Después de tantas guerras y dolor, parecía que Europa seria un territorio de paz para siempre. La invasión rusa de Ucrania ha acabado con el sueño y la cultura pacifista. Esta guerra está teniendo grandes repercusiones en el mundo. De entrada, dos países geográficamente próximos a Rusia -Finlandia y Suecia- han abandonado su larga posición de estado neutral y se han incorporado a la OTAN. Estados Unidos, la UE y muchos gobiernos occidentales están apoyando militar y económicamente a Ucrania. China y otros países de su entorno están ayudando a Rusia. La mayoría de los gobiernos del "Gran Sur", como India o Brasil, no toman partido.
Inicialmente, el gobierno de Putin había planteado la invasión como una "operación especial" que duraría pocos días. Después de dos años y medio, la situación militar está estancada. Rusia ha conquistado militarmente una gran parte de las regiones de habla rusa, Donetsk y Luhansk, y continúa ocupando Crimea, mientras que Ucrania ofrece una fuerte resistencia militar y ha conquistado un poco de territorio ruso en la región de Kursk.
"A medida que la guerra se alarga y exige más recursos, crece el nerviosismo y la división entre los aliados y los compromisos militares y económicos se van reduciendo"
La guerra se alarga y no se ve ninguna propuesta seria de negociación para encontrar una salida al conflicto. Estados Unidos presiona a los países europeos para que ayuden a Ucrania en financiación y armamento y, al mismo tiempo, para que destinen más recursos a su propia defensa. Pero, a medida que la guerra se alarga y exige más recursos, crece el nerviosismo y la división entre los aliados y los compromisos militares y económicos se van reduciendo.
En general, los ciudadanos han apoyado a los gobiernos en condenar a Rusia y en la necesidad de potenciar la política de defensa, pero empieza a haber cansancio y dudas sobre qué hay que hacer. Muchos creen que la guerra se habría podido evitar y lamentan profundamente la pérdida de vidas humanas, las heridas físicas y psicológicas y los enormes destrozos materiales. Y empiezan a ser conscientes de que los recursos que se destinan a la guerra y a rearmarse están afectando a la financiación del estado del bienestar.
Para la mayoría de gente es muy difícil tomar partido. A unos los preocupa que Putin, en su paranoia, pueda tener sueños imperialistas y decida invadir otros territorios. Otros creen que se ha creado interesadamente un clima de histeria sobre las intenciones de Rusia como agresor para crear un clima armamentista que beneficia a los intereses de Estados Unidos y de su industria militar.
La guerra no puede durar eternamente. A medida que pase el tiempo, la situación se radicalizará. Parece que el riesgo de que Moscú inicie una guerra con armas nucleares es mínimo, puesto que China le ha dicho que no lo permitirá, y que en ningún caso Rusia se verá con ánimos de invadir ningún otro país perteneciente a la OTAN.
"El resultado de las elecciones americanas serán determinantes para forzar una salida a la guerra. Hay que acabar con tanto sufrimiento de forma realista y justa"
Si se quiere poner fin al conflicto, es imprescindible una entente de países como Estados Unidos, China, la UE, India, Brasil, Turquía o algún otro, para forzar un alto el fuego. Después se tendrían que iniciar las gestiones diplomáticas para delimitar la separación de territorios, teniendo muy en cuenta la opinión de sus habitantes y, finalmente, conseguir firmar un tratado de paz que diera estabilidad y seguridad a Europa. El resultado de las elecciones americanas serán determinantes para forzar una salida a la guerra. Hay que acabar con tanto sufrimiento de forma realista y justa. Querríamos que Europa recuperara la paz, que se redujera el gasto militar y que la cultura pacifista volviera a dominar.