Este verano tuve el privilegio de visitar uno de los mayores centros de creatividad e innovación en el mundo: elBulli1846. Este espacio, el primer restaurante del mundo convertido en museo, está ubicado en el entorno único de Cala Montjoi y forma parte de la BulliFoundation, creada por Ferran Adrià y Juli Soler en 2013, dos años después del cierre de elBulli.
La BulliFoundation nace con una triple misión: salvaguardar el legado del restaurante elBulli, compartir su experiencia en gestión e innovación, y generar contenido de calidad sobre la restauración gastronómica. Aunque recomiendo encarecidamente la visita a cualquier persona interesada en la gastronomía y, sobre todo, en su historia en España, este museo es, sobre todo, un templo dedicado a la innovación en su forma más pura.
Soy admiradora de Ferran Adrià y del proyecto elBulli desde hace muchos años. Tuve el honor de conocer a Ferran cuando aún no era (o más bien, aún no lo sabía) el mejor chef del mundo. Aunque su fama se debe a haber cambiado el paradigma de la cocina mundial, no es menos importante su aportación al mundo de la innovación.
Al entrar en elBulli1846, te sumerges en un ambiente donde la innovación no es solo una palabra de moda, sino un proceso meticulosamente cultivado y documentado. Durante mi visita, me impresionó profundamente el trabajo detallado que realiza la fundación para recopilar, sistematizar y compartir el conocimiento y los métodos relacionados con la creatividad y la innovación a través de diversas iniciativas: Bullinianos, proyectos de investigación, relaciones interdisciplinares y, quizás la más trascendente, la Bullipedia.
Uno de los aspectos más destacados fue la meticulosidad con la que el equipo de la fundación ha abordado el concepto de "Sapiens", una metodología desarrollada para comprender y estructurar el conocimiento humano, recogida en un extraordinario libro que merece la pena leer y estudiar. La idea detrás de "Sapiens" es descomponer un fenómeno complejo en sus componentes más simples para entenderlo a fondo y así poder innovar sobre él. Esta metodología, que Adrià ha aplicado a la gastronomía, es aplicable a cualquier campo de la creatividad e innovación. La profundidad y el rigor de este enfoque son excepcionales.
Explorar el archivo digital de elBulliRestaurante es uno de los momentos más especiales de la visita. Cada plato, idea y experimento está documentado con un detalle casi obsesivo. Pero esto no es un simple ejercicio de nostalgia; es una herramienta viva para futuros innovadores.
Ferran Adrià ha aportado grandes frases y reflexiones al mundo del management y la innovación, algunas de las cuales están recogidas en tótems en el espacio exterior introductorio. Una de las más sencillas y claras es: "Innovar es no copiar".
Ferran Adrià: "Innovar es no copiar"
Esta frase es un recordatorio de que la verdadera innovación requiere originalidad, esfuerzo y una voluntad inquebrantable de explorar lo desconocido. No se trata solo de crear algo nuevo, sino de desafiar las convenciones, de ver el mundo desde una perspectiva diferente y de tener el coraje de romper con lo establecido para crear algo verdaderamente único. Los valores de la fundación reflejan claramente esta visión.
La fundación también es un ejemplo de cómo la innovación no ocurre en un vacío. Es un proceso colaborativo que requiere un equipo comprometido, diverso y dispuesto a cuestionar cada aspecto de su trabajo. Esto es algo que Adrià ha fomentado desde sus días en elBulli y que sigue siendo una piedra angular de la filosofía de la fundación. La magia de elBulli reside en la fuerza del equipo.
Lo que más me impactó fue cómo la fundación no se limita a preservar el legado de elBulli, sino que lo expande, lo reinterpreta y lo comparte con el mundo. Ferran Adrià y su equipo están obsesionados con el proceso de innovación, con entender no solo el "qué", sino también el "cómo" y el "por qué". En este sentido, elBulliFoundation se convierte en una fuente inagotable de inspiración para cualquier persona interesada en la innovación, ya sea en el ámbito empresarial, tecnológico, artístico o culinario. El espíritu inclusivo, generoso y colaborador del proyecto se respira en el espacio Bullinianos, donde se recogen los nombres de todas las personas que en algún momento han trabajado o participado en elBulli, representadas por figuras con cabezas de bulldog.
La visita a elBulli1846 es una experiencia transformadora. No solo por el acceso a un vasto tesoro de conocimiento, sino por la inspiración que te llevas. Es fácil hablar de innovación en abstracto, pero ver cómo se realiza en la práctica, con una dedicación casi monástica al detalle y al proceso, nos invita a reflexionar sobre cómo aplicamos la innovación en nuestras propias vidas y negocios para construir un futuro mejor. La visita es una invitación a seguir explorando, cuestionando y, sobre todo, creando.
En un mundo donde la palabra "innovación" a menudo se utiliza como un simple eslogan, elBulliFoundation nos recuerda que la verdadera innovación es un trabajo arduo que requiere paciencia, curiosidad y una profunda comprensión de lo que ha venido antes. Ferran Adrià y su equipo nos muestran que innovar es un acto de valentía, un viaje que comienza con preguntas que no siempre tienen respuestas claras (¿Qué es cocinar? ¿Cómo empezó la cocina? ¿Qué es crear? ¿Qué es innovar?), pero que, en última instancia, lleva a descubrimientos que pueden cambiar el mundo.
"Innovar es un acto de valentía, un viaje que comienza con preguntas que no siempre tienen respuestas claras"
¿Y sabéis por qué el 1846? Es el número de platos que se elaboraron en el restaurante bajo la dirección de Adrià. Cada uno de ellos, desde su conceptualización, esbozo, prueba e iteración hasta la versión definitiva, está documentado en las libretas y el archivo que se conserva.
Definitivamente, no hay innovación sin método.