Esta noche es nuestra noche, la de todos los jóvenes empresarios, el día en que nos vestimos de gala, nos encontramos y dejamos que nos digan que los jóvenes empresarios somos el futuro, pero también el presente. Esta noche celebramos el trabajo bien hecho de muchas empresas y empresarios, que creemos que hay que poner en valor y convertirlos en espejos y referentes para los más jóvenes. Celebramos el esfuerzo, la pasión, la generación de valor desde los valores, celebramos el éxito de los proyectos que funcionan y porque no, celebramos que a veces el fracaso esconde muchos más aprendizajes que ciertas victorias.
"Celebramos el esfuerzo, la pasión, la generación de valor desde los valores, el éxito de los proyectos que funcionan y también celebramos que a veces el fracaso esconde muchos más aprendizajes que ciertas victorias"
Ya son 26 las ediciones en las cuales AIJEC reconoce al Mejor Joven Empresario de Catalunya. No hablamos de un premio, ni el movimiento asociativo de los jóvenes empresarios es un hecho puntual ni nuevo. AIJEC fue una de las asociaciones pioneras en España al representar a los jóvenes empresarios, fundada en 1985 y ser una de las pioneras no es por casualidad. Catalunya ha sido tradicionalmente un país muy emprendedor. No seré yo quien descubra que la actividad empresarial en Catalunya no es un fenómeno reciente sino que es algo que se remonta a toda nuestra historia.
Pero, pese a este bagaje, todavía hoy, en pleno siglo XXI, en 2019, la empresa sigue estigmatizada en según qué ambientes. Hay ciertos tics y estereotipos que todavía perduran y contra los que seguimos luchando. La palabra empresario es un ejemplo. Años atrás se puso de moda la palabra emprendedor, en cierto modo, como eufemismo para no hablar de empresarios. Emprender es una actitud ante la vida, aplicable tanto si se crea empresa como si no. Una sociedad emprendedora es una sociedad viva, dinámica, que actúa, propone y crea. Y en una sociedad con cultura emprendedora, lo más normal es que aparezcan de forma natural empresarios que arriesgan para generar riqueza. El riesgo se materializa en un sacrificio personal, familiar, económico, con el objetivo de crear riqueza y valor para la sociedad. Pero antes de repartir la riqueza, esta se tiene que generar y alguien la tiene que generar. Los empresarios somos unos de estos generadores y la empresa un instrumento esencial para la generación de esta riqueza. Por lo tanto, no es lógico que, en pleno siglo XXI, la empresa y el empresario tengan todavía, en ciertos ámbitos, una desconsideración que no le corresponde.
Y en esta línea somos muchos los agentes del país que trabajamos para que la figura del empresario y, en concreto, el joven empresario, se posicione como un actor clave e imprescindible en la generación de la riqueza y del Estado del Bienestar. Los jóvenes empresarios, como especie acabada de nacer, basamos nuestra supervivencia en tres factores fundamentales. La innovación. Esencial para sobrevivir. Tenemos que innovar, tenemos que ser diferentes y tenemos que saber aplicar las disrupciones tecnológicas y simplemente hacer de ellas oportunidades de negocio. Si no innovamos, no tenemos cabida. La flexibilidad. Saber adaptarse a los cambios nos hace más fuertes. El cambio es lo único que permanece constante. Adaptarse o morir, una ley darwiniana por excelencia, que los jóvenes empresarios llevamos en nuestro ADN. Y la pasión. La pasión por querer crecer, para querer tener un espacio en este nuevo mundo. La fe mueve montañas y nuestra ilusión mueve nuestras empresas.
Porqué... Qué sería de nosotros sin pasión? Sin duda la pasión por aquello qué hacemos es la diferencia fundamental entre hacer las cosas sin más y hacer las cosas con diferencia. La pasión es aquel plus de motivación que nos hace levantarnos en los momentos difíciles, que hace que las cosas difíciles nos parezcan más fáciles, y que seguimos echando del carro cuando otros hubieran bajado los brazos. Hacen falta muchos condicionantes para sacar adelante un negocio para que funcione y, está claro, que sólo con pasión no se pagan las facturas pero pasión, motivación y ganas son ingredientes indispensables para llegar a la excelencia.
"Los jóvenes empresarios, como especie acabada de nacer, basamos nuestra supervivencia en innovación, flexibilidad y pasión"
Como país, como sociedad, tenemos que seguir trabajando para crear un ecosistema emprendedor y que este no sea efímero. Todavía estamos a tiempo, tenemos una oportunidad y las oportunidades, como bien sabemos los empresarios, no se presentan cada día. Una sociedad próspera requiere de un intenso tejido empresarial y que la oportunidad de montar una empresa esté al alcance de todo el mundo.
Tenemos que cultivar la actitud emprendedora. Hay que trabajar desde los más pequeños, trabajar para conseguir que desde las escuelas se creen emprendedores en potencia. Dentro de los objetivos de la educación tendría que estar el de desarrollar las actitudes emprendedoras, promover la creatividad, tener ideas y ponerlas en valor porque no, en forma de empresa. Crear emprendedores es aportar valores a nuestros hijos, darles las herramientas para que sean capaces de crear trabajo, que se atrevan a cruzar el bosque, a superar obstáculos, y que, cuando escuchen la palabra imposible, entiendan que en realidad sólo significa que será muy difícil pero que con trabajo, esfuerzo y pasión puede ser posible. Porque hay que enseñar a las generaciones que suben que sin los que asumimos los riesgos, el futuro es más incierto.
Porque los empresarios somos necesarios y necesitamos más empresas. Y por eso tenemos mucho trabajo por delante para favorecer la creación y desarrollo de nuevas empresas. Barcelona es a día de hoy una ciudad cuna para muchísimas startups, cada año se crean muchas empresas, pero a pesar de esto, al mismo tiempo, como sociedad tenemos mucho trabajo por hacer. Sin embargo, hoy dejamos las reivindicaciones por una noche y disfrutemos, mirémonos el ombligo, y dejemos que la magia de las fuentes de Montjuic se apodere de nosotros, aplaudamos el trabajo bien hecho, las nuevas iniciativas, aprendamos un poco de toda la comunidad emprendedora y felicitemos los ganadores.