a su punto más álgido, donde atrajo más de 109 mil visitantes con un impacto de 473 millones de euros. Tres años más tarde, Barcelona ha prácticamente recuperado los niveles prepandémicos con 88 mil visitantes y un impacto de 350 millones de euros.
Curiosamente, 2020, fue el último año donde Barcelona lideró a nivel nacional en volumen de inversión en startups, mientras que históricamente siempre el ecosistema catalán lideraba por encima de Madrid. En 2021 y 2022 Madrid pasó por encima debido a 2 factores principales: la captación de fondos internacionales y las macro-rondas en startups.
Madrid ha crecido porque ha jugado bien sus cartas apalancándose en una sólida estructura públicoprivada, atrayendo a grandes fondos e inversores, aprovechando su red universitaria y creando espacios e instrumentos para que puedan crecer nuevas empresas. Recientemente, han conseguido consolidar encuentros como el South Summit para el ecosistema, el equivalente al 4YFN en Barcelona, donde en la anterior edición tuvo un impacto de 20 millones de euros y un total de 22.000 participantes.
Mientras Madrid ha sabido crecer sin estructuras como el Mobile, nosotros lo hemos hecho con este como símbolo de nuestro ecosistema
Mientras Madrid ha sabido crecer sin estructuras como el Mobile, nosotros lo hemos hecho con este como símbolo de nuestro ecosistema. Nos ha pasado factura. En estos dos años sin nuestro buque insignia se han acentuado algunos comentarios de opinión popular como “En Madrid se mueven más cosas”.
Según palabras del President Pere Aragonés “"El Mobile ha puesto a Catalunya en el centro mundial de la tecnología digital". Y esto ha supuesto para el ecosistema emprendedor, a través del 4YFN, más de 1000 inversores internacionales, una fuerte participación del ecosistema local y más de 700 startups de 38 países repartidos en Digital Health, edtech, Fintech y Green tech.
No obstante, quizás lo más importantes del Mobile World Congress y el 4YFN no es tan solo lo que pasa dentro del mismo, si no todos los side-events, cenas, encuentros que el ecosistema local promueve que permite generar networking, oportunidades y colaboración de nicho que generan relaciones y deals trascendentales para cada empresa.
El MWC es la píldora contra la decadencia de Barcelona porque vuelve a posicionarnos. Será importante por eso que el ecosistema local cree estructuras que permita generar las relaciones suficientes para hacerlo crecer. Actores como Tech Barcelona, Lab3040 de la Cambra de Comerç, Barcelona Health Hub o ACCIÓ ya van en esa dirección para posicionarnos como referentes europeos.