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Nunca confundas actividad con logros

07 de Septiembre de 2024
Oriol López | VIA Empresa

Si quieres alcanzar tus objetivos, deja de promover la ocupación en tu negocio y en tu vida. Mira tu calendario.¿Está muy apretado? "No tengo tiempo" es una queja típica de los empresarios de todo el mundo, de diferentes sectores. De hecho, la escasez de tiempo se ha convertido en uno de los principales problemas de las organizaciones e instituciones, y tiene un impacto directo en el rendimiento y la resistencia de las empresas, ya que: 

  • Reduce la eficiencia y la productividad.
  • Aumenta la rotación.
  • Reduce el compromiso.
  • Aumenta el absentismo.

 

Y esto significa que también afecta al crecimiento empresarial. De hecho, creo que es el principal reto al que se enfrentan mis clientes a la hora de establecer y ejecutar sus prioridades estratégicas, ya que choca directamente con trabajar en lo que creen que importa en cada momento.

"La escasez de tiempo se ha convertido en uno de los principales problemas de las organizaciones e instituciones"

Las causas son numerosas, y puede reconocerlas a través de ejemplos, como:

  • El médico o el abogado que te hacen esperar para simbolizar estatus.
  • El pensamiento común de que el valor está directamente vinculado al esfuerzo y no al resultado.
  • La deploración de la ociosidad en los negocios y en la vida, que puede reducir la creatividad que surge del aburrimiento.

 

Es hora de invertir el rumbo. Nunca ha sido fácil cambiar, pero en este caso, será difícil si te centras en la actividad, pero sencillo si te centras en el resultado. ¿Cómo? Tomando las riendas de la cultura que quieres para ti y para tu organización a través de los cinco principios que Adam Waytz, profesor de la Kellogg School of Management, compartía en un reciente artículo en la Harvard Business Review. Son estos:

1. Recompensar el rendimiento, no solo la actividad. Los sistemas de retribución deben combinar premios basados tanto en el esfuerzo como en los resultados, para impulsar la innovación y la productividad.

2. Evalúa la carga de trabajo de su organización. Haz una lista de todas las tareas que realiza tu equipo en una semana típica y puntúa en una escala de cinco puntos lo exigente que es, la concentración que implica y la formación que necesita.

3. Obliga a la gente a dejar de trabajar. Establece una cultura en la que las largas jornadas laborales y la ausencia de vacaciones se consideren un defecto, no una virtud.

4. Predica con el ejemplo. Si tú, como líder, no das ejemplo tomándote tiempo libre y demostrando que estar ocupado no es un requisito para el éxito, ¿cómo puedes pedir a tu equipo que se esfuerce al máximo independientemente del resultado?

5. Crea fluidez en el sistema. Aumenta los recursos, mejorándolos, reasignándolos, creando redundancias, aumentando márgenes o añadiendo la tecnología, entre otros.

Al final, tenemos que entender que, por muy admirable que sea el esfuerzo, no puede dirigir nuestras empresas y nuestra vida, si realmente queremos ser triunfadores, en lugar de simplemente estar ocupados.