Marta Ortega Pérez hoy uno de abril será la nueva presidenta del consejo de administración de Inditex, la empresa española de mayor capitalización en bolsa. Seguro que este relevo estaba largamente planificado, pero parece que el calendario se ha acelerado, Marta tiene 38 años.
Por lo que se dice, el detonante ha sido el enfrentamiento de Pablo Isla (58) con la segunda mujer de Amancio Ortega (86) y madre de Marta, Flora Pérez (69), y dos de sus seis hermanos: Jorge (57) y Oscar (53); que son respectivamente directores generales de Massimo Dutti y ZARA. Parece que a pesar de cotizar en bolsa el grupo Inditex no sigue la recomendación de Don Vito Corleone respecto a los parientes políticos: "que vivan bien, pero en el negocio que no entren"; sin que esto signifique prejuzgar su capacidad.
¿Hasta qué punto ha sido Marta libre al aceptar el cargo? ¿Qué influencia han tenido sus progenitores en su decisión? Bien, en la vida no siempre se puede hacer lo que se quiere, a veces hay que hacer lo que toca. Lo importante es hacerlo con conciencia de los pros y contras, y con actitud positiva. Más de un continuador de empresa familiar se ha visto obligado a hacerse cargo del negocio familiar por la muerte temprana y repentina del progenitor; a Dios gracias, éste no es el caso.
En 2019 se denominó nuevo consejero delegado del grupo a Carlos Crespo, con más de veinte años de antigüedad en el grupo, y poco más de dos años después, en noviembre del 2021, ha sido sustituido por Òscar Garcia (47), proveniente del mundo financiero y con poco más de un año en la casa. Parece que este relevo fue planteado por el trío de hermanos Pérez y llevó a hacer que Pablo Isla presentase la dimisión, que fue aceptada por Amancio Ortega.
En toda buena planificación conviene tener en cuenta los imprevistos
Qué hay de cierto en toda esta historia no lo podemos saber de ciencia cierta, porque la realidad puede tener diferentes versiones según el punto de vista. Pero como dicen "cuando el río suena, agua lleva" y "por el humo sabes donde está el fuego"; si bien "del dicho al hecho hay un trecho". En todo caso da pie a poder hacer una serie de reflexiones sobre las empresas familiares.
En las empresas familiares hay diferentes relevos: en la propiedad, en el gobierno y en la dirección de la empresa; y en el liderazgo de la familia. La recomendación es hacerlos de forma planificada y no coincidente. En toda buena planificación conviene tener en cuenta los imprevistos.
Una de las características definitorias de una empresa familiar es la voluntad de la familia de continuar determinando la estrategia de la empresa. Para hacerlo puede bastar con la actitud de a junta general, pero es el consejo de administración quien aprueba formalmente la estrategia propuesta por la dirección. Siendo ésta quien lo ejecuta.
Nada impide que los familiares, aunque no lo sean de sangre, trabajen en la empresa familiar; ésta, en la mayoría de ocasiones, ha llegado hasta donde lo ha hecho gracias a los familiares. Pero uno de los demonios que asedian a las empresas familiares es el de la confusión de propiedad y capacidad, el de nepotismo olvidando la meritocracia. Conviene ser especialmente cuidadosos con la contratación y promoción de familiares. La realidad es que los intereses pueden ser múltiples y contradictorios.
¿El CEO está hablando con un subordinado o con el hermano de la mujer del propietario?
El profesional externo que tiene a sus órdenes familiares de la propiedad puede encontrarse en una posición incomoda. Es más fácil de decir que de hacer que la línea de mando tiene que estar muy definida, que todo el mundo tiene que tener muy claro qué sombrero tiene dentro de la empresa. ¿El CEO está hablando con un subordinado o con el hermano de la mujer del propietario?
Gestionar con éxito una empresa ya es difícil de por si, hacerlo de una familiar todavía es más retador porque los sentimientos están más presentes y las confusiones son más frecuentes. Conviene que la nueva presidenta y el nuevo consejero delegado de Inditex tengan un buen equipo de gobierno y de dirección en el cual los sitios estén ocupados por las personas con los perfiles y las capacidades adecuadas para hacer frente a los retos del presente y del futuro.