Y vuelve el 8M. Una semana repleta de reivindicaciones y de jornadas donde la mujer es la protagonista. La mujer y el liderazgo. La mujer y la economía. La mujer y los medios de comunicación. Todo está lleno de buenas intenciones para darnos visibilidad... durante unas horas. ¿No sería más fácil abrir los ojos y ver que tenemos grandes mujeres en todos los ámbitos de la economía? Tenemos periodistas, abogadas y economistas. También científicas, investigadoras y doctoras. Grandes emprendedoras, directivas y muchas autónomas valientes que levantan la persiana cada día. Pero todavía nos hace falta un 8M, para reivindicar el día de la mujer trabajadora.
Una semana intensa llena de buenas intenciones dándonos protagonismo. En muchos casos las mujeres lo somos todo; somos ponentes y somos audiencia, por lo tanto, difícilmente cambiaremos nada. En pleno siglo XXI veríamos absurdo el día del hombre trabajador, pero tenemos el contrapunto donde celebramos la entrada de la mujer al mundo laboral y el logro de unos derechos que, tendríamos que haber normalizado ya en estos momentos de la película.
Las mujeres tenemos muchas reivindicaciones en nuestra mochila diaria. Queremos tener voz y queremos tener voto. Porque somos ambiciosas y queremos llegar lejos. Sí. No nos falta ambición, nos sobran trabas porque también nos gusta triunfar en nuestro trabajo. Porque nadie nos ha regalado estar dónde estamos y tantos años después queremos estar para contar. Porque tenemos opinión y porque tenemos experiencia. Y estamos cansadas de demostrar nuestra valía. Nadie nos ha regalado nunca nada porque siempre hemos tenido que demostrar que estábamos calificadas mucho antes de aceptar una promoción. También lo hemos demostrado con creces antes de pedir un aumento de sueldo. Y casi hemos tenido que pedir perdón y trabajar el doble si en algún caso se ha intuido que estábamos por la maldita cuota. Por lo tanto, si reclamamos estar es porque hace muchos años que hemos demostrado que nos lo merecemos.
Las mujeres tenemos muchas reivindicaciones en nuestra mochila diaria
Y sin olvidar que a veces tenemos un componente emocional muy evidente que tenemos que esconder porque, a ojos de algunos, nos hace débiles. Y creo que precisamente los liderazgos a los cuales tendríamos que tender pondrían estas calidades en el centro. Señores, sumadnos a la ecuación de los negocios. Sí, somos empáticas, afables, transparentes y persuasivas y también tenemos visión estratégica, somos luchadoras, resilientes y perseverantes. Y sobre todo, tenemos ganas de explicar nuestro punto de vista. Sumadnos. Preguntadnos y escuchadnos. Seguro que entre todos, funcionaremos mejor.
Sociedad, abre los ojos. Necesitamos que esta lucha sea compartida. Estamos aquí. Y no solo para que nos escuchen el 8M. Nos hemos ganado estar, todo el año.