Todos tenemos referentes, conscientes o inconscientes, voluntarios o involuntarios. Los progenitores son un buen ejemplo de referente, de ellos reciben los primeros mensajes de nuestra existencia. En las familias empresarias los fundadores suelen ser unos referentes habituales. ¿Los referentes nos sirven de guía ante los retos de la vida; que haría él?, ¿que nos aconsejaría?
En las entrevistas de selección una pregunta típica es cuáles son nuestros referentes, porque y a pesar de que. La lista, fuera de la familia puede ser muy larga. Imaginémonos un consejo de administración formado por referentes, desde empresarios como Steve Jobs o Amancio Ortega a políticos como Mahatma Gandhi o Nelson Mandela; y porque no Jesús de Nazaret. Este es el principal referente por los cristianos, y para mucha otra gente. Este año celebramos 2021 cumpleaños de su llegada. Dice la tradición que esta se anunció por una estrella que con su luz sirvió de guía para los que lo querían adorar.
Es uno referente que se propone, que no se impone. Los que tenemos descendencia somos responsables de su formación como personas. Esto significa responsabilidad en la adquisición y práctica de conocimientos y habilidades; y en la transmisión de valores. Igual que procuramos que los niños coman, y los adolescentes aprendan idiomas, sin esperar que tengan uso de razón y capacidad de decisión madura al respeto, nos tenemos que responsabilizar de la formación en qué tienen que ser sus referentes acercándolos al conocimiento de estos.
La Navidad es celebrar en familia y comunidad el nacimiento del referente de los cristianos
La luz de las calles, tiendas y centros comerciales alegra nuestras poblaciones y nos invita al consumo, con riesgo de olvidar que la esencia de la Navidad es celebrar en familia y comunidad el nacimiento del referente de los cristianos. Lo hizo en pobreza, tuvo que emigrar, trabajó con sus manos, fue amigo de todo el mundo y especialmente de los enfermos y necesidades, y murió con gran sufrimiento. Todo esto lo ha hecho, y hace, mucha otra gente; el gran diferencial es el mensaje de amor que nos dejó, y por los creyentes su resurrección como muestra de qué es Dios hecho hombre.
El año pasado las celebraciones familiares fueron muy limitadas debido a la pandemia, este están en muchos casos marcados por sus consecuencias económicas. La esencia de la libertad humana está en la capacidad de decisión de la actitud de adelante los acontecimientos inevitables, celebramos con alegría la Navidad sin olvidar a los menos favorecidos. Contagiamos el verdadero espíritu de la Navidad, reflexionar con alegría sobre el sentido de nuestra existencia.
Para finalizar desear a todo el mundo un feliz año nuevo en el cual nos sirva de guía la estrella de la Navidad.